Aquí nos encontramos nosotras, mirándonos fijamente sin hacer ni un tipo de ruido porque el más mínimo nos hace doler la cabeza.
—¡Buenos días, chicas! —la madre de Miriam entró a la cocina con mucha energía, como siempre, y nosotras gemimos de dolor.
—¡Mamá! —Miriam se quejó y Dea y yo lloriqueamos al escucharla.
—¡Habla más al paso! —le reclamé agarrándome la cabeza y fue su turno de hacerlo.
—¡Silencio! —la voz de Dea hizo que hagamos silencio, no todo el tiempo está de mal humor—. Odio cuando se ponen a gritar —bramó y nosotras nos miramos sorprendidas.
Hay un silencio, uno no incómodo, y nadie ha hablado, solo se escucha la madre de Miriam pasarse por la cocina para hacernos el desayuno, tan amable.
—¡Buenos días! —Michael entró a la cocina voceando.
—¡MICHAEL! —gruñimos y él nos dio una sonrisa perversa.
—Eso les pasa por beber tanto —se burló.
Nos desordenó el cabello a las tres y se sentó en una silla, como si nada, como si no paso nada entre nosotros a noche, y si, yo recordé todo y me hubiese gustado no haberlo hecho porque ahora no podré verlo a la cara.
La madre de Miriam se despidió de nosotros con un beso en la mejilla y una desordenada de cabello después de ponernos el desayuno en la mesa y seguido de desayunar cada quién fue para su casa, bueno, yo me fui a la mía despues de llevar a Dea a la suya.
Entre y fui a dormir otra vez, no iré a la universidad, así que no haré nada más. Mis hermanos están en el colegio y mis padres trabajando, así que pues.
☀️☀️☀️
Tres de la tarde y aquí estoy yo, frente a la piscina con mi traje de baño y mis lentes de sol mientras bebo de mi agua y pienso en muchas cosas, una de ellas es; tengo su número, pero no me atrevo a hablarle y por lo visto él tampoco. Parece que se ha olvidado de mí, y por un lado está bien, pero por otro no me siento del todo bien.
Suspiré resignada y procedí a beber de mi agua.
—¡Cariño! —la voz de mi madre me hizo mirarla.
—¿Si?
—Ayúdame con los niños, tienen tareas pendientes —voceo desde adentro de la casa.
—¡Ya voy!
Me pare, entre a la casa y fui a la sala de tarea donde los encontré dibujandos y dañandos sus cuadernos.
—¡Traviesos! —me recalque en el marco de la puerta.
Ellos por impulso trajeron sus miradas a mí y los ojitos de Jerez se iluminaron al verme.
—¡Nita! —vino corriendo hasta a mí, así que me agaché para recibirlo.
—¡Mi muchachito! —lo cargue y lo vi sonrojarse.
—Lo hice para tí —me entrego un pequeño dibujo y lo mire sorprendida.
—¿En serio? —él asintió y procedimos a verlo.
Es un dibujo mío, con ellos alrededor, mientras sonrió anchamente, y si, es un dibujo defectuoso porque tengo los cabellos flichados y los colores están afuera de lugar, pero eso lo hace lindo y hermoso, nunca nadie había dibujando para mi y se siente maravilloso. Sonreí y le di un beso en la mejilla.
—Gracias, Jerez —lo baje y él fue con las demás.
—¿Nos ayudarás así? —Perla habló sin mirarme fijamente y yo abrí mi boca.
—Ponte algo de ropa —sugirió Cleo, mirandome con asco.
—Ahora vengo —las mire recelosa y salí a cambiarme.
Al entrar a mi habitación cogí lo primero que vi que fueron unos shorts Jeans, un polo ancho y baje de nuevo. Fui a la despensa por tres bolones de diferentes sabores y después entre a la sala, me senté y ellos dejaron de dibujar para sentarse en círculos.
—El primero que termine la tarea podrá escoger un sabor y el de los demás —puse los tres bolones en el medio del centro.
—¡Si! —exclamaron con alegría.
—Bien.
Procedí a revisar sus cuadernos y a enseñarles como resolver sus tareas y lo hicieron muy bien, de hecho son muy inteligentes a diferencia de mi cuando tenía esa edad.
Después que terminaron con sus tareas, Perla fue la primera en terminar, por lo que cogió el bolón rojo y a Jerez le dio el morado y el verde a Cleo. Ellos no reprocharon porque después de todo es dulce.
Seguido de eso subimos al segundo piso y entramos a la pequeña sala de cine que tenemos en casa y nos sentamos, incluso logré sacar a Johan de su cueva.
—¿Que película quieren ver? —me pare frente a ellos y ellos procedieron hablar a uno.
—La era de yelo —dijo Jerez con su voz tímida.
—¡No! —las chicas entraron en desacuerdo—, Mejor Frozer —dijo Cleo con ilusión.
—¡No! —negó Perla—, Rapunzel —sonrió feliz.
—Bien —asentí mirándolos—. ¿Y tú Johan, cuál quieres ver? —él no respondió porque está lejos de lo que pasa. Esta muy concentrado en su teléfono—. Ok —suspiré frustrada—, Veremos "Como entrenar a tu dragón", y entra a votación —alcé mi mano y ellos se quedaron igualitos—. ¿Cuantos a favor?
Johan levantó la mano sin siquiera saber a qué estará a favor y Jerez la levantó muy euforicamente. Mire a las otras dos que no estan de acuerdo y después de suspirar alzaron las manos.
—¡Excelente! —grite y procedí a poner la película, me senté y cada quién se puso cómodo.
La película paso de lo más bien, incluso Johan dejó su teléfono para ponerle atención y la vimos en silencio y muy concentrados en la pantalla. Eso me hizo sonreír porque al verlos tan callados, con sus miradas fijas en la pantalla, significa que les encanta al tal punto de no hablar.
Esa termino y puse la segunda por pedido del público, que fue la Era de hielo y seguimos así hasta que cayó la noche y mi madre mando a buscar a los niños para cenar, pero como soy mayor de edad decidí quedarme a ver pal de películas más, incluida ahí la reliquia de la Banda del hacha, un clásico.
Cuando él sueño comenzó a pasarme factura baje a la cocina y encontré mi cena tapada con una nota, la cual cogí y sonreí al ver la perfecta letra de mi madre. La nota dice:
Tu padre y yo queríamos verte en la cena, pero supimos darte tu privacidad. Cena y besos.
Suspiré y procedí a cenar con solo la luz de la cocina. Todo deben de estar durmiendo, bueno, menos Johan porque se acuesta tarde jugando y no se haciendo que más.
Despues de cenar fui a mi habitación, me di un baño y me senté en mi cama a ver mi teléfono.
Entre a contactos y me quedé a mirar su número agregado como "Mi chico imposible". Me mordí mi labio inferior indecisa sin lo llamo o no, no lo vi hoy en la universidad ya que no fui, y por una loca razón me hace falta, pero es muy tarde para llamarlo.
Suspiré y puse mi teléfono en mi mesita de noche, me acosté a boca abajo y me arrope de arriba a bajo con el aire acondicionado en su máximo frío.
—Soy un desastre —lo sucedido con Michael paso rápidamente por mi cabeza, pero la menee y volví en si—. Buenas noches, Yo, mañana será un largo día para ti..
Cerré mis ojos y me puse a pensar cosas bonitas que nunca me pasarán..
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DESDE LA LEJANÍA. (Completa).
Teen Fiction¿Brechadora? No. ¿Chismosa? No. ¿Metiche? Bueno.. no. No lo soy. ¿Acosadora? ¡JAMÁS! Solo soy una chica... ¿Observadora? Si, eso, observadora.