Capítulo 4.-

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Y tal como lo pensé... plena luna de miel. Me tapo los oídos con las almohadas tratando de no oír los gemidos que provienen desde la habitación. ¡Mierda! Qué situación incómoda; no podría vivir escuchando todas las noches esto... definitivamente descartada la idea de quedarme aquí. A mi amigo Tae le están destartalando las caderas y yo aquí... y yo... aghhhh ¡¡¡jamás pensé que este buen hombre pudiera gritar tanto!!! Tae Por Dios, ¿te estarán matando ahí adentro amigo? Juro que ya es preocupante.

Tratando de ignorar los gemidos de mis amigos, me inunda el triste pensamiento de la soledad; la soledad amorosa. En 22 años sólo he tenido dos semi-novios... y digo "semi" porque con ninguno duré más de tres meses, pues ese era el límite de tiempo para entregarles mi cuerpo; luego de eso... como por arte de magia ya no querían estar conmigo; decían que si yo no les entregaba mi virginidad era porque no los quería lo suficiente... vaya manera de intentar manipularme.

Y es que yo no soy un santo!¡Joder! ¡¡¡Claro que no!!! La sensación que produce la excitación me encanta, sentir manos ajenas tocar mi cuerpo aunque sea por sobre la ropa es hermoso y tengo una imaginación muy fluida así que auto complacerme no me cuesta ni un poquito; pero el sexo de a dos es otra historia, no me siento preparado para darles eso de mí; no porque quisiera llegar virgen al matrimonio o algo por el estilo, no soy tan mojigato, es solamente que necesito sentir que lo quiero hacer realmente y no hacerlo solo porque ya han pasados los putos tres meses del límite.

Uno de ellos fue Jackson, el que mi madre conoció. Nos conocimos en la universidad y automáticamente nos sentimos atraídos uno con el otro. Realmente me gustaba, me atraía físicamente y me gustaba su personalidad... o lo que había conocido de ella... hasta que de repente me mostró lo imbécil que es cuando no quise entregarme a él.

Con Jiho fue casi lo mismo; quizás él es un poco más romántico; pero al final solo buscaba lo mismo que Jackson... ¡follarme! Incluso a veces creo que si me dejaba embelesar un poco más con las flores y los poemas, seguramente le hubiese abierto las piernas. Menos mal me di cuenta a tiempo.

Luego de eso solo tuve un par de citas sin importancia; incluso llegué a intentar con algunas chicas, pero estaba más que claro que solo me interesaban como amigas. Quizás los besos con ellas me gustaban, por la lentitud y suavidad; pero sus pechos o sus cinturas pequeñas no me producían absolutamente ningún interés sexual.

Quisiera tal vez encontrar a alguien que me haga sentir deseo sexual pero también sensaciones de amor, de cariño, de paz, de compañerismo; no quiero ser solo un polvo de una noche solo para perder mi virginidad; deseo en verdad que sea con alguien especial.

¿Y qué carajos hago en plena madrugada pensando en sexo, romanticismo y parejas mientras mi vida se cae a pique? ¡Mierda Jimin! cachetada mental.


Desayuno solo porque después de la intensa sesión de sexo-casi-porno de anoche, ninguno de los dueños de casa se levantaría a las seis de la mañana. Sé que ambos tienen trabajo solo por la tarde esta semana así que no interrumpiré su descanso.

Le escribo una nota a Tae agradeciéndole por todo y diciendo que en cuanto me instale en algún lugar lo llamaré y le pido en la misma nota que no me llame él porque la batería de mi móvil está al límite y no he traído mi cargador...¡siempre triunfando yo! Dejo la nota sobre la mesa en la sala de estar, me abrigo un poco y salgo a buscar mi futuro.

Más o menos ya tengo una idea armada: con el dinero que me ha dado mi madre iré a buscar algún hotelito barato para pasar las noches y durante el día iré a cuanto empleo se ofrezca en la sección de clasificados del periódico a dejar mi currículo; al fin y al cabo he terminado la preparatoria con honores, también la carrera de Derecho. Sé hablar 3 idiomas a la perfección; me desenvuelvo bien con la tecnología... nunca tuve errores de ortografía y me adapto bien a casi cualquier ambiente... algo de todo eso tendrá que servirme.

Y eso hago.
Al hotel solo le faltan un par de ratas para convertirse en un menos 5 estrellas; pero al menos sirven desayuno; por lo tanto tengo una comida al día salvada. Pago cinco días completos, como para asegurarme un techo antes de gastar el dinero en alguna otra cosa; el resto lo usaré para comer y algún improvisto que surja.

Mientras recorro la ciudad con la hoja previamente marcada con círculos rojos en los anuncios en los que probablemente podría tener suerte, mi madre me llama diciendo que mi padre no dará el brazo a torcer, y que incluso después de discutir oootra vez con ella, directamente decidió ignorarla a tal punto que anoche había dormido en el cuarto de invitados; pero me asegura que seguirá insistiendo, y claro que lo hará, porque a esa mujer de terca no le gana nadie y puedo asegurar que ese es el rasgo genético más grande que compartimos ella y yo.

Me pregunta unas 15 veces si he comido algo y unas 40 si en verdad he pasado la noche en lo de Tae.

—¡Vamos Jimin, tu puedes, en este lo vas a lograr! ¡Si...este puesto es tuyo! Listo...ya lo tienes, ya es tuyo— Me repito casi en un susurro, utilizando la famosa ley de atracción, clavado en la puerta del local número cuatro que visito en lo que va del día. Que por cierto es un restaurante que necesita cocinero, y yo no sé hacer ni un huevo frito, pero... ¡a lo hecho pecho! ¡hay que arriesgarse!

Consigo un cargador para mi móvil a buen precio en una tienda que tiene más pinta de burdel que de tienda de telefonía. Vuelvo al hotelucho de cuarta casi sin aliento, apenas muevo los pies que ya están ampollados de tanto caminar, y todavía me falta subir la escalera hasta el quinto piso, porque de ascensor por supuesto que ni hablemos. A duras penas las escaleras tienen todos los escalones completos, pero si la miras fijo por más de diez minutos, estoy seguro de que se desploma.

Después de la ducha realmente necesaria y un sándwich que compré en un puesto callejero en la esquina del hotel, me dispongo a revisar mi teléfono ya cargado y ohhhhh sorpresa... sin servicio. El genial padre que la vida me ha dado ha cortado mis servicios de Internet y llamadas, solo puedo recibirlas y para tener Internet necesito conectarme a Wifi. ¡Geniallll! ¡Pero qué día más maravilloso!

Pienso en ir hasta lo de Tae para avisarle, porque le he dejado escrito que lo llamaré y no podré hacerlo, y le dejé claro que no me llame... pero en verdad estoy muy cansado, me duelen mucho los pies y debería recorrer media ciudad para llegar hasta él. Ya me aguantaría luego el sermón de media hora, con ataque de histeria incluído que seguramente el prepararía para mí cuando me viera.

¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora