1) Caos personal y universitario.

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Hoy, como todos los días me encuentro en el pasto del campus, en una sombrita con el libro que llevo leyendo, abierto, mientras lo veo cerca de las gradas donde él se encuentra dibujando en un cuaderno. Ay.. que sexy se ve todo concentrado.

Me mordí mi labio inferior al mismo tiempo que lo observó mover su mano con delicadeza, con sus cejas arrugadas y sus labios atrapados entre sus dientes. Suspiré como loca enamorada y en un momento dado él alzó su mirada y miró en mi dirección, pero rápidamente ubiqué mi mirada en mi libro.

Duré un rato así, hasta que no sentí su mirada y mire disimuladamente por arriba del libro, pero el aire dejó mis pulmones cuando me dio una mirada como diciendo: "Te caché" para después darme una sonrisa.

Realmente esto no está pasando, esto es un sueño, ¡¿Por qué tuvo que notarme ahora después de par de meses?!, No es que no esté de acuerdo en que me mire, no, pero es que prefiero ser yo la espectadora que el objetivo.

Él cortó el contacto visual para recoger sus cosas y marcharse. Cuando se paró cerré mis ojos y respiré de alivio; sin embargo, al abrir mis ojos lo encontré caminando hacia acá, así que entre en pánico y me pare más rápido que inmediatamente, pero cuando me di vuelta choque con un torso duro, mandándome directo al suelo y en el proceso perdí mis lentes.

—¡No, no, no! —rápidamente me puse a buscarlos, como una loca, mientras escuchó al causante de mi caída burlarse de mí.

—Ya la próxima ves por donde andas —lo visualice frente a mí, pero no le puse mucho caso y seguí buscando con frenesí mis lentes.

—¡¿Por qué, por qué?! —el pánico al que él los halla roto o botado me altera, además que él viene hacía acá.

En un momento dado mi mano tentó algo, pero fue superficial, por lo que volví hacia atrás y sentí una mano bajo la mía, la cual sostiene mis lentes. Suspiré de alivio y sonríe inconscientemente porque están sanos y a salvos.

—Creo que esto es tuyo —la persona frente a mí tomó mi mano y los colocó en mi palma, así que la cerré tan pronto lo depósito allí, haciéndolo soltar una risita, una muy suave y linda.

—Gracias —susurré mientras me acomodo mis lentes.

—No hay de que —sentí un toquecito en la barbilla, uno muy tierno.

Una vez lo hice, mire a mi salvador y al ver su rostro muy cerca del mío y al verlo a él, solté un jadeó horrorizado.

—¡Mierda! —salí directo hacia atrás.

Él me miró extrañado, pero me pare sobre mis pies y salí corriendo como Felix Sánchez, sin mirar atrás y sin retroceso.

Una vez estuve adentro de las instalaciones que dan hacia los casilleros, me pare y apoye mis manos sobres mis rodillas para respirar como loca.

Uff, eso fue y estuvo muy cerca. Me enderece y fui directo a clase, una que aún no comienza, pero no quiero estar allí afuera después de esto.

Entre y minutos después entró la profesora y después comenzaron a entrar los estudiantes.

Visualicé al dúo que tengo como amigas; Deborah, la castaña bajita y regordeta y la alta pelinegra; Mariam, la cual tiene un corte de cabello como Dora la exploradora.

Ellas vienen hablando y riéndose hasta que llegaron y se sentaron cada una a mi lado, yo no le puse caso, sino que me recosté de mi mesa mientras suspiro exageramente.

—Por mis experiencias en el amor, veo que ha pasado algo con el chico —Mariam pinchó una de mis mejillas y yo lloriquee.

—¡Tus experiencias son un asco, así que no me compares, no lo hagas! —lloriquee más fuerte porque tiene razón, algo ha pasado, y es la primera vez que tiene razón.

DESDE LA LEJANÍA. (Completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora