53) ¡Muy romántico!

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—Según mi doctora debo ponerme la dosis recomendada en la mañana y noche porque las pastillas ya no me hacen efecto, sino moriré de un bajón de ella, o bien puede ser un subión; como quiera es un desastre —confesó y yo quede shockeada.

—¿Tan mala es tu azúcar? —pase mi mirada desde uno a otro.

—Es alta, de la mala, así que cualquier emoción fuerte puede hacer que me suba demasiado; pero, si me baja es porque llevo mi dieta más que bien y me pongo la insulina al pie de la letra, lo que ocasiona que baje demás —explicó y yo me angustie por ella—. En conclusión, debo de estar siempre en mi termino medio, pero se que Dios me sanará de ella y no sufriré más de esto —aseguró y Joseph se relajó.

—Así se habla, Dios tiene la última palabra —asintió y creo que es tiempo de que baje.

—Nos vemos esta noche —les dije y salí.

—Con Dios —me dijo adiós con la mano y yo se lo correspondí. Joseph me tiró un besito volador haciéndome sonreír.

Sin duda no me esperaba esto, ¿Será por la enfermedad de ella que se irá? No, no creo, aquí puede ser atendida sin tener que irse; se que es algo más y muy delicado.

Familiar.. quizás.

Entre al aula y me senté bostezando, llamando la atención de mis amigas.

—¿No dormiste bien o que? —indagó Miriam.

—Si, solo me levante muy temprano porque fui con Joseph al hospital —confesé.

—¿Hospital? —preguntó Deborah así que la mire.

—Su hermana esta mal de salud, hoy le dieron de Alta —expliqué. Ellas se quedaron en silencio.

—No sabíamos que tenía hermanos —murmuró Miriam.

—Yo tampoco, me di cuenta ayer —susurré—, Aunque la conocen, es la chica que pensaba era su novia, la del cine —aclaré y ellas soltaron una risita.

—Debió ser incómodo para ti conocerla —se burló Miriam.

—Ni tanto —afirmé—. Otra cosa —mire a Miriam y luego a Deborah—, Necesito de su ayuda para el vestido; soy su acompañante de graduación —sonreí al ser halada de ambos brazos por mis amigas mientras chillan de emoción.

—¡Eso es muy romántico! —exclamó Deborah.

—Muy cursi también, pero me gusta —opinó Miriam.

—Lo se, lo se—me permití sonreír mientras trato de olvidar que ese mismo dia se va—. ¿Ustedes van?

—Nos han invitado unos chicos, pero declinamos; somos ajenas —Deborah enseñó su anillo.

—Habla por tí, Dea —bufó Miriam.

—¿Aún no son novios? —cambie el tema y Miriam torció sus labios.

—Dije que lo pensaría —contestó y sus mejillas se sonrojaron.

—¡¿Por que hiciste eso si te gusta?! —le susurramos Deborah y yo.

—Tengo miedo ¿ok? —su mirada se entristeció y supe que toque un tema delicado—. Él ha sido demasiado bueno para ser verdad —suspiró y miro al frente.

—Con mayor razón, disfrútalo como no hay mañana y si se daña pues no te arrepentirás porque te diste una oportunidad —le di una sonrisa y ella también—. También dijiste que él parecía el indicado.

—Supongo que tienes razón —sonrió Mia.

—Ire a su casa hoy—mire a mis amigas volviendo al tema principal.

—¿En serio, ustedes dos solos? —Deborah me dio una sonrisa pícara. La mire con aburrimiento.

—No es para lo que pasa por tu cabecita de cacaito —le di un toquecito en la frente.

—¿Entonces? —curioseo Miriam. Sonreí.

—Es como una bienvenida porque soy parte de la familia ahora y también porque le dieron de alta a su hermana —aclaré. Ellas asintieron.

—Tipo fiesta —comentó Miriam y yo rode mis ojos.

—¿Pueden parar de comparar lo que ustedes hacen con lo que yo hago ahora? —me queje—, Es fastidioso.

—Ok, entonces cenaran los tres, como una familia —finalizó Deborah y yo asentí—. Suena divertido, pero de todas formas mantente alejada de él; los dos solos jamás —Deborah me miró con mucha seriedad—, Eras, o eres muy activa para él, así que no quiero que le quites su virginidad antes de la boda —me señaló y Miriam se echo a reír, más yo me estruje la cara.

—Nunca he sido muy activa, bueno, no tanto y ustedes no saben si lo es o no, ni yo lo se —alcé mis manos y un poco la voz, llamando la atención de la profesora.

—¿Algo que agregar a la clase, chicas? —¿Que no nos dijo explosivas? Raro. Negamos—. Pues pongan atención y dejen el habladero —nos dio una sonrisa forzada.

Ella se dio vuelta y nosotras volvimos a la conversación, bueno, mis amigas porque yo no quiero hablar de temas sexuales.

—Con mayor razón, si no es virgen deben de estar separados ¿no? —volvio hablar Miriam—, Digo, no se deben de comer antes de la boda porque tengo entendido que es pecado —le siguió la corriente a Deborah y yo suspiré cansada.

—Él tiene mucho auto control y yo también —dije dando por terminado el tema y ellas asintieron muerta de risas.

Agh, como las detesto ahora, ni siquiera estaba pensando en eso, bueno, trato de no hacerlo porque puedo hacer algo que no quiero, y es que después que se prueba eso es difícil de no querer hacerlo otra vez, y de hecho nunca he sido una chica activa en eso, pero no significa que no lo deseé.

Y más que volver a experimentar eso con Ismael no me ayudó mucho que digamos, lo único que me consuela es que siempre estamos donde hay muchas personas y si acaso estamos solos pues hay alguien más, aunque no nos hemos visto mucho que digamos, solo tenemos una semana.

Menee mi cabeza para despejar esos pensamientos pecaminosos ocasionados por mis amigas y puse atención a la clase hasta que terminó la clase. Tome mis pertenencias y salí con mis amigas, cada una agarrada de cada brazo.

¿Por que? Porque mi novio ya terminó su carrera y su graduación es el domingo y no tengo con quién estudiar la biblia, así que decidí ir con mis amigas para la cafetería, así mientras ellas hablan yo leo la biblia.

—¿Que pediran? Ire por ellos —se ofreció Miriam y nosotras nos pusimos a pensar—. Hablen rápido que hoy hay mucha gente —volvió hablar al ver casi todas las mesas ocupadas.

—Un sándwich diabetico —hable por fin. Ahora me gustan—, Y un jugo de naranja.

—Cualquier cosa que sepa bueno —me siguió Deborah y Miriam asintió y se dio la vuelta para la fila.

—Vayan buscando una mesa —demandó y nosotras nos fuimos.

Fue una tarea difícil porque al ser un lugar no muy grande, día de semana y lleno de personas, tuvimos que recorrer casi la cafetería entera hasta que dimos con la mesa donde se sentaban los amigos de Joseph y nos sentamos ahí a esperar a Miriam.

Por suerte hoy solo nos toca dos materia, la de esta mañana y la que va después de que comamos y solo es la entrega de un trabajo y ya, y después para nuestras casas.

La fila disminuyó rápidamente y Miriam vino con nuestros pedidos en una sola charola, una grande y se sentó y mientras ellas comen y hablan yo leo y me cómo mi sándwich; de ves en cuando le hablo de la biblia y así hasta que terminamos y salimos a recorrer los alrededores de la universidad hasta que el tiempo termine, ya que el cambio de hora de hoy es más extenso que los anteriores.

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Jeremías 33:6.

He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.

DESDE LA LEJANÍA. (Completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora