Capítulo 6.-

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Me quedan dos lugares más por visitar y si no tengo suerte, tendré que esperar a la semana próxima que saldrá la actualización de la sección de clasificados a ver si aparece una nueva opción de empleo. ¡Mierda! Tendré que robar el periódico porque el último sándwich se llevó lo que me quedaba de dinero.

Prácticamente le ruego a la empleada de la papelera que me deje imprimir dos copias de mi currículo; los he repartido a todos sin suerte. Basta poner la voz un poco más grave y hacer un poco de ojitos para que acceda, pues no se me hizo muy difícil darme cuenta de que me estaba coqueteando. Como agradecimiento, ya que dinero no tengo, le doy un papel con mi número de móvil para ponernos de acuerdo para tomar algo... total... ni siquiera tengo servicio.

Si bien nunca he sido presumido, sé que a las chicas les gusto. Creo que debe ser porque "tengo cara de angelito y cuerpo del demonio", según dice Tae. Yo jamás lo he visto así, pero si lo tengo que usar a mi favor lo haré sin pudor alguno, y más en esta situación en la que me encuentro.

Paso por los baños del centro comercial donde puedo darme una ducha rápida; si me descubren seguro me sacarán de aquí con una patada en el culo, me cambio de ropa, me peino lo mejor que puedo, me miro al espejo como tratando de convencerme de que todo está bien y salgo de allí como quien se quiere comer el mundo. Pero por dentro no me siento así. Solo tengo que esperar a que vuelvan Tae y Yoongi y me quedaré con ellos en lo que encuentro empleo; ese no es el problema mayor. El problema es que estos días a la deriva me han hecho pensar distinto... ya no tengo tantas ganas de comerme el mundo, ya no pienso en bailar ni en mi propia academia, comienzo a cuestionarme qué tan buena es la idea de profesar libremente mi sexualidad así como Tae y Yoon; si la persona que más me amaba me ha corrido de la casa por eso, ¿qué me harían los demás? Porque... ¡joder! Todos sabemos que aún hay gente con pensamiento troglodita que no acepta que el amor es amor, independientemente del género de las personas. Muy a mi pesar y luego de mucho pensar, llego a la conclusión de que definitivamente lo mejor es esconderlo al menos hasta que todo esté en orden. Aunque no sea auténtico, tendré que ser malditamente heterosexual al ojo externo para evitar más problemas. Total... no es que perdiera demasiado, no tengo experiencia con hombres ni nadie que me guste realmente como para querer mostrarme como exactamente soy. Todo este tema de la sexualidad debería esperar, al menos hasta tener trabajo, techo, comida, dinero, dignidad...

Pero algo falta en esta historia... ¡claro que sí! Porque cuando la vida se llena de drama, es drama completo... ¿Que podría ser? ¡¡¡Oh... si, una intensa lluvia sobre la ciudad!!! ¡Hermoso, hermoso todo! Aquí vamos... pobre, sucio, desempleado, desheredado y mojado...¡todo un sueño!




—Buenas tardes, bienvenido. En que puedo ayudarle?—

—Buenas tardes, soy Park Jimin y vengo por el empleo que anunciaron en el periódico. ¿Podría dejarle mi currículo?—

La tipa me mira con un poco de desdén, supongo que mi pinta no es la mejor para venir a solicitar un puesto de trabajo. Pero he hecho todo lo posible para no parecer un pordiosero... aunque a decir verdad... prácticamente lo soy.

—Disculpe, pero la respuesta es: ¡absolutamente no! La entrega de currículos era hasta esta mañana, justamente ahora están haciendo las entrevistas personalmente de los pre-seleccionados. Lo siento, ya puede retirarse—

—¿Q-qué? Pero en el periódico no decía nada de que hubiera un plazo para present... No puede ser— me cubro el rostro con las manos cuando leo que está aclarado un poco más abajo del anuncio —¿y ahora qué hago?— Susurro casi al borde del llanto.

—Ese no es mi problema señor, si realmente fuera eficiente para este trabajo al menos sabría leer correctamente un simple anuncio en el periódico ¿no cree?—Me mira por sobre el marco de sus gafas haciéndome sentir más ínfimo de lo que ya me siento. Y lo siento crecer, ahí está, palpitante! Siento el nudo en mi garganta y el picor en los ojos que me avisa que no lo puedo contener más, que ya está... que necesito largar todo.

—¡Buenos días Binna! A ver, a ver ilumíname... ¿cuál es el motivo por el que le estás hablando así a este señor? Realmente me intriga saber... te escucho, muy atentamente...—

—S-Señor Jeon!- B- buenos días! Pensé que ya se había retirado— El color de su maravilloso e impoluto maquillaje se ha resumido a solo uno: ¡blanco! —Sucede que este señor—me vuelve a mirar pero esta vez con una falsísima sonrisa— pretende entregar su currículo para el puesto, pero le estoy explicando amablemente que ya se cumplió el plazo y que no podemos hacer nada por el—

—¡Eso lo voy a decidir yo! Como también voy a decidir tu permanencia en esta empresa Binna— Respira hondo —creo haberte dejado claro como quiero que trates a los postulantes; cumplan o no con los plazos o con tus expectativas o con la mierda que sea, quien decide, te vuelvo a repetir, soy yo! Tu trabajo es simplemente recibir a las personas y transmitir información. No te tomes atribuciones que no te corresponden, ya hemos tenido esta conversación varias veces, y ya no quiero tenerla de nuevo—

El señor que no sé de donde apareció y se paró entre la secretaria y yo, dándome la espalda, se gira de repente hacia mí

—¿Su nombre es...?—

—¡Park! Park Jimin es mi nombre—

El hombre de traje y corbata me mira de arriba abajo pero sin expresión alguna.

—Sígame hacia la salida señor Park, no le haremos la entrevista porque debo tomar un vuelo de manera urgente, pero tomaré sus datos y revisaré su currículo y la semana próxima nos comunicaremos con usted para darle una respuesta. Y quiero dejarle algo en claro de antemano: no lo estaba defendiendo recién, simplemente pretendo que comprendan todos mis empleados quien es el Jefe aquí, ¿entendido? —

—S-Si señor. Muchas gracias señor, lo que usted diga señor!—Y cuannntas veces más voy a decir señor! Me tiembla el labio inferior y no, no es por el frio ni por la ropa húmeda; joderrr... es que ese hombre da miedo realmente, ese ceño fruncido es una marca añeja; me atrevo a decir que el nació así.

Le entrego mi hoja de vida claramente húmeda por la lluvia anterior, me despido educadamente con una larga reverencia, camino hasta dar la vuelta en la esquina y en ese momento lo suelto; me suelto. Libero todo absolutamente... la tristeza, la frustración, el dolor, la soledad, la vergüenza, la incomprensión. ¡Todo! Lloro todo lo que necesito sacar de mi sin importarme si quiera como me mira la gente alrededor. Realmente necesito hacerlo, creo que es el afán de pretender que cada lágrima caída se lleve un poco de dolor.





¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora