29 de Mayo, 10:00 AM
Se acabó, los infectados han conseguido entrar.
Pero aun no nos han pillado, al menos no a todos. Sanzo y yo todavía seguimos con vida. No puedo decir lo mismo de Navarro y sus hombres.
Ese carbón había perdido por completo la cabeza. No sé si debido al miedo la presión o lo que fuera que le estaba aquejando en cabeza el muy suicida quería abrirse paso a través de la masa de infectados a tiro limpio hasta la furgoneta.
Evidentemente le dije que era una estupidez como un piano, pero se negó a escucharme. No tardamos mucho en alzar la voz y ponernos a discutir.
Insistió en que le entregara las llaves de la furgoneta mientras su ira crecía a cada momento, finalmente saco su arma apuntándome directamente a la cabeza. Por un segundo creí que ese era mi fin.
Sin embargo los putos infectados hicieron su aparición estelar, no puedo creer que esos cabrones nos hayan salvado la vida.
Mientras el oscuro cañón del arma apuntaba a mi frente, la barricada que contenía a los infectados cedió repentinamente.
El estruendo de los disparos se mezcló con los gritos de los infectados, creando un caos ensordecedor.
Ante tal escena, Navarro bajó la guardia apartando el cañón de mi cara y dándome la espada para centrar su atención en los infectados que se abalanzaban sobre nosotros.
No me lo pensé dos veces, aproveché para darle una patada con todas mis fuerzas en la espalda derribándole al suelo, mientras le gritaba a Sanzo que empezara a correr.
Mientras huíamos, Navarro disparo barias veces contra nosotros fallando en el intento antes de que los infectados se abalanzaran sobre él.
Sin mirar atrás nos colamos por una puerta que daba al almacén y cerramos rápidamente esperando que los infectados no nos hubieran descubierto.
Llevamos aquí unas cuantas horas. Los gritos te terror se han apagado hace mucho. Pero todavía puedo oír a esas cosas.
Parece que están mas calmadas. Sin embargo de momento no nos atrevemos a salir. Ni siquiera a echar un vistazo. Por ahora no saben que estamos aquí. Al menos eso espero.
Sanzo parece que no puede más, a caído rendido supongo que de todo el cansancio y la excitación.
Que siga así por ahora, cuando llegue el momento saldremos.
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Apocalipsis Z: Caos
Science FictionEn una sociedad inmersa en la rutina y la comodidad, la vida tal como la conocemos llega a un repentino y desgarrador final. Un apocalipsis se ha desatado, transformando las calles familiares en lugares de terror, y las rutinas cotidianas en luchas...