Capítulo 33.-

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POV JUNGKOOK

Por un momento creo que quizás bebí demasiado y estoy teniendo alucinaciones, pero no. Cuando logro enfocar la vista puedo ver a Jimin vestido de manera despampanante, tanto que me costó reconocerlo. Se mueve en la pista como si fuera un profesional de la seducción y puedo ver que ese pantalón marca todo lo que jamás creí que pudiera tener mi asistente. Vamos que hasta tiene mejor culo que la mayoría de las mujeres que hay aquí adentro. Incluso mejor que Moira, que sigue luchando con mi cuello tratando de que me ponga duro de nuevo, pero no me importa en lo más mínimo. Mi atención está toda dirigida hacia la pista en donde el rubio de muslos marcados mueve la cadera tan excitantemente que varias de las personas a su alrededor se quedan mirándolo como con ganas de comerlo. ¿Estoy viendo realmente bien? Ese no es el Jimin que baja la mirada cada vez que lo regaño o que se sonroja continuamente. Este Jimin es uno muy descarado que sabe mover su cuerpo para captar la atención de los demás. Vaya dualidad.

Moira se cansa de intentar una nueva erección y casi enfadada me pide que cuide su bolso mientras va al baño. Y yo doy gracias a Dios porque podré seguir mirando libremente el espectáculo que está dando mi tímido asistente.

Me volteo a pedir que llenen mi copa y cuando vuelvo la vista a la pista... nada está bien.

El tipo que se le pegó a Jimin como garrapata lo está franeleando desde atrás y lo peor es que Jimin parece no molestarse y sigue bailando con su sensualidad. ¡Carajo! ¡Es un hombre! Me acerco un poco, solo un poco para entender mejor la situación y puedo ver que Park está totalmente ebrio, estoy seguro de que ni siquiera sabe el nombre del tipo que tiene pegado a su culo. Como zorro viejo que soy, conozco la mirada libidinosa del tipejo ese y no creo que Jimin esté en sus cinco sentidos como para darse cuenta. Así que cuando veo que se van a acercar más aún, tengo el impulso de sacar al rubio de ahí. De un jalón y bajo la mirada de odio del tipo lo arrastro hacia la salida y sin decirle una palabra lo subo a mi coche.

Me olvidé de Nam y a la mierda el bolso de Moira, otro día le explicaré. No puedo permitir que toquen a Jimin de la manera en que ese tipo quería hacerlo cuando él ni siquiera se ha dado cuenta.

Mi asistente está totalmente ido y tiene la mirada en cualquier lado. Pero cuando me mira sentado desde el lugar del copiloto, abre grandes sus ojos y me grita eufórico — ¡Señor ogro! Oh señor ogro Jeon— Se queda automáticamente callado pero no deja de mirarme fijamente... de manera sospechosa se acerca demasiado hacia mí y cuando está a centímetros de mi cara, me toca el labio con su dedo índice y dice: —¡Hum... piercing... no! Definitivamente usted no es el ogro— Y sin más se gira, cierra los ojos y se queda en completo silencio.

Quiero regañarlo pero en verdad me provoca risa el estado en el que está.

Mientras maniobro para salir del estacionamiento del lugar, veo que Jimin se ha quedado profundamente dormido. Así que antes de despertarlo para pedirle su dirección decido pasar a comprar una botella con agua, en verdad la necesita.

Ya con el agua y unas pastillas para la resaca me subo al coche y el sigue profundamente dormido con la mejilla apoyada en el vidrio de la ventanilla. Me acerco un poco para despertarlo y puedo ver que sus labios relajados forman un puchero y me asusto un poco con el pensamiento que cruza por mi mente. Así que solo lo zamarreo un poco, le hago beber la pastilla y el agua y le pido la dirección para llevarlo a su casa. Mi teléfono suena con mil mensajes y estoy seguro de que es Moira. Tampoco es como si me importara tanto su enojo.

Jimin me da la dirección de su casa y vuelve a dormirse, se abraza a sí mismo y sé que tiene frio, así que enciendo la calefacción y le coloco mi chaqueta sobre él. El camino hacia su casa es relativamente corto y no tiene sentido que lo despierte aun.

Pero cuando llego a la dirección solo me encuentro con un refugio para personas que viven en la calle. De esos que dan asilo por las noches para que tengas un lugar donde dormir, bañarse y protegerse del frio.

Vuelvo a despertarlo y me da la misma dirección. Recuerdo que la loca escandalosa que fue la otra vez a la empresa mencionó algo sobre un refugio, quizás Jimin es colaborador y en su borrachera se confundió y me dio esta locación.

Pero debo despertarlo, así que me mojo un poco las manos con el agua de la botella y la paso por la cara para despabilarlo. Él se sienta derecho en su lugar y me mira asustado, supongo que se despertó.

— Jimin, oye. Dame la dirección de tu casa. Del refugio no, de tu casa—

— Esta es mi casa— Me dice seguro pero sé que no tiene ni idea.

— No Jimin, oye despierta bien, la dirección de tu-ca-sa, en donde vives—

— No tengo casa—

Dame paciencia señor, que lo mío no es lidiar con borrachos. Intento una última vez. — Jimin, necesito la dirección del lugar donde vives para poder llevarte a dormir—

El me mira y vuelve a decirme lo mismo. Está tan ebrio que no logra entender lo que le digo y sigue diciéndome que vive en el refugio. Hace frío y tanto el como yo necesitamos dormir, así que sin pensarlo demasiado me dirijo hacia mi casa. Nam está usando el cuarto de invitados pero puedo dejar a Jimin en el sofá. Mañana le explicaré. No puedo simplemente dejarlo aquí cuando aún faltan cuatro horas para que el refugio abra sus puertas según el cartel que hay en la entrada y no creo que sus compañeros colaboradores o la loca escandalosa salgan a recibirlo a estas horas.

Sacar a Jimin del coche y subirlo al departamento es toda una odisea, no hay forma alguna de que se mantenga de pie, mucho menos que camine. Así que sin nada de esfuerzo lo cargo como costal de papas a mi hombro y así lo llevo.

Olvidé encender la calefacción así que el living es un congelador, si lo dejo aquí seguramente despertará peor de lo que ya está; así que lo llevo a mi habitación y dormiré yo en el sofá. Creo que todo esto debería descontárselo de su paga... si.... Definitivamente su sueldo será más bajo esta vez.

Una vez retirados los zapatos y la chaqueta, lo recuesto e intento cubrirlo con las mantas. Lo escucho balbucear y pienso que ha despertado, pero no, solo dice cosas sin sentido. Así que antes de irme me acerco un poco para correr un mechón de cabello que cae casi sobre su ojo y ahí está de nuevo ese puchero que hace con su boca cuando está relajado. Viéndolo dormir así no parece que fuera el mismo que hace un rato bailaba meneando las caderas tan descaradamente. Se escucha su respirar pausado entonces sé que se ha dormido profundamente. Así que, con el tan dormido, me permito observarlo un poco más y como soy un hombre que admira la belleza sin importar el sexo, debo admitir que sus facciones son realmente delicadas. Él se remueve y la manta se corre, con su camiseta un poco levantada puedo ver que tiene una cintura realmente pequeña, ¿acaso un hombre puede tener esa cintura? Vuelvo a darle un último vistazo y cuando vuelvo a mirar su boca recuerdo aquella vez en que eyaculé imaginando sus labios y me ataca algo parecido a las ganas de acercarme a el.

Y me asusto.

Y pego un salto.

Y me voy.

¿Qué me está pasando? ¿Qué estás haciendo Jimin? 









💜💜💜

¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora