Capítulo 15.-

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POV JUNGKOOK

Regreso a la empresa porque con el día de mierda que tengo hoy a causa de esa maldita declaración errónea tengo la cabeza en cualquier lado y me olvidé la laptop en la oficina. Ni siquiera entro al estacionamiento, son solo cinco minutos, a la mierda la multa de tránsito que me puedan hacer por aparcar aquí.

Cuando me estaciono a un costado de la acera veo algo que me deja impactado.

Ahí está sentado mi asistente. Ya debería estar en su casa; hace un buen rato lo encontré en la puerta y ya iba de salida. Está comiendo como si fuera la última vez en su vida.¿Cómo es que es tan delgado si come de esa manera? Y ahora que lo pienso está demasiado delgado y ojeroso. ¿Tendrá algún tipo de enfermedad contagiosa o algo asi?

No puedo dejar de mirar como come... no...! devora...no...! engulle la comida, creo que no mastica... ¿Qué le pasa por Dios? ¿Y porqué come así afuera del edificio? ¿De quién se esconde para comer? ¿Y por qué con esa desesperación? Ni siquiera agua tiene para pasar semejante cantidad de comida. ¿Qué modales son esos? ¿A quién contraté para trabajar en el bufete?

Pienso en bajar del coche para preguntarle que hace ahí, pero en ese instante se pone rápido de pie y con una sonrisa de ¿satisfacción? sale caminando con las manos en los bolsillos de su traje...

Su traje... ¿Por qué reaccionó así hoy cuando mencioné lo del traje? ¿Es que acaso contrate a un loco y no me di cuenta?

Hace un frio de locos y el no lleva abrigo, en realidad ahora que lo pienso nunca tiene abrigo. ¿Será que no siente el frio?

Me apresuro a buscar la laptop porque el cielo está amenazante y cuando llueve me gusta estar en casa.

Y tal como pensaba, cuando salgo del despacho está diluviando. Al menos la lluvia me va a servir para relajarme después de un día tan intenso.


Ya en la comodidad de mi departamento, bañado y relajado, camino descalzo para descargar tensiones hasta tirarme en el gran sofá frente al tv. Aparece en la serie un hombre con el cabello rubio y vuelvo a recordar a mi asistente. Me detengo a pensar en todo lo que pasó el día de hoy, claramente es un tipo raro, pero también pienso en lo del expediente. Jimin sabe, sabe mucho. Es inteligente y muy eficaz en su trabajo, debo reconocerlo, pero lo que más me impacta, ahora que el tema está solucionado, es lo del error de la declaración. ¿Cómo un simple asistente se dio cuenta? Quiero decir, no es que no pueda, solo me sorprende que lo haya hecho siendo que era la primera vez que leía el expediente y sin saber nada del caso.

¡Y me salvó el culo! Si yo hubiese presentado eso directamente sin encontrar el error nuevamente ¡a la mierda el caso! No solo perdería el caso, también dinero y también a los clientes.

Quizás solo fue suerte, quizás el error era demasiado evidente para cualquiera pero para quienes trabajamos con tantos casos y tantas leyes no. El exceso de trabajo no es bueno... Lo sé... necesito vacaciones, también lo sé... pero ahora no puedo permitírmelo. Puedo aguantar un poco más.

Me sirvo una copa y mi móvil suena. Moira en la pantalla.

Conocí a Moira es uno de mis tantos viajes de negocios, ella es una azafata europea que cuando está de viaje por aquí, aprovecha la escala para visitarme. Dudo en responderle pero la verdad es que el último polvo fue hace meses, y quizás Nam tiene razón y necesito de uno para desestresarme.

La morocha es alucinante, tiene cada curva en su lugar, unos pechos turgentes de infierno y un trasero que te invita a morder; la chupa como los dioses y sabe cómo gemir para hacerme sentir bien, siempre huele bien y lo mejor es que cuando me visita, siempre está dispuesta a todo.

¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora