11 de agosto, 21:30 PM
Acaba de terminar la transmisión de Radio Apocalipsis y, por supuesto, no han tardado ni dos segundos en soltar sus primeras risas.
!Maldito Jax! Esten donde estén espero que Sam te dé un sartenazo en esa cabeza de chorlito que tienes. !Bocazas!
Sanzo, con esa sonrisa traviesa, me lanza una mirada de reojo mientras Claus, atufando a todo el mundo con ese troncho aliñado que ese está fumando, intenta contener la carcajada entre toses. (Joder con el yayo).
Hasta Silvia, que normalmente es más discreta, se está cachondeando. Esta vez no pudo evitar unirse a la fiesta. Parece que me he vuelto el centro de atención desde que Jax soltó ese comentario a la ligera, pero yo... yo solo quiero desaparecer bajo tierra.
Joder, qué vergüenza.
—¡Vamos, muchacho! No me digas que no te lo esperabas —Claus me anima mientras me da un golpecito en el brazo con tono burlón —. Sabes que a Jax le encanta pinchar, y mira, al menos nos ha dado algo de qué reírnos hoy.
(No si este ya se ríe solito con el aliño).
Sanzo no tarda en seguir el juego, imitando a Jax con una voz exagerada: —"Porque, claro, a los que tienen menos suerte con las truchas que con las mujeres... ¡les dedicamos este temazo!" —Su risa resuena por el campamento como si hubiera contado el mejor chiste del siglo.
Perfecto. La escena que había intentado dejar atrás ahora vuelve como un boomerang, y para colmo, en estéreo.
—Muy gracioso —murmuro, mientras me llevo la mano a la frente, intentando que no vean lo rojo que estoy.
Silvia, con una sonrisa más contenida, me mira de reojo y sacude la cabeza. —No te lo tomes tan a pecho. Podría haber sido peor... Podría haber contado más detalles de tu romance con Sam. —Aprovechó para pinchar un poquito.
No tengo ganas ni de contestar a eso. Que se jodan un poco y sigan rumiando. Total, es la única victoria que voy a tener hoy.
Por un momento me imagino la escena de Sam dándole un sartenazo a Jax en la chola para continuar echándole la bronca por ir de listillo y una sonrisa se me escapa de la boca.
Pero la sonrisa se desvanece rápido, dejándome en ese espacio incómodo entre la broma y la realidad. El eco de las risas de mis compañeros sigue ahí, pero en mi cabeza se mezclan con un silencio que pesa más de lo que me gustaría admitir.
Me enderezo un poco, apoyándome en la roca a mi espalda, y dejo que el silencio se instale. Por un segundo, los demás también se quedan callados, quizás dándome el respiro que no sabía que necesitaba.
La verdad es que es lo que Jax dijo... El mensaje de Sam.
(Suspiró profundo).
Desde que partimos, su ausencia no ha hecho más que agrandar el espacio vacío en mí.
Es curioso pensar en ello ahora, en este mundo roto. Parece fuera de lugar, casi irrelevante cuando cada día es una lucha por sobrevivir. Y, sin embargo, aquí estoy, dándole vueltas a algo que, en el fondo, me mantiene tan vivo como la comida o el aire.
El amor no es lo que solía ser. Ya no son promesas de un "para siempre", ni planes de futuro. Aquí, el amor se convierte en algo más crudo, más inmediato. Es estar ahí, hoy, en este momento, sabiendo que mañana puede no llegar. Es un abrazo rápido antes de una batalla, un beso robado antes de una despedida, una mirada que dice más de lo que las palabras permiten.
Esto es algo que me a enseñado ella. Como una chispa en medio de la oscuridad. Pero esa chispa, aunque pequeña, ha sido suficiente para encender algo más grande en mí. Algo que me hizo sentir... vivo. En medio de todo este caos, me recordó que aún era humano, que podía sentir algo más que miedo, cansancio o desesperación. Podía sentir cariño, deseo... y, sí, amor.
Pero no me engaño. El amor, en este mundo, es un riesgo. Porque, ¿cómo puedes permitirte amar cuando sabes que cada día puede ser el último?
Si alguien tiene una respuesta por favor que me lo diga. (Risa triste). Tal vez solo sea un cobarde.
Ahora que estamos separados, no puedo dejar de pensar en si debí haber actuado de otra manera. ¿Debí haber ido tras ella? ¿Haberme quedado? Pero el amor no se trata solo de seguir tus impulsos, no en este mundo. Aquí, el amor también significa dejar ir. Significa saber cuándo apartarte, cuándo dejar que el otro siga su propio camino, incluso si eso te rompe un poco por dentro.
Tal vez, donde sea que esté, Sam esté pensando lo mismo. Tal vez sienta lo mismo. O tal vez no. En este mundo, no hay tiempo para certezas.
Solo tienes el ahora, y lo que haces con ello.
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Apocalipsis Z: Caos
Science FictionEn una sociedad inmersa en la rutina y la comodidad, la vida tal como la conocemos llega a un repentino y desgarrador final. Un apocalipsis se ha desatado, transformando las calles familiares en lugares de terror, y las rutinas cotidianas en luchas...