Parte 33

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11 de Febrero, 07:32 AM

Siento el aire fresco de la mañana, distinto a cualquier otro que haya respirado últimamente. El pueblo de Huerta se yergue ante mí, aún envuelto en la tenue luz del amanecer, el mismo pueblo en el que pase gran parte de mis años de infancia y adolescencia. Cada vez que miro hacia él, una presión se acumula en mi pecho. No es solo el miedo de enfrentarme a lo desconocido, sino la angustia de lo que podría encontrar ahí dentro, en mi pueblo, en mi casa.

La última voz de mamá, antes de que todo colapsara, retumba en mi cabeza, llenándome de nostalgia y preocupación. ¿Estarán bien? ¿Estarán siquiera... vivos?

Sanzo, que parece notar mi inquietud, se acerca y coloca una mano en mi hombro. "Quizás aquí sea diferente. Huerta es pequeño y está alejado de las grandes ciudades", me murmura con un optimismo que envidio. Sin embargo, las imágenes de Toledo en ruinas y los seres errantes aún están demasiado frescas en mi mente.

Antes de continuar, decido que es mejor dejar el coche al inicio del pueblo. Sería menos llamativo y, dadas las circunstancias, no quiero correr riesgos innecesarios. Miro a Sanzo, quien asiente en acuerdo.

Lanzo un largo suspiro antes de continuar... Ha llegado la hora.

Apocalipsis Z: CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora