Me di vuelta, lo abracé por el cuello y enrede mis piernas en su cintura. Él comenzó a caminar hacia el otro extremo y como es más alto que yo pues el agua no lo tapa tanto como a mí.
Cuando estuvo cerca de la otra orilla lo supe, ya que mi espalda chocó con la pared de la piscina. Alcé mi mirada y lo encontré mirando hacia el frente, por lo que yo me dispuse a observarlo.
Su cabello desordenado nada más había hecho tocar el agua para volverse en una manta de rizos, y sus cejas estan levemente fruncidas, cosa que me genera mucha gracia. Sus ojos grises se mueven de un lado a otro, como examinando algo que no soy yo, y su nariz aún posee el arete que le obsequie cuando nos hicimos novios.
El arete es pequeño, pero de color gris, como sus ojos y después estan sus labios rosados, mucho más que los míos y mucho más deseables, o yo lo veo así porque soy mujer.
Volví a sus ojos y ellos aún siguen idos, así que me aclare la garganta, llamando su atención.
—¿Que tanto miras con tanta atención? —acaricié su mandíbula que posee una chivita muy bien cuidada. Él sonrió.
—Esto —me hizo voltearme para que vea al frente—. ¿No es hermoso? —su agarre en mi cintura se ajustó un poco porque me iba a hundí y ambos soltamos una risita.
—Si, los atardeceres son hermosos —sonreí.
No quedamos ahí, en silencio hasta que el sol bajo y comenzó a oscurecerse, además que nuestros cuerpos se estan arrugados. Salimos, tomamos nuestas pertenencias y llevamos la jarra llena de jugo, porque no bebimos, a su lugar y subimos a la habitación.
Él se bañó de primero porque debe de ir a trabajar, así que cuando llegó mi turno lo hice y cuando salí lo encontré acostado en mi cama, mirando al frente, con sus manos detras de la cabeza. Me acerqué y me acurruque a su lado y él no tardo en abrazarme.
—No quiero que te vayas —entre mi mano debajo de su poloche, buscando su calor corporal—, Quedate conmigo hoy —lo mire a los ojos y lo vi batallar.
—Tengo que ir a trabajar.. —susurró.
—Puedes pedir el día libre, por favor —me subí arriba de él y lo abracé.
No quiero que se vaya porque mi felicidad hoy depende de que él este cerca, sino lo esta ahora mi cabeza será un lío de pensamientos y cosas negativas como ha estado pasando últimamente..
Quiero que se quede conmigo, que me de amor y cariño, por lo menos quiero seguir feliz por hoy. Su aparición de hoy me ha hecho feliz y es algo que no entiendo, no entiendo porqué cuando no está me siento como una hipócrita, no entiendo porqué Joseph aparece constantemente en mi cabeza esté o no esté con Ismael.
No entiendo porqué me siento como si lo traiciono con esos pensamientos, aún cuando estoy con él, cuando me abraza, me besa o habla, pero hoy por una extraña razón no he pensando en Joseph, sino que todo mis pensamientos lo ha acaparado él y quiero que así sea, por lo menos por hoy.
—Esta bien —cedió y yo sonreí feliz.
—¡Gracias, gracias, gracias! —llene su rostro de besos mientras él sonríe como un niño pequeño—. Te amo —confesé sin darme cuenta del peso de esas palabras y él se quedo a mirarme fijamente.
—Yo también lo hago, lo sabes —sonrió con debilidad y eso me extrañó, pero no dije nada.
—¿Podemos..? —lo mire apenada mientras me muerdo mi labio inferior.
—Tus padres estan en casa y no creo qué sea buena idea —dudó mirando la puerta.
—Descuida, saben que estas aquí y no entraran a la habitación —me pare y fui hasta la puerta para ponerle seguro.
—¿Estas segura de esto, digo, lista? —me miró y yo asentí.
—Sino no te lo hubiese pedido —expuse con obviedad. Me miró incrédulo.
Puse música a un volumen considerando y me amarre mi cabello en una coleta, coleta que él desordenó cuando me acerque y me senté arriba de él para besarlo.
—Sabes que me gusta ver tu cabello tal y como es —murmuró sobre mis labios.
—Lo se, pero..
—Nada.
Atrapó mis labios entre los suyos de manera posesiva y me quitó el único polo que llevo puesto y yo hice lo mismo con el suyo, al mismo tiempo que él acaricia mi cadera de manera lenta.
Yo llevé una de mis manos a su cabello para atraparlo en un moño y tirar levemente de el para tener un acceso más directo de sus labios y eso ocasionó que él ajuste un poco más mi cintura.
Él acarició mi espalda y se detuvo en el cruce de mi sostén cuando rompió el beso para verme con diversión.
—Tu madre me va a matar si se entera de esto —lo desabrocho como un experto y yo lo mire a los ojos.
—Ya lo se, pero no se lo diras ¿O si? —nos echamos a reír antes de unir nuestros labios una vez más.
—No —negó sobre mis labios con voz ronca para después bajar a mi cuello—, No se lo dire —succionó levemente ahí, sacandome un jadeo.
☀️☀️☀️
Me desperté y no me extrañó tener sus brazos a mi alrededor. Anoche nos dormimos tarde porque después de la cena nos pusimos a ver películas con los niños, sin contar lo que ya saben, pero hoy, hoy hay universidad.
Me di vuelta y me tope con su rostro dormido, donde parece un niño inocente, me acerque a él y me quede a mirarlo mientras acaricio su cabello todo desordenado por dormir.
Las caricias lo hicieron soltar leves sonidos de satisfacción y sonreír y sonrió más cuando me vio al abrir los ojos.
—Buenos días —sonreí contagiada de su felicidad. Me atrajo más a su cuerpo, como si es posible.
—Buenos días, nena—besó mi frente y se sentó en la cama, dejándome ver su cuerpo desnudo desde la cintura para arriba. Y si, es un flaquito bien sexy, aunque tampoco es tan flaco.
—Tenemos universidad, así que tienes que hacerlo rápido. Por mi no te preocupes, iré con Rivas —me levanté y fui hasta el baño hacer pipi.
Cuando salí lo halle vestido, solo con que le falta su polo y al verme supe que yo lo tengo. Se acercó a mí, me lo quitó y me dio un besito tierno para después ponerse su poloche.
—Nos vemos en la universidad, creo que después de la primera hora. Llegare tarde —puso sus labios en una línea recta y yo asentí.
—Nos vemos —me puse de puntillas y él entendió porque lo hice y no me dejo esperar mucho y me besó. Fue un beso lento, pero largo.
—Bye —besó mi frente y salió de mi habitación.
Yo procedí a ponerme ropa después de bañarme y bajé a desayunar después que cogí mis pertenencias. En la cocina están todos desayunando, menos mi madre que le esta dando de comer a Paúl, al hermoso Paúl.
—Buenos días, familia —salude con voz cansada.
—Buenos días, cariño. ¿Mucho trabajo te dio Ismael? Tal parece que tiene mal dormir —murmuró. Me voltee en automático hacía ella.
—No tiene mal dormir. ¿Los saludos al salir? —curiosee mientras abro la nevera y busco algo de comer.
—Si, hasta desayuno aquí —explicó mi padre, al mismo tiempo que pasa la página del periódico. ¿Y eso existe todavía?
—Wao —me senté en la mesa—, Dijo que iba tarde, supongo que es de verdad—susurré sarcástica. Procedí a comer mi desayuno y lo que saque de la nevera.
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DESDE LA LEJANÍA. (Completa).
Teen Fiction¿Brechadora? No. ¿Chismosa? No. ¿Metiche? Bueno.. no. No lo soy. ¿Acosadora? ¡JAMÁS! Solo soy una chica... ¿Observadora? Si, eso, observadora.