20) Un poco del pasado.

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Ellas me miraron a la expectativa, esperando a que siga hablando, así que no le di mucha importancia y comencé hablar.

—Lo conocí ya casi a final de terminar la secundaria, él era el típico chico popular y yo la tipica nerd y nuesta relación fue tipo asi, la chica invisible y el chico malo no tan malo —sonreí de solo decir eso—. De malo no tiene ni la M, pero en fin, no se acercó a mi por una típica apuesta ni nada por el estilo, sino porque le tumbe el desayuno sin querer, digamos que el piso estaba muy mojado —dije eso y me avergonce, siempre he sido un desastre.

—Si, Yarida, digamos que estaba muy mojado —Miriam rodo los ojos.

—¡Miriam! —Deborah la regañó, pero se echo a reir. Genial, ahora soy su hazme reír.

—¿Terminaron? —las mire aburrida y ellas asintieron—. En fin. Nuestra relación fue muy bonita mientras duro, él fue el primero en todo para mí y siempre me quiso por lo que era y eso me gustaba muchísimo, tanto que me dolió dejarlo cuando vinimos aquí a terminar mis estudios.

—¿O sea que él fue tu primera vez? —la pregunta de Deborah me dejó shockeada.

—Es obvio que si, ella misma lo dijo —Miriam le dio una lapa y yo abrí levemente mi boca.

—¿Es que ustedes no tienen novios y ya? ¿Tienen que hacerlo para poder creer que lo son en realidad? —las mire más indignada—. Él y yo nunca tuvimos ese acto —susurré y en parte es una mentirota, pero no me siento del todo bien hablando este tipo de cosas.

—Ya —Miriam puso los ojos en blanco y yo entrecerré mis ojos hacia Deborah, quien alzó sus hombros.

—O sea que si lo hacen a la primera —miré desde Deborah a Miriam, quienes se miraron fijamente y asintieron hacia mí—. ¿En serio, Deborah? ¿Ya lo hiciste con ese chico? —alcé mis cejas y cerre mis ojos cuando se sonrojó y asintió.

Y suena un poco hipócrita que yo le pregunte eso cuando no le quiero decir nada de mi vida sexual, pero es que me sorprendí mucho porque para que sucediera con Ismael ya llevábamos un pal de meses, bueno, nuestra relación comenzó a final de tercero de secundaria y terminó a final de cuarto, por lo que la última vez que nos vimos sucedió, y después le dije que me iba, muy cruel de mi parte si, pero no podía hacer nada. Y cabe decir que él se sintió fatal por eso.

Pero no me quejo, él fue muy lindo conmigo, con mi primera vez y es algo que le agradezco mucho, aunque no conté con verlo otra vez porque la última vez le había roto el corazón.

Dijo algo como que yo lo deje hacerlo solo porque me iba y no porque lo amaba, que si en verdad lo amaba no rompería con él en ese mismo momento, sino que buscaríamos una solución para nuestra relación y la verdad es que no quería una relación a distancia, así que me sentí mal al dejarlo.

Por lo que verlo ahora, con unos años más y mas varonil, aunque flaquito como siempre, me tomó por sorpresa, no quiero que reconozca a su ex malvada. Así que huir de él mientras este aquí en la universidad será una gran hazaña. No se porque se traslado para acá.

—Tierra llamada a Yarida —Miriam chaqueo sus dedos frente a mi, aburrida.

—Yo creo que aún lo amas —dijo Dea de repente y la mire raro.

—Claro que no lo amo —solté frustrada—, Ya no siento nada por él, el tiempo se encargó de ayudarme a olvidarlo.. —dije cabizbaja porque en realidad lo llegue amar.

Aunque creo que no fue lo suficiente como para hacerlo toda la vida, solo bastaron par de meses para olvidar un año y unos meses de noviazgo, así que supongo no era amor de verdad.

—Bueno, es tiempo de comer algo antes de entrar a la próxima clase. ¡Animo! —Miriam trató de darme ánimos porque sabe más que yo de este sentimiento.

—Esta bien.

Salimos y comenzamos a caminar mientras nos reimos y hablamos de temas no tan importantes para olvidar mi momento de recuerdos, hasta que una voz fuerte y poco amistosa llamó mi nombre, tensando mi cuerpo y no tengo que ser adivina para saber de quien se trata.

Su voz risueña y suave ya no está, ahora es una raposa y poco amistosa que te hace poner los pelos de puntas. Quise caminar cuando sentí sus pasos acercarse, pero no pude, mi cuerpo se quedó congelando en su lugar, mientras mis amigas miran de mi hacía a él.

—¿Yarida? —Deborah me miró más preocupada aún, menos Miriam, quien está mirando a Ismael para brincale en cualquier momento.

—Hasta que por fin te encuentro —dijo detras de mí, dolido y yo solté todo el aire de mis pulmones.

—Déjenos solos, chicas —le pedí a ambas, pero Miriam no me escuchó, aún ni cuando Deborah la halo disimuladamente —. Miriam —le suplique con la mirada y ella se frustró.

—Es este Ismael, ¿cierto? —preguntó, poco amistosa y se a que vino la pregunta. Yo solo asentí y ella lo miró de arriba abajo—. Yo tu y cuido mis palabras y actos. Mis amigas, mis hermanas —dicho eso se fue.

Me di vuelta nerviosa, por lo que viene y lo mire fijamente, en espera de que hable, pero él solo ve por donde se fueron mis amigas, sorprendido.

—¿Acaso me acaba de amenazar? —me miró divertido y yo asentí.

—Si, es un poco sobreprotectora con sus amigas. Nos considera sus hermanas y ya sabes como son los hermanos —fue mi turno de sonreí—. ¿Que querías decirme? —pregunté la pregunta del año.

—¿Podemos ir a otro lugar? —miró en redondo y yo también, por lo que asentí.

—Claro, conozco el lugar perfecto.

Salimos en silencio, me dirigí hasta la cafetería donde he estado yendo últimamente y nos sentamos en una mesa, en la cual no tardó en llegar la mesera del lugar por nuestros pedidos.

Y la verdad no quiero nada, pero el tema es delicado y es mejor una taza de café antes de.

El pidió un batido que incluye café y esperamos en silencio por nuestros pedidos hasta que llegaron, una vez en la mesa cada quien tomó el suyo y procedió a beberselo sin saber por dónde iniciar la conversación.

Así que me permití observarlo y me di cuenta que sigue siento el mismo de siempre, solo que el tiempo lo ha hecho una persona de carácter fuerte, de hecho siempre lo ha sido, pero conmigo ha sido muy él y veo que eso no ha cambiando al verlo desordenar sus rizos azabache y mover los pies debajo de la mesa.

—Hola —me dio una sonrisa tierna. Una de sus hermosas sonrisas y yo me quede un momento mirando esa sonrisa que hace un tiempo atras me tenía aficiada.

—Hola, Ismael —sonreí por su intento de iniciar la conversación. Eso nunca ha sido lo suyo—. ¿Que te trae por Virginia? —apoye mi barbilla en la palma de mi mano mientras miró por la ventana.

—¿La verdad? —comenzó hablar—, Mis padres.. ellos se divorciaron y tuve que venirme con mi padre para acá —habló y eso llamó mi atención.

—Pero ellos se querían mucho, ¿Que paso? —lo mire incrédula y él suspiró, siendo su turno de mirar por la ventana.

—Infidelidad de ambos lados, disgustos y cansancio —confesó—. Pero no vine hasta acá por mi padre, no del todo y no porque no quiero estar con él, sino porque me dijiste que vendrías aquí, así que tenía la fe de poder encontrarte otra vez  —confesó y mi corazón se paró.

—Ismael…

—Esto es un martirio —se estrujó la cara y eso estrujó mi corazón. Nunca lo había visto tan roto—. Se que rompiste conmigo y eso, pero quería volver a verte y..

—Saber si nunca te ame de verdad porque te deje sin remordimiento —termine por él y él asintió, dolido.

—Exactamente eso, quiero una explicación que no sea la anterior donde me decías que terminábamos después de haber hecho el amor, solo porque debías de viajar —se puso a jugar con el envase de su batido—. Quiero la verdadera razón, Yarida, la verdadera.

DESDE LA LEJANÍA. (Completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora