Capítulo 1.-

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POV JIMIN

—¿De qué carajos me estás hablando?— estalla la taza de café contra la pared— ¿Quién te ha metido esa mierda en la cabeza? ¡Dime! ¿Quién? ¿Como crees tener el derecho de hacerme cosa semejante? ¡Retráctate ahora mismo! ¡Ni siquiera sabes de lo que estás hablando!— Grita envuelto en un ataque de nervios.

Yo lloro y tiemblo sentado en el sillón de la sala donde hace unos momentos estábamos teniendo una cálida conversación padre-hijo. Incapaz de moverme un solo centímetro, totalmente petrificado, asustado sin poder creer que mi padre esté en ese estado; uno que jamás en mis 22 años de vida había visto, ni siquiera imaginado.

Mi padre, la persona más amorosa y comprensiva del mundo; con la mirada más dulce que he visto en mi vida; el hombre que desde que tengo uso de razón me ha dado todo, lo material y lo emocional. Ese hombre alegre y amable que siempre tiene una sonrisa para mí; que siempre me ha apoyado en todo, que cada vez que tiene la oportunidad le habla al mundo de lo orgulloso que se siente de su hijo, de mí.

Flashback

—¡Ven hijo! Vamos a tomar un café a la sala y nos ponemos al día. Hoy acabé temprano en la empresa así que decidí pasar tiempo de calidad con la familia... no siempre tengo la oportunidad y ya me hace falta. —

—¡Es cierto papá! Suspiro—A veces extraño las largas charlas mirando futbol hasta la medianoche. Pero sé que estás trabajando duro por y para nosotros, lo entiendo papá, no te preocupes.—

—Ya... pero aquí estoy hoy. Cuéntame... ¿Cómo estás?¿ Cómo va todo?¿Aún sigues con la idea de tener tu propia academia de danza? ¿Cómo vas con esos planes? Quiero decir, tienes mi apoyo financiero para hacerlo, lo sabes. Pero me resulta extraño que hayas terminado en tiempo récord tu carrera de leyes y ahora no quieras seguir mi camino; al bufete le vendría muy bien tener a alguien como tú, y para ser sinceros, para mí sería fantástico tenerte trabajando a la par. Al fin y al cabo, como único hijo, algún día tendrás que ocupar mi lugar como cabeza del estudio y socio mayoritario. —

—Papá... lo sé pero... ya lo hemos hablado... hice la carrera porque era necesario estudiar algo que me diera un título oficial y sabes que en la danza eso no es posible aunque sea el mejor bailarín de la tierra. Lo hice, además (o más que nada) para que siguieras sintiendo orgullo por mí. Por el momento me gustaría intentar con la danza, pero... ¿Quién sabe? Quizás luego descubra que no es lo mío y al fin vaya a trabajar contigo; al menos ya tengo los conocimientos necesarios. Lo comprendes papá, ¿verdad? —

—Hijo, lo que decidas está bien para mí. Yo, como cualquier padre, quiero lo mejor para ti y quiero que seas feliz. Y si tu felicidad está en la danza pues...¡a bailar se ha dicho!­... Tranquilo hijo, en verdad, sé que lo que hagas lo vas a hacer bien, sé que le pones amor y determinación a todo lo que haces; y solo por eso me siento orgulloso de ti—

—¡Gracias Papá! Te lo debo todo. Sé que siempre me has comprendido y apoyado. Soy un afortunado en tener un padre como tú. —

—Y yo de tenerte como hijo. Eres mi orgullo, lo has sido desde siempre, no solo por tu inteligencia, sino porque eres transparente y puro. —

Se abrazan cálidamente...

—Bien, ahora cuéntame antes de que llegue tu madre y ya no podamos hablar tranquilos, tengo curiosidad por tu situación amorosa porque aún no me has presentado a ninguna chica. Digo... con 22 años ya podrías empezar a formar una familia, sabes que no hay más grande amor que eso; es decir, no te estoy presionando, jamás lo haría; eres dueño de tu felicidad y si tiene que tomar más tiempo para encontrar a la mujer ideal para ti está bien; solo me produce curiosidad.—

—Sobre eso... mmm... hace un tiempo que quiero contarte algo pero... casi nunca estás en casa y cuando lo haces no quiero atosigarte con mis cuestiones, sé que no te molesta y siempre que he querido hablar te has hecho tiempo aun estando muy ocupado, pero es que no he encontrado el momento oportuno... emmm... el punto es que no he tenido novia porque... bueno... ¿Cómo te digo?... yo... creo que me gustan... ¿Cómo te explico? Emmm...— respiro profundo —Papá, hace algunos años descubrí que me gustan los chicos...¡ soy gay, pa!—

Fin Flashback

Mi madre llora en un rincón, con los ojos como platos asustada por el estado de mi padre, la cocinera se encerró en el cuarto de lavado y creo haberla visto pasar corriendo hacia allí casi morada por no respirar y el chofer atrincherado en el garaje; mi padre grita cada vez más eufórico y yo... yo estoy mudo, inmóvil, incrédulo de lo que estoy viendo, escuchando, viviendo.

Mi padre me está rechazando por ser gay.

—¿Cómo te atreves? ¡Yo no te crié para que me hagas esto!—Dice apretando los dientes y con los ojos llenos de furia.

Logro articular unas palabras —¡Pero papá... no te hago nada, sigo siendo yo! Siempre me diste la libertad de elegir mi felicidad y mi felicidad no está en las chicas— Dije en el tono más bajo posible, tratando de amansar las aguas.

—¡Un puto! ¡Mi hijo es un puto! ¡No lo creo! ¡Todo se ha ido a la mierda! ¿Qué es lo que dirá la gente? ¿Cómo me enfrento a los socios y empleados de la empresa? No puede ser... ¡Estas totalmente loco, enfermo! ¡Eso es una enfermedad y lo sabes!— Sus puños apretados al costado de su cuerpo, sus nudillos blancos de la presión...

—Papá...respiro hondo de nuevo— siempre has apoyado el matrimonio igualitario, nunca has sido una persona homofóbica; incluso en aquella entrevista en New York dijiste que no importaba la condición sexual cuando descubrieron que la hija de tu socio era lesbiana...no lo entiendo... papá no te entiendo. —

—¡¡¡PORQUE EL RESTO PUEDE HACER CON SU CULO LO QUE QUIERA! PERO NO MI HIJO! ¡NO UN PARK! ESTAS MANCHANDO EL APELLIDO, ARRUINAS LA FAMILIA, IMBECIL!!!— Grita a todo pulmón— ¿Qué te crees, que la vida es ir por ahí chupando pollas y pintándote las uñas? ¿Piensas que todo será color de rosas solo porque te consideras un niñato liberal, que así conocerás al príncipe azul que te haga vivir el cuento de hadas? ¡¡¡Por Dios!!! Mu-je-res! Deben gustarte, atraerte, calentarte las MUJERES. ¡Qué asco das!—

Se acerca a mí con la cara hirviendo y los ojos llenos de odio; su cachetada retumba en mi cabeza y me hace caer del sofá.

Y aquí se derrumba mi mundo entero...

Jamás me había gritado, jamás se había enojado conmigo de ese modo y mucho menos me había pegado.

La persona orgullosa de mi está defraudada, desilusionada y la culpa es mía... solo mía por no ser normal.








Hola! 🙋🏼‍♀️
Primera historia que escribo.
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Luli ❤️

¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora