36) Testimonio.

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Esta decorada de morado en todos sus tonos con letras poco profesional, y no tengo que ser adivina para saber que son de mis niños. Muchos letreros dicen: "Espero te recuperes pronto", "Te extrañabamos un montón", "¿La comida del hospital es buena?" y un sin fin de carteles con preguntas.

Solte una risita y agarre unos de los muchos globos que hay flotando en la casa.

—Son los mejores —mire a Johan porque se que fue quién lo preparo todo y él alzó sus hombros.

—Lo se.

—Señorita —la voz de la policía me hizo explotar el globo sin siquiera mirarla y fue mejor así, no quiero que vea mi cara de enfado.

Me relaje, me senté en el sofa con Ismael a mi lado, quién no perdió la oportunidad de abrazarme y darme palabras de aliento.

—¿Que quiere saber exactamente? —pregunté a la defensiva y ella se sentó en el sofá individual.

—Solo necesito que me respondas unas preguntas —me dio una sonrisa. La mire seriamente.

—Pregunte.

—¿Viste a tu agresor? —no respondí. Ella suspiró—. Tenemos una denuncia hecha por tu novio.. dijo que te golpearon, así que necesito tu parte del testimonio —mire a Ismael y él asintió.

—No, no lo llegué a ver.. me quitó los lentes antes de que pudiera conocerlo —baje la mirada y ella apuntó algo en una libreta.

—¿Te acuerdas de su voz? —yo asentí levemente. Ella sacó una grabadora, parecida a la que esta grabando mi testimonio—. ¿Conoces esa voz? —le dio a que suene.

¿Conoces a Yarida? —le preguntaron a alguien.

No, no se quién es. ¡Soy inocente! —gritó.

Al escuchar el grito di un salto levemente y los pelos de mi cuerpo se dispararon por el escalofrío que sentí al escuchar su voz. Mire a la policía, asustada y ella miró a su colega.

—Necesito que digas si o no con la boca, por favor —me dio una mirada de compasión.

—Si.. es la voz de Braulio —mis manos comenzaron a temblar y mi padre intervino.

—Ok, ya esta bueno por hoy —entró a la sala.

—Debemos hacerles unas preguntas más —contra atacó la policía y mi padre soltó una risita.

—¿No ve como la pone el tema? —preguntó y ella se quedo callada—. Es mi hija, y si para poner entre las rejas a su agresor tienen que obligarla a hablar de algo que no quiere, que se quede afuera entonces, pero las consecuencias seran de ustedes —dijo recto.

—Pero, señor..

—Fuera —señalo la puerta.

—No me ire, neces..

—¡Dije fuera de mi casa, ahora! —el grito dejo a todos helados—. Ya ella dijo lo más importante, no quiero..

—Padre, esta bien —él me miró con tristeza. Le di una sonrisa debil—. Hablare, esta bien, tranquilo —él cerró sus ojos y se hincó frente a mí.

—¿Estas segura, princesa? —me miró con preocupación. Asentí—. No quiero que hagas algo que no quieres hacer.

—Esta bien, algún día debo de hablarlo —baje la mirada. Él suspiró.

—Esta bien, pero me quedare a tu lado —se sentó a mi lado y me atrajo a su cuerpo—. Hable —demandó y la mujer dio un respingo.

—¿Que relación tenías con él?¿Amigos, ex, conocidos, nada? —me miró con curiosidad.

—Compañeros de universidad —confesé en un hilo de voz—. Nunca pasamos palabras más que una vez cuando me dijo que le gustaba y lo rechacé.. su forma de mirarme no me gustaba, pero no le di mente, supuse era algo normal en él.

—Uhm.. —ella asintió—¿Puedes describirme el suceso de ese día?

—Yo.. —asentí y ella también.

—Te escuchamos..

Le conte todo, con dolor, pero lo hice y ella dijo que si estaba bebida eso puede jugar en mi contra, por lo que yo deje salir el aire de mis pulmones y mire desde Ismael a mi padre, y ellos se quedaron neutros hasta que Ismael la miró fijamente.

—¿Que insinúa? —le dio una mirada agria.

—No isinu..

—¿Ah no? ¿Entonces en que queda el hecho de que la vi en el suelo con él en el mismo lugar y él lleno de vomito? —alzó una ceja y ella dudo—, ¿Esta siendo profesional o es de esas que con dinero tienen? Si es así tengo bastante para que lo mentan a prisión —apretó su mandíbula, muy enojado. Ella asintió.

—No estoy diciendo eso, solo que ella se pudo a ver equivocado por la ebriedad, pero si usted dice verlo esta bien —se removió incomoda. Tome la mano de Ismael y él se relajo visiblemente.

—Que estuviera ebria no significa que este equivocada o que no pueda reconocer esa voz, su voz —la mire con una ceja alzada y ella me miró —. ¿Ha bebido alguna vez, policía? —la pregunta la descolocó.

—¿A que viene la pregunta?

—Si lo hace y se ha embriagado, ¿No ha recordado parte de lo sucedido? —ella puso sus labios en una linea recta.

—Claro que si —afirmó.

—Ahí esta mi declaración, me despido —me pare del mueble y le hice seña a Ismael para que tome mi mano y lo hizo con una mirada orgullosa.

—Esa es mi chica —me sacó de la sala y me ayudo a subir las escaleras.

Mire para abajo y vi a mi padre hablar con ellos de algo que no sé mientras mi madre esta en el marco de la puerta de la cocina, impidiendo que los niños salgan a la sala a interrumpir a mi padre.

Entre a mi habitación cuando estuve en frente de ella y él lo hizo detras de mí. Me senté en mi peinadora y él me mira a través del espejo.

—¿Puedes peinarlo? —él asintió y se acercó—. ¿Que le hiciste a Braulio? ¿Irás a prisión por ello?

—Solo le di su merecido y tranquila, tengo un buen abogado en caso de —comenzó a peinar mi cabeza.

—¿Que le hiciste? —él torció los labios y paró para verme.

—Solo le rompí una pierna y algunos huesos —me miró inquieto y yo suspiré mientras cierro mis ojos.

—Si es muy grave puedes ir a prisión —lo mire asustada.

—Él esta vivo —rodo los ojos, cansado del tema—, Tiene un yeso y ya, los demás moretones no son tan graves —siguió peinadome.

—No quiero volver a verlo.. quiero irme de Virgini..

—¡Pero si es la muerta en vida! —la puerta fue abierta, interrumpiendo mi discurso y por ella entraron mi dos amigas.

DESDE LA LEJANÍA. (Completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora