Yarida.
Entramos a la casa y nos dirigimos hasta la cocina, todos estan ahí, incluso Johan. Me aclaré mi garganta y mi madre volteó.
—Oh cariño, viniste —le sonrió a Joseph y se encamino hasta él.
—No podía dejar pasar su invitación —le correspondió la sonrisa.
Y antes de que mi madre lo abracé y llene de besos, los niños vinieron corriendo llamándolo por su nombre y él se abajo para abrazarlos y sonreirles. También le entregó a cada uno uno de esos anillos que poseen un dulce arriba y que prenden luz; realmente ver eso me hizo sonreír de nostalgia porque hacía mucho que no veía esos dulces.
Mi madre lo vio y me miro divertida, por lo que yo alcé mis hombros y me fui a sentar.
—Siéntete como en casa —mi madre le dijo después de besarle las dos mejillas, sonrojandolo.
—Gracias. Esto es de usted —le entregó una bolsita a mi madre. Ella la tomo con sorpresa y después le dio una mirada pícara.
Tal parece que hacía mucho que no le regalaban lo que sea que él le regalo.
Miró el comedor y le hice seña de que se siente a mi lado y procedío a hacerme caso.
—No se si sentirme decepcionado al ver que le tragiste regalo a todos menos a mí y a Johan —habló mi padre en tono serio y él se avergonzó un chin.
—A mí no me metas en tus decepciones —replicó Johan con voz monótona y mi padre lo miró con cansancio.
—Ya será para la próxima, suegro —suspiró exageramente y ambos se echaron a reír antes de que él se siente a mi lado.
—¿Quieres cargarlo? —le pregunté al verlo mirar a Paúl, obviamente este no perdió la oportunidad de enseñarle sus dientes en una sonrisa. Charlatán que es.
—Oh, si, no hay problema —extendió sus manos hacía Paúl, quién juega con su anillo comestible y se fue para donde él, así, sin más.
—Realmente pensé que le caerías mal a Jerez —susurré mirando al mencionado, él también lo miró.
—¿Por que? —preguntó con extrañeza e inocencia—, Es muy inteligente y mi amiguito —murmuró con diversión y yo sonreí.
—Supongo..
La cena comenzó y como saben que donde hay niño hay desastre, y pues eso paso, la camisa blanca de mi novio terminó babeada y manchada por los niños, pero parece no importale demasiado su camisa bien planchada y ex limpia.
Después de la cena mis padres se quedaron con nosotros dos para hablar de lo que conlleva una relación y la verdad no se porque me dan esta charla porque ya he tenido novio antes y se que es lo que conlleva, pero parece que es para ponerlo incómodo.
Y no, no lo lograron porque se les olvida que mi novio es un bromista que se toma todo a chiste y se ríe de mis desgracias, así que no, no lo lograron.
Cuando terminaron cogí una tabla de chocolate del que me regalo y salí con él al area de la piscina, ahí podremos estar tranquilos y solos.
—Ten —le di la mitad del chocolate y él lo tomó, medio ido.
—Se supone que era tuyo —expuso. Me senté en una de las sillas frente a la piscina y él hizo lo mismo, quedando frente a frente.
—No hay nada de malo en compartir un poco con mi novio —sonreí con superioridad y mordí un poco de chocolate.
—Siempre tienes una réplica —se aclaró la garganta y me sonrió.
—¿Algo que quieras decirme? —curiosee mientras me termino mi chocolate que tenía en la boca.
Él se sorprendió levemente por mi pregunta y después se recompuso. Si, me fijo demasiado y es que no ha dejado de mover la pierna de manera ansiosa.
—Si, yo.. —su semblante se entristeció y deje de lado el chocolate para verlo fijamente—. Me ire a Turquía —soltó la bomba y cerró sus ojos al momento que se apoya de sus rodillas.
—¿Que..? ¿Como que te vas?—le sonreí de forma incrédula.
—Posiblemente lo sea en esta semana; es algo complicado y..
—Pero tu graduación es el domingo próximo, no.. no puedes irte así tan rápido, yo.. —me estruje la cara, esto no me esta pasando.
—Lo se, pero no tengo alternativa..
—Una que puede ser para.., me lo dijiste —mi rostro se descompuso y él bajo la mirada.
—Eres mi esperanza y volvere a ti, esa es una promesa —levantó la mirada y me iba a tomar de la mano cuando su teléfono vibró en su bolsillo—. Dame un momento —susurró con voz monótona.
Lo que paso a continuación fue: Joseph hablando en turco de forma normal, pero eso no es lo raro, lo raro es que su semblante va decayendo más y más cada que habla, hasta que ya tiene la cabeza baja y la menea en afirmación como si la persona del lado de la línea lo esta viendo.
Desde que terminó lo guardó con sus manos temblorosas y se quedo así, cabizbajo con sus manos juntas en el frente y así no quedamos, en silencio, hasta que vi algo caer en el suelo.
Es él, él está llorando y es una mala señal, que él este llorando no es bueno. Oh no.
Mis ojos se llenaron de lagrimas sin proponérmelo y lleve mis manos a las suyas y ahí él levantó la mirada. Esta roto y dolido.
Es.. es como si no puede hacer nada aunque quiera, eso es lo que su rostro me da a demostrar.
—¿Por que estas llorando? —indague y él no respondió—. Joseph qué..
En un momento rápido tomó mis mejillas y planto sus labios sobre los míos, más no hizo nada, los dejo ahí, como si no sabe si hacerlo o no y yo, que aunque se que esto puede ser una despedida entreabrí mis labios mientras dos lágrimas bajan por mis mejillas.
El tomó eso como un si y comenzó a mover sus suaves labios sobre los míos; es un beso tierno y sin mucho afan y en vez de ser uno muy especial, bueno, si lo es, pero a la vez es doloroso..
El salado de las lágrimas y el dulce debido al chocolate se mezclan en el beso, dándole ese toque doloroso.
Él lo rompió y se quedo ahí, con sus labios entreabiertos con su rostro triste y ojos cerrados.
—Yo.. lo siento.. —su rostro se contrajo.
—Hey, esta bien —lo tomé de sus mejillas para que me mire a los ojos y así lo hizo, sus ojos rojos estan puesto en mí—. ¿Que paso en realidad? —pregunté con el corazón latiendo al mil.
—Solo me dio hasta el domingo —sonrió sin ganas.
—¿No puedes hacer nada, cierto? —negó—. ¿Me explicarás todo después? —asintió.
—¿Quieres ir conmigo a conocer a alguien muy especial para mí; mañana? —se aclaró la garganta y se ve muy decaído.
—Claro —le di una sonrisa, aunque por dentro estoy loca por tirarme a llorar, pero no es justo, él necesita apoyo ahora.
—Gracias —sonrió débilmente y apoyo su cabeza en mi regazo.
—Todo estará bien, con Dios —me puse acariciar su cabello con una tristeza consumiendo mi ser.
Y así nos quedamos por un buen rato hasta que se recuperó y empezamos hablar, mientras más lo hacemos más me enamoró y puede que termine con el corazón roto en mil pedazos, pero, él volverá ¿Cierto? Lo prometió y las promesas se cumplen; los cristianos las cumplimos ¿Cierto? Eso quiero creer.
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Mateo 5:4.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
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DESDE LA LEJANÍA. (Completa).
Teen Fiction¿Brechadora? No. ¿Chismosa? No. ¿Metiche? Bueno.. no. No lo soy. ¿Acosadora? ¡JAMÁS! Solo soy una chica... ¿Observadora? Si, eso, observadora.