Parte 112

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28 de mayo, 00:05 AM

Mientras el vehículo avanzaba por caminos polvorientos, el silencio se apoderaba del interior. Solo el ruido del motor rompía la quietud. A pesar de la proximidad de mis compañeros, me sentía aislado en mis pensamientos, sumido en una oscuridad interna que eclipsaba la luz del atardecer.

La noche a caído, pero hemos encontrado refugio en una iglesia fuera de la ciudad de Atienza, donde supuestamente está el "objetivo".

En el muro de piedra de fuera hay un pequeño letrero junto a la puerta (Cerrado del Val) supongo que se referirá a esta iglesia. La verdad es que no me suena, no soy precisamente un experto en órdenes religiosas.

La atmósfera dentro de la iglesia era sombría y cargada de tensión. Nos acomodamos en el espacio vacío, rodeados por bancos polvorientos y las sombras alargadas de las velas. El eco de nuestros pasos resonaba en el amplio recinto, recordándonos lo solos que estábamos en ese lugar desconocido.

Sanzo se acurrucó en un rincón, con la mirada perdida en la distancia, mientras los militares intercambiaban murmullos nerviosos entre ellos. Me a preguntado varias veces que vamos a hacer, pero no se que responderle. Solo me limito a darle ánimos y decir que saldremos de esta. No pienso darle a ese bastardo de Álvarez la satisfacción de palmar aquí.

El sargento Navarro, con su expresión severa, comenzó a trazar un plan de acción. Sus órdenes resonaron en el silencio de la iglesia, marcando el inicio de lo que prometía ser una misión peligrosa y desafiante.

Al menos a tenido el detalle de esperar a que amanezca para hacer su incursión a la urbe. Tampoco es que su plan sea muy complicado. Básicamente consiste en dejar aquí el vehículo e ir a pie hasta Atienza para llegar al supermercado.

No voy a decir que me parece una mierda, pero si, el plan es una autentica mierda.

Mientras escuchaba las instrucciones del sargento, mi mente divagaba, tratando de encontrar una salida a esta situación. Pero cada vez que pensaba en escapar, me enfrentaba a la dura realidad de que estábamos atrapados en medio de un territorio hostil, sin ninguna esperanza de ayuda. Además dos de mis compañeros siguen atrapados con estos cabrones, por no hablar de Trueno. No puedo dejarles atrás.

Sera mejor que descanse un poco. 

Apocalipsis Z: CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora