24) Dos y cuatro, borradas.

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Me desperté por el frío y cuando lo sentí fue porque me había dormido arriba de él sin sábanas, se me olvidó apagar el aire. Mire la hora en el reloj de mi teléfono y son las cuatro y cinco de la mañana, señal de que no dormí nada.

Me pare y fui a pagar el aire antes de ir a despertarlo para que se vaya antes de que sean las cinco, hora donde mis padres ya estan despiertos como si son mañaneros.

—Isma —lo moví un poco y él se quejó—, Muévete, debes irte —le estruje la cara hasta que se despertó y sonrió por mi manera de despertarlo.

—Ya va.. —su voz salió más ronca que lo normal. Se sentó totalmente en la cama para estrujarse los ojos y enfocarme—. ¿Que hora es?

—La hora de irte si no quieres que este muerta en una hora —le dije y fui por su chaqueta y polo, pero cuando me di vuelta lo encontré mirándome de arriba a bajo, sin nada de malicia—. Toma y más te vale salir como entraste si no quieres que la alarma suene.

—Ok, señora —asintió de forma divertida. Yo rode los ojos y me senté en la cama a esperar por él.

Él se puso su ropa y fue al baño a lavarse la cara y quitarse el sueño. Cuando salió salimos en silencio hasta la parte baja y le abrí la puerta para qué salga.

—Vete que me estoy cagando del miedo —admití y eso nos hizo reír a los dos.

—Estas muy corta —comentó y yo me mire de arriba a bajo la pijama de dos piezas.

Blusa de tirantes con pantalones cortos de la misma tela y forma.

—Es solo una pija..

No terminé de hablar porque cuando alcé mi mirada para verlo me tomó por sorpresa y me besó, un beso posesivamente rápido antes de salir corriendo con cautela para no ser visto, dejándome con una sonrisa boba en la boca. Realmente no me había dado cuenta de lo feliz que él me hacía sentir.

Salí un poco para afuera para ver si el que vigila la casa está cerca, pero no, está muy lejos y por la postura se que está durmiendo. Volví a mirar a mi novio, el cual se gabio en la puerta con una agilidad asombrosa, sin activar la alarma, y cuando se tiró me tiró un besito volador.

—Tarado.. —anche mi sonrisa y me mordí mi labio inferior antes de cerrar la puerta e ir al cualto de seguridad.

Entre con cautela, me senté en la silla y busque las grabaciones de la dos de la madrugada y la de ahora para borrarlas antes de que mis padres vengan y vean las grabaciones porque si lo hacen me meteré en problemas. Una vez lo conseguí las borres y subí a mi habitación. Lo bueno de no tener cámaras dentro de la casa.

Me tire en mi cama, más no pude dormir nada así que me bañe, me arreglé para la universidad y baje a la cocina. Me puse a preparar el desayuno hasta lo que viene Lupe y mi madre, aunque Lupe solo nos hace de comer cuando madre no esta, así que ella puede que llegue un poco tarde hoy.

Me prepare unos panqueques con mermelada e hice café para mis padres, para cuando bajen y me puse a comer en el mismo momento que entró madre a la cocina, como si nada, pero al verme se sorprendió.

—¿Yarida? —me miró incrédula—, ¿Que te tiene despierta tan temprano?

—Quise prepararles el café hoy —sonreí feliz, y me sentí fatal por mentirle así, por lo que me retrate—. Bueno.. —dejé de comer y ella se sentó después de tomar su taza de café—, No pude dormir bien, supongo es el proyecto de hoy —confesé una verdad a media, el proyecto NO me preocupa, pero es eso o decir que no podía dormir en la noche entera.

—Insomnio educativo, entiendo —asintió y procedió a beber su café.

En eso entró mi padre, con su cara pensativa y yo tragué en seco, solo espero no se haya dado cuenta de lo sucedió.

—¿Pasa algo, cariño? —mi madre se acercó a él y lo abrazó. Más yo puse mi atención en mi desayuno, tiesa.

—Solo que las grabaciones de las dos de la mañana y cuatro no aparecen —aclaró con su entrecejo arrugado—, Es como si alguien las borró..

—Raro —hable antes de que me pregunte algo o sospeche de mí—, ¿Quien borraría algo así? Nadie tiene poder de entrar aquí adentro más que tus hijos y ustedes, si alguien lo hiciera se activaría la alarma. Quizás solo tenga un problema técnico —le reste importancia y ellos también.

—Quizás sea eso —concordó mi padre, no tan convencido y me estrujó las mejillas.

—¡Papá! —me quejé y él se echó a reír.

—¿Tan temprano? —interrogó y yo alcé los hombros.

—Insomnio educativo —dijo mi madre y él la miro raro.

—¿Educativo?

—Si, cariño..

Comenzó a darle una definición de porque lo llama así, después procedió a preparar el desayuno de los demás mientras mi padre y yo hablamos y le ponemos atención en algunas cosas que dice.

Después que ya estuvo los niños vinieron bajando de uno a uno con sus pijamas y se sentaron en sus respectivos asientos a comer su desayuno, y yo que estuve ahí, me comí otro mini desayuno para después despedirme con un beso en la mejilla e irme para la universidad.

Y al salir temprano, más de lo usual, me fui a pie porque Rivas aún no está listo y los niños menos, por lo que me fui sola y llegue un rato después. Fui directo al aula que me toca a primera hora y deje todas mis pertenencias ahí y fui a mi lugarcito seguro en el campus hasta que llegue la hora de entrar.

Y me estaba durmiendo viendo algunos estudiantes pasar por la cancha hasta que la campana sonó indicando que es tiempo de coger clases.

—Que flojera —bostece y comencé a caminar despacio hasta el aula. Al llegar mis amigas ya estan sentadas en sus respectivas sillas, esperando por mí—. Buenos días —las salude al sentarme.

—Buenos días —Deborah me dio una sonrisa.

—¿Que te pasó? Pareces un muerto —señaló Miriam al verme la cara.

—Gracias, Miriam, yo también te quiero —me estruje la cara—. Solo fue insomnio —confesé—, No dormí bien anoche.

—Menos mal, tenías cara de volver con tu ex —opinó muy lejos del tema. Me tense y ellas me miraron rápidamente, al ver que no dije nada.

—¿Estas bien, Yada? —preguntó Dea.

—Si, estoy..

—Volviste con él, ¿No es así?—Miriam me hizo mirarla y sonrió divertida.

—¿Como lo sabes? —susurré, apenada.

—Experiencia —aclaró no muy convencida de eso.

—Ah..

—Yo sabía que aún lo amabas —afirmó Deborah, llamando mi atención a ella.

—Yo..

—Porque si lo amas, ¿Verdad? —no me dejó hablar cuando me metió esa pregunta y no supe que responder.

Por suerte la profesora entró al conjunto de la diva, quién depósito de mala gana la parte del proyecto que dañó. Menos mal si lo hizo. Sonreí por ello.

La profesora me vio en mi asiento de siempre, rodó los ojos y dijo que por hoy dejará que nos sentemos donde queramos, que le entreguemos los trabajos. Yo preparé el mío y de la diva, se lo lleve y así comenzó otro día de clase.

DESDE LA LEJANÍA. (Completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora