Parte 88

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22 de abril, 17:30 PM

El día de hoy ha sido uno de exploración y descubrimiento en Cívica. A pesar de que el lugar emana un aire de soledad y abandono, tiene su encanto. La aldea tallada en roca parece una escena sacada de un cuento antiguo, y el paisaje que la rodea es una mezcla de rocas imponentes y vegetación escasa pero resistente, con un toque árido que le da un carácter único.

El primer hallazgo del día fue en un pequeño bar, nada del otro mundo, de echo nada en el mundo sugería que eso era un bar, ya que apenas es una casucha de cal y tejas que parecía haber sido olvidada por el tiempo. Pero dentro, para nuestra sorpresa, encontramos un buen alijo. Una máquina de tabaco aún llena con cajetillas de cigarrillos y varias botellas de alcohol. Claus y yo no pudimos evitar sonreír al verlo. Parece que hoy la suerte estaba de nuestro lado. Esta noche podre calentar el cuerpo con algo más que café.

Satisfechos con el primer botín, continuamos explorando algunas de casas más alejadas.

Estas viviendas tenían una pinta más acogedoras y modernas, incluso una de ellas tiene una piscina que en algún momento seguro debió ser fuente de felicidad y diversión. Llena de agua clara y cristalina, aunque ahora sus aguas sean poco mas que un estanque cenagoso plagado de hojas y algas. En esta ultima casa el descubrimiento no fue tan bueno, pero no me quiero adelantar.

En la primera casa no encontramos nada interesante, algunas latas de conservas en buen estado que nos vienen de lujo, pero poco mas que pudiera ser de utilidad, en barias de ellas directamente pasamos de entrar ya que apenas nos acercamos escuchamos fuertes ruidos provenientes del interior y decidimos que era mejor no tentar a la suerte.

También encontramos un criadero de víboras con las letras MDCCCLVI o al menos eso es lo que rezaba en la pared de piedra. Supongo es esta aldea conserva restos de la época romana. Sobra decir que por supuesto que las instalaciones aunque actuales estaban en total abandono. Hará meses que nadie pisa por allí, desde el confinamiento, la pandemia y esas cosas.

La última casa que exploramos, "la de la piscina" ahora sí. Nos deparó una escena mucho más sombría.

En su interior, encontramos los restos de lo que parecían ser los antiguos propietarios. Los cuerpos estaban casi descompuestos, y la atmósfera del lugar era pesada, cargada de tristeza y desesperación.

En una esquina, descubrí un cuaderno con anotaciones. He pasado algunas de ellas a este diario.

(Anotaciones)

Parte 1:

Algunos vecinos han sido infectados. Esta mañana al acercarme a casa de Juan su ni el ni su mujer contestaban, por el contrarios se oían fuertes ruidos en el interior de la casa, como si se estuviera destrozando cosas. "Maldita sea, le dije que no se fuera a repartir esos suministros al pueblo vecino". Pobre Juan, espero que su mujer y sus hijos estén bien.

Parte 2:

Esas cosas pululan por ahí sin rumbo fijo, ayer eran unos pocos, pero hoy son muchos más. Espero que pasen de largo.

Parte 3:

Hoy e visto a mi vecino Juan, o lo que queda de él. No se como a logrado salir de su casa y ahora está ahí fuera por mitad del campo tambaleándose sin como una de esas cosas sin dirección ni propósito. No e visto ni a su mujer ni a sus hijos. Temo lo que haya podido ocurrirles.

Parte 4:

Nos estamos quedando sin alimentos, el agua corriente a sido cortada hace semanas. Y esas cosas siguen por ahí fuera. Tengo sed. Tengo mucha sed.

Parte 5:

Mi mujer se a desmallado, apenas tiene fuerzas para continuar, estamos desnutridos y débiles, temo que este sea nuestro final.

Parte 6:

Mi mujer a fallecido, mi pobre mujer... No me quedan fuerzas para seguir, dentro de poco yo también acabare...

Parte 7:

No creo que pase de este día, apenas puedo sujetar el bolígrafo. Esto muy cansado... No puedo pensar con claridad... Tengo... frio.

No hay mas anotaciones. Si me preguntan por qué he escrito esto. La verdad es que no lo sé. Supongo que me daba pena la historia de este tipo y merecía algo mejor que ser olvidado en un rincón oscuro y sucio consumido por el polvo y los gusanos.

Al menos nosotros sabemos lo que os ocurrió. Ya es mas de lo que se puede decir de otros.

Padres, madres... Hermanos.

Mierda, no quiero pensar en eso.  

Apocalipsis Z: CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora