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Reaper había abierto un portal a casa, Geno lo siguió en silencio. Se dio cuenta que este no era el templo, aquel en el que los tres habían vivido por un buen tiempo... Hasta que a Geno se le ocurrió arruinarlo todo.

Esta era una casa más linda, pequeña y acogedora podría decirlo, nada como las frías y enormes paredes del templo, aunque extrañaba el sonido del agua correr de las varias fuentes que encontraba en el lugar. Podía ver que en todas partes había dibujos de Goth, algunos peluches tejidos, fotos de Error y Reaper acompañados de Goth y... Oh.

Un altar para él. 

—No pensé que me pondrían un altar... —Geno se acercó a éste, tomando su foto con cuidado. Era una fotografía que le habían tomado en el jardín que Reaper le regaló por su primer aniversario, todo se veía tan nostálgico. —Gracias, realmente lo aprecio. ¿No deberías haber puesto la comida que me gusta aquí también?

Quiso bromear, pero Reaper ni siquiera le prestó atención por irse a otra parte. Por supuesto que le siguió, entrando a una habitación con una cama matrimonial. Oh, podía ver que era donde Error y Reaper dormían juntos, había tantas cosas que le indicaban eso. 

Claro, esta era casa de ellos, Geno ya no cabía en esa relación... Pero un dolor en su alma le hizo sentir mal. No debería, pero sentía algo de celos.

El dios de la muerte fue a acostarse, ignorando que Geno se sentó a un lado suyo.

—Reaper... Realmente lo siento, yo no... Esto no es mi culpa, ¿puedes, por favor, voltear a verme? —acarició sus alas con cuidado, había extrañado mucho esto. —Yo nunca quise que esto pasara, fui involucrado, sólo... Sólo quiero hablar contigo, Reaper.

—¿De qué? ¿Acaso olvidaste que nos abandonaste? Eso aún no te lo puedo perdonar, Geno, ¡heriste a Goth!—se levantó un poco para poder verlo, aunque desvió su mirada cuando notó que Geno había puesto una cara triste. —Antes de ponerle ese hechizo lloraba tanto por ti, no sabes cuanto dolor le causaste, ¿acaso pensaste en nuestro hijo? ¿Pensaste... En mi alguna vez?

—¡Todos los días! —sin  pensarlo elevó su voz, haciendo que hasta Reaper se sorprendiera. —Todos los días yo no dejé de pensar en ustedes, nunca pude perdonarme, tampoco es como si quisiera que tu lo hicieras, porque yo... Lo que hice fue injusto para ustedes... ¡Es por eso que no volví! Sabía que los herí y no quise...—frunció el ceño, desviando su mirada para dejar de ver a Reaper, le dolía demasiado. —No quise causarles más dolor del que ya les había hecho... Sé que fue estúpido, pero en ése momento yo sólo quería pensar en como disculparme, y justo cuando realmente desee poder volver ya no pude y... Bueno, sabes lo que pasó. 

Ambos se quedaron en silencio por un momento antes de que el dios por fin hablara.

—Te busqué por todas partes, aún por más enojado que estaba contigo no podía dejar de amarte, quería incluso pedirte perdón por haberte corrido del templo, rogarte que regresaras... —terminó por sentarse, viendo hacia Geno fijamente. —Pero fueron cinco años los que pasaron para nosotros, Geno. Cuando encontré a Error sólo fue por casualidad, pensé en buscarte una última vez, si no te encontraba entonces no volvería a buscarte nunca más... Pero Error estaba ahí, en tu lugar, y sólo quise saber más de él.

—¿Y me reemplazaste por Error?

—¿Reemplazarte? No. Geno... A ti nunca podré reemplazarte, así como nunca podría reemplazar a Error por nadie. A ti te amé, créeme, te amé con tanta intensidad que realmente estuve dudando si mi amor por Error era real o sólo porque era en lo que te convertiste. Pero ahora sé que amo a Error, lo amo tanto, es por eso que—Geno hizo algo que Reaper nunca se esperó, dejándolo atónito.

Geno se lanzó a besarlo.

Y lo peor es que, a pesar de que quería separarse de él, no podía, algo dentro suyo gritaba que esta era su última oportunidad y que no debía desaprovecharla. Y le hizo caso. 

Ambos se estuvieron besando desesperadamente, pero así como esa voz le gritó por un beso, otra gritaba más fuerte pidiéndole que se separara, pues le daría más razones a Error para abandonarlo. Tomó a su ex amado de los brazos para poder separarlo de él, viéndolo con furia. 

—¡Lo siento! ¡Lo siento yo realmente n-no sé! Yo... Yo realmente no quería que terminaras esa frase, no puedo evitarlo, ¡me duele que ames a alguien más, aunque esto yo me lo busqué! Yo... ¿Qué harás s-si Error ya no quiere estar contigo? —lo veía desesperado, Reaper se había levantado de la cama pero no dejó que aquel otro esqueleto lo siguiera, sacando su guadaña para ponerla frente a él.

—Vaya, es la segunda vez que apunto mi arma hacia ti, aunque la primera sólo fue un sueño y yo terminé cortando mi cuello para no hacerte daño... —suspiró cansado, volteando a ver una de las fotografías que tenía en la habitación, era esa que le tomó sin que se diera cuenta el día que fueron a ver las estrellas y usó sus lentes por primera vez. Le traía tantos recuerdos... —¿Me preguntas que haré? Pensé que era más que obvio—desapareció su arma, pues Geno entendió que no debía de seguirlo. —Volveré a empezar de nuevo, a conquistarlo otra vez, que vea que yo estoy perdidamente enamorado de él. Incluso si no puedo tocarlo como siempre, veré la forma en que se acostumbre a las caricias de siempre, a mis besos y a mis manos, no me importa lo que tarde, mientras... Error sea él mismo y me ame... Con eso yo seré feliz.

—¿Pero y si el que ya no pueda tocarte sea mi culpa? —ante eso, Reaper le vio con total confusión, por lo que continuó hablando. —Yo le dije que mis sentimientos no influían en él, ¿pero y si por accidente mentí? En ese tiempo no sabía, no podía ser verdad, pero ahora que yo estoy aquí presente... ¿Él seguirá amándote, o eran mis sentimientos los que se expresaban mediante Error?

Reaper se quedó en silencio, no quiso responder a la pregunta de Geno, no cuando era algo tan doloroso de sólo imaginar.

—Vete de aquí. Sal de esta habitación, puedes ir a quedarte a la de Goth, pero no quiero verte aquí.

Geno salió de ahí sin decir nada, sólo volteó a ver a su ex esposo, el cual se derrumbó en el suelo. Había hecho algo malo como siempre, ¿por qué no pudo callarse? Se estaba odiando tanto por ver como había dejado a Reaper. 

—Lo siento... —susurró al cerrar la puerta, aunque esto Reaper nunca lo escuchó.

Eres tu [DestructiveDeath]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora