Ambos nos quedamos a mirarnos, él en espera de que acepte a Cristo y yo con una lucha interna preguntándome si Joseph le ha dicho de mí y si por eso me dijo eso, pero, él no esta en la iglesia, aunque puede existir la posibilidad de que se lo haiga dicho.
—No te conozco ni se de ti —suspiró y mi corazón se paró—, Lo unico que se es que Dios espera por ti para librarte de esa angustia, agonía, remordimiento, y de la culpa que agobia tu pobre corazón —siguió hablando y mi corazón comenzó a latir rápidamente—, Es parte de tu concupiscencia, pero él no mira eso, él quiere ayudarte con la carga, solo acéptalo —me extendió su mano.
—¿Quien te hace pensar que estas en lo cierto? —cuestione con la voz debil.
—¿Acaso debería de dudar del poder de Dios? —su pregunta me hizo arrugar mi entrecejo y le iba a decir que eso no fue lo que le pregunte cuando me lo impidió—. Te vi, te vi llorando, vi como ese espíritu de depresión y asiendad arropaba tu vida, el señor lo reprenda —siguió hablando con sus ojos fijos en mí, entonces me di cuenta que todo tienen sus ojos en mí—, Y él quiere librarte de eso, darte paz, esa paz que solo él sabe dar, que a pesar de las pruebas y las dificultades estarás en paz porque confias en él.
—Esto no tiene sentido —solte una risita—, Me ire.
—Tiene todo el sentido del mundo y lo sabe, sabes que te ahoga no poder sostenerte de algo en esos momentos —mi cuerpo se tenso—, No quiero agotarte, solo quiero que me dejes orar por ti, no tienes que convertirte si no lo deseas, pero.. no salgas sin esta convertura del señor —volvió a extenderme su mano y la duda de si la tomó o no comenzó en mí—. Solo una oración.
—¿Si lo acepto se ira la ansiedad?—lo mire y él asintió.
—¿Sabes? —yo negué y él se sentó a mi lado—, Yo antes era como tú, tenía muchas batallas mentales que me ministraban cosas y eso ocasionó que sufriera de eso, llegue a estar bastante delgado y irreconocible que parecía un enfermo, ¿Pero sabes? Eso estaba en el plan de Dios para que ahora sirva de testimonio para otras personas que estan ahí afuera, personas como tú —me señaló—, Se que no es fácil, lo se, pero él lo hizo muy llevadero, y lo agradezco porque sin él en estos momentos estaría muerto —me dio una sonrisa triste—, No quiero que mueras, eso no es lo que Dios quiere, se que ese dolor tiene un propósito que tú vas averiguar cuando llegues a él y lo entenderás.
Lo mire y a pesar de ser un joven que ronda los veinte y pico se le nota la madurez y la sabiduría que posee, y puede que tenga razón, todo lo que ha dicho tiene razón.
—Si quieres aceptarlo y comprobarlo por ti misma puedes hacerlo y en un tiempo venir a mi y decirme si tenía razón o no —volvió a extender su mano—. Dejame orar por ti.
—Trato, veremos si tienes razón —tome su mano y la iglesia entera se regocijo de mi decisión trayendome a la realidad de que no solo eramos nosotros dos.
—No te arrepentirás —se paró y yo hice lo mismo.
Él me hizo alzar mis manos mientras el pone las suyas sobre las mías y ora por mí y no voy a negar que estoy llorando, estoy llorando por todo y por nada, solo lloro porque mi cuerpo me lo pide a gritos que lo haga y pues lo estoy haciendo.
Y es algo que agradezco porque sentí como mi corazón recibe esa calma que le ha faltado en semanas y sentí como algo se desprendió de mis hombros, como un peso menos y me siento mejor, mucho mejor que no pude evitar sonreír.
Después que terminó la oración escuché la voz del pastor que me dijo que repitiera después de él la confesión de fe, la cual hice al pie de la letra como él me lo dijo y después de eso me dio la bienvenida a la iglesia con mucha felicidad, al igual que él joven que me ha confrontado, para que después el culto se terminará en oración.
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DESDE LA LEJANÍA. (Completa).
Teen Fiction¿Brechadora? No. ¿Chismosa? No. ¿Metiche? Bueno.. no. No lo soy. ¿Acosadora? ¡JAMÁS! Solo soy una chica... ¿Observadora? Si, eso, observadora.