23) Dos y pico de la madrugada.

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Dos de la mañana y no he pegado un ojo y es algo horrible porque más tarde tengo universidad.

Me pare en la cama a mirar la oscuridad, hasta que escuché un golpe sordo en la parte de abajo que me puso alerta y no, no son mis padres porque llegaron como a las once de la noche, así que no pueden ser ellos.

Me pare de la cama y procedí a bajar con el corazón en las manos, pero no vi nada ¿Y si es un ladrón? Bueno, si es uno solo hay que llamar a la policía, si me da tiempo y no me mata antes.

Me dirigí a la cocina, pero esta todo en orden al igual que toda la casa e iba a subir de nuevo, pero cuando subí los dos primeros escalones escuché una voz inentendible proveniente desde la puerta principal.

Así como di esos pasos los retrocedí y fui a pasos cautelosos hasta la puerte y vi por la mirilla de la puerta, pero no vi a nadie, aunque la luz que se cuela por la puerta todas las noches lo delata porque esta siendo opacada por dicho ser.

—Es ahora o nunca.. —susurré y tomé el pomo de la puerta y lo gire despacio para ver por una endija quién esta ahí.

Pero..

Parece que esa persona estaba apoyanda en la puerta porque me mando directo con todo y puerta al suelo, de nalgas.

—Mierda —me asuste más por el sonido que por la persona que esta tirada en el piso con una botella abrazada al pecho.

Mire a todos lados para después pararme con todo y dolor de nalgas para ir donde dicha persona, pero al ver su rostro me quede estática, ¿Que rayos hace él aquí?

Me abaje a su altura, le di una palmadita en el rostro y él abrió sus ojos levemente y al verme, si es que me vio, sonrió.

—Yarida —arrastró la palabra y yo cerré los ojos, con el corazón al mil por hora, con la simple idea de que lo vean aquí.

—¿Como entraste aquí? —curiosee.

Pero no lo deje terminar porque vi al seguridad dar su chequeo nocturno, por lo que rápidamente entre el cuerpo a la sala y cerré la puerta, para después verlo desde mi altura original con la batalla interna de si lo tiro a fuera para que él lo vea y lo lleve a la cárcel o subirlo a mi habitación para que me explique que hace así.

Bueno.

Ya lo estoy arrastrando hacía arriba como puedo, así que ya pueden ver que decisión tomé.

Una vez arriba me desplome en el suelo con él, a descansar porque pesa el condenado. Volví arrastrarlo, pero está vez hasta mi habitación y lo tumbe en la cama.

Se ve muy tranquilo, como si esta durmiendo, pero no es así, es el alcohol que tiene en su sistema por lo que está así.

—Porque todo tiene que pasarme a mí —me pase la mano por la cara antes de ir a quitarle la ropa para meterlo a la ducha.

Bueno, solo le quite la chaqueta de cuero y el polo que tenía bajo y lo lleve al baño. Cuando estuvo allí le metí la cabeza en la ducha con cuidado de que no se caiga y la abrí.

—Fría, fría.. —se removió y estuvimos a punto de caernos los dos a la bañera.

—Se que esta fría ahora quedate quieto —le reclamé y me hizo caso.

Cuando lo saque, lo senté en el retrete y procedí a secar su cabello y su rostro con una toalla mientra él mira cada uno de mis movimientos.

Termine y salí con él detras, ya puede caminar sin tambalearse, aunque aún está ebrio, pero un poco más en si.

—Siéntate ahí —señale mi cama desde una parte de la habitación y él lo hizo, sin decir nada—. Ahora me dirás que haces en mi casa a las dos y pico de la mañana, Ismael —demande mientras me cruzó de brazos frente a él.

—Solo quería verte —cerró sus ojos frustrado—, Solo una última vez..

—Pensé que todo se había arreglado esta mañana —baje mis brazos, decaída y él negó.

—¿Si así fuera, crees que estaría aquí, todo ebrio? —me dio una sonrisa débil—. Te extraño, Yarida y esto me esta matando.

—Ismael..

—Ya se que dije que te entendería, pero no puedo.. no quiero que seas mi ex —se apoyó en sus rodillas, dolido.

—¿Estuviste bebiendo por mi..?

—¿Por quién más si no? —me miró, triste.

—Ismael… —me agaché a su altura y tomé su rostro en mis manos. No me gusta verlo tan destrozado.

—Intentemoslo otra vez, Yarida, yo aún te amo —me miró fijamente—, Y quiero recuperarte, solo dejame hacerlo, por favor —susurró—, Promento que daré lo mejor de mí.

—Yo se que si, pero..

—Por favor.. —interrumpió mi discurso y no supe que hacer—. Si no funciona te dejaré en paz, me cueste o no, pero por favor Yarida, dame esa opor..

No lo deje terminar porque lo besé y quizás debo considerar y dejar de besar a la gente por impulso porque siempre termina mal, ¿prueba de ello?

Lo que paso con Michael y lo que estoy sintiendo en este momento y es que no debí hacerlo porque ahora estoy recordando lo que me hacían sentir sus labios.

Esos labios y su manera de amarme por lo que era, eran las cosas que más me gustaban porque me hacía sentir amada, querida, especial y única.

Solo él tenía ese poder de hacerme sentir así con tan solo un beso y esta mal porque se supone lo superé y me gusta otra persona.. o, ¿nunca lo olvide? ¿Aún lo amo?

Ahora mismo no lo se.

Quise romper el beso, pero él tomó el control y empezó a besarme posesivamente, como me gusta, haciéndome olvidar el lió que tengo en la mente.

Tan así que lleve mis manos a su cuello y él las suyas a mi rostro para después pararme y colocarme arriba de él para comenzar a besarme el cuello de manera lenta, al mismo tiempo que acaricia mi cintura.

Pero..

Eso no paso de ahí porque dejo su rostro en mi cuello donde empezó a llorar, lo se porque la humedad que siento ahí no es de sus labios y sin yo saber porque yo también estoy llorando.

—Dime que esto no fue para callarme, dímelo, Yarida —susurró con la voz rota y yo lo hice mirarme.

—Ismael —puse mi frente sobre la suya con los ojos cerrados, para acariciar su rostro—, Si quiero darte esa oportunidad.. quiero que lo intentemos otra vez y que pase lo que tenga que pasar —él sonrió débil y unió sus labios con los míos en un besito tierno y se tiró en la cama conmigo arriba de él.

—Gracias, me siento muy afortunado —esta vez sonrió con ánimo contagiandome la felicidad.

Y ahi nos quedamos, abrazados hasta que el sueño nos paso factura y comenzamos a dormirnos.

DESDE LA LEJANÍA. (Completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora