Oh si, ahora estoy yo aquí, tratando de recoger mi cabello en un moño, pero se me hizo difícil porque no lo he arreglado en dias y Pues, estan enredados.
Na, como pude me lo arreglé en un moño bajito con mis lambios alante, me mire el flow y sonreí. Llevo un vestido ajustado, color negro, una chaqueta blanca y unos croquis blancos, más una cartera donde llevo mis pertenencias, mi nuevo celular, mi tarjeta de crédito y un poco de maquillaje por si acaso.
Me eche perfume y baje a bajo donde todos estan cenando como una familia que son, bueno, Johan tiene esa cara de enfermo y aburrido porque le quitaron el teléfono. Regla número uno de la casa: Nunca usar el teléfono durante la cena.
—Padres, nos vemos —me acerque a ellos y les bese las mejillas a ambos.
—No llegues tarde —me señaló mi padre con el tenedor.
—Y no bebas —Este fue el turno de mi madre. Ok, cero alcohol.
—Entiendo, cero alcohol —alce mi pulgar en aprobación, no es como que quiero beber después de lo que pasó.
—Y no llegues tarde —enfatizó mi padre.
—No prometo nada —solte una risa y fui a despedirme de mis niños.
A Jerez, Cleo y Perla le di un beso en el cachete y a Johan le desordene el cabello, ganandome una mirada de odio puro, si, él y yo nos queremos como buenos hermanos que somos, si señor.
Cogí mis llaves y salí de casa rumbo a la casa de Miriam y ni bienmente llegue cuando las vi pararse de la orilla de la calle para subir al vehículo. Las mire con extrañeza por lo rápido y arranque.
—¿Sus madres? —curiosee cuando di la vuelta para ir a la plaza.
—Anda juntas —dijo Miriam, como si eso le aliviará por algún motivo.
—Ok..
No le di mente a eso porque se que posiblemente salieron sin permiso, así que arranque sin mirar atrás.
El transcurso hasta la tienda de ropa fue bulloso por las musicas que me pidieron que pusiera, así que cuando nos parqueamos no me extraño ver las miradas juzgonas de la gente, por lo que, como soy buena ciudadana les di una sonrisa y procedí a entrar a la tienda con mis dos hijas detras, como si soy yo la que se va a cambiar de look.
Al entrar me quede a mirar el lugar, es un lugar un poco popi y rosita, el lugar perfecto para Deborah, por lo que no me extraño ver la mirada de reproche hacia Deborah, la cual sonríe feliz de la vida.
—Te dije algo no TAN llamativo, Dea —la miro mal.
—Pero es un buen lugar para tu cambio de look —procedió a mirar un par de tacones, rosas chillón.
—Ok —asentí y ellas me miraron—, Vele el lado positivo. Aquí arreglan el pelo, vende ropa de todo tipo, para gente popi, pero si, además puedes elegir como quieres tu cambio, ¿no? —me crucé de brazos, tratado de que Miriam ceda y que Dea no se sienta mal si sale por la puerta en negación.
—Ok, ustedes ganan —suspiró derrotada.
—¡Si! —si, esa fue Dea.
—Bien, pues vamos a ver el lug..
—¿En que puedo ayudarlas? —la voz que me interrumpió hizo que las miremos.
—Bueno, solo queremos ver el lugar, ya después decidimos —dije asintiendo, mirándo el lugar mientras Miriam lo ve con asco, y no, no esta tan mal.
—Ok, siganme —comenzó el recorrido.
Ella va adelante de nosotras y va señalando y diciendo cada cosa del lugar. Nos enseñó donde están los vestidores, donde estan la ropa organizadas por tipos, y por último nos enseñó el mini salón que hay en el gran lugar.
Después de eso les dimos las gracias y procedimos a escoger el nuevo look de Mariam porque se que ella no lo hará.
Dea escogió unas botas rosas pasteles, el vestido del mismo color repleto de flores pequeñas del color rosa fucsia, el cual es suelto, ni tan pegado ni tan suelto, el size justo para ella.
Yo por mi lado solo le cogí una chaqueta color blanca, ya que estan a la moda y después fuimos al vestidor.
—Realmente no me creo que este haciendo esto —murmuró, para nada contesta.
—Solo es un cambio, eso no significa que cambiarás tu forma de ser —le dijo Dea y yo asentí mientras la entramos en el vestidor.
—Solo no lo pienses demasiado —dije cuando nos sentamos a esperar por ella.
Dea y yo nos pusimos a mover los pies de manera nerviosa con la simple idea de que ella decida no cambiar de ambiente, y no es que no nos gusta como es ella, claro que si, pero solo queremos que sepa que la ropa no cambia su forma de ser, solo tiene que ser ella misma, no tiene que aparentar que es tierna o cualquier otra cosa.
Ella gruñó y segundos después salió y nosotras abrimos la boca, sorprendida mientras ella se sonroja y se remueve incomoda.
—¿Que.. tal..? —esquivó nuestras miradas y yo me aclaré la garganta.
—Bueno, el cambio te queda bien, pero aun falta el maquillaje —dije como toda una profesional y Dea me segundó.
—Si, ella tiene razón, pero aún así, te ves hermosa, Miriam —confesó y le dio una sonrisa tranquilizadora a Mia, la cual suspiró.
—Ok, acabemos con esto..
Se metió otra vez y recogió su ropa para después ir al mini salón del lugar, donde no duramos mucho porque de una nos atendieron.
Le lavaron el pelo a Miriam y le pusieron unos mechones rosa en la punta de sus cabellitos y después de eso la maquillaron sencillamente.
Seguido de eso nosotras la vimos de arriba abajo y alzamos nuestros pulgares en aprobación, por lo que ella solo bufó.
Y es en serio, esta bien buena mi amiga, pero eso no le quitó su aire intimidante. Ella tiene un delineador negro que resalta sus ojos grises casi blancos, los cuales intimidan y atraen a los hombres. Si, es su mayor encanto.
Pero no olvidemos sus pecas, que aunque la deberían hacer tierna la hacen mas intimidante, y aunque no posee un pintalabios negro o morado, como acostumbra, ese rosa pálido al conjunto de su arete en la nariz, en medio de los dos hoyos de esta, y sus ojos, la hacen ver como una chica inalcanzable, y si, lo es.
—Diez de diez —confesé viéndola de arriba abajo, al igual que Dea.
—Si, tienes un aire de Yarida y mio a la vez —comento Dea—, Solo mírate —sonrió feliz de la vida.
—Dea tiene un poquito de razón —dije y pase mi mirada entre la tres.
Y si, Dea posee un vestido de flores color azul pastel, parecido al de Miriam, pero este es de hombros caídos, unos converse blanco y su cabellera atada en una coleta, haciendo que su ternura este en su máximo esplendor, mientra yo tengo lo que ya saben.
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DESDE LA LEJANÍA. (Completa).
Novela Juvenil¿Brechadora? No. ¿Chismosa? No. ¿Metiche? Bueno.. no. No lo soy. ¿Acosadora? ¡JAMÁS! Solo soy una chica... ¿Observadora? Si, eso, observadora.