Capítulo 36.-

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POV JUNGKOOK

Jimin me ha mentido. Lo sé porque luego de ver por la ventana que le dió sus datos a Jenny, fui directo a verificar en el ordenador y claramente la dirección que le ofreció es la del refugio. Agendo en mi teléfono su número de móvil y me encierro por el resto del día en mi despacho, no quiero verlo porque no soporto que la gente me mienta y mucho menos cuando no se el porqué. Ya averiguaré de qué se trata todo esto.

Nam ingresa a la oficina mirando su móvil con una sonrisa de oreja a oreja y me cuenta que ya no ha tenido noticias de Vanessa, que por un lado se siente tranquilo pero por el otro le preocupa que no ha vuelto a tocar el tema del divorcio legal. Trato de mantener una conversación con él, pero tiene esa sonrisa de bobo clavada en los labios y no mueve la mirada de su teléfono.

En un intento de molestarlo un poco, le arrebato el móvil para ver si quizás está hablando con la tal "J", tal vez pueda ver su foto de contacto y al menos ver si es bonita y por eso esta tan embobado como adolescente. Pero Nam me grita desaforadamente que no toque su móvil. ¿Qué carajos? Se pone realmente rígido y no entiendo por qué tanto nerviosismo, desde jóvenes nos molestábamos como niñitos quitándonos los móviles para jodernos. Aun así, mientras el forcejea para sacármelo, logro ver un poco de lo escrito, pero para mí mala suerte, el contacto agendado como "J" no tiene foto de perfil.

— Jajaja... está bien, está bien. Te devuelvo tu móvil, no es para que hagas tal escándalo, baboso. Pero visto y considerando que el último mensaje que le has escrito dice que le quieres comer la boca, lo menos que puedes hacer es presentármela.—

— No vuelvas a tocar mi teléfono Jungkook. No lo vuelvas a hacer. Y no! No te presentaré a nadie. ¡Joder! ¡Has cagado mi día!

Nam se va ofuscado de la oficina, se ha enojado y no creo que haya sido para tanto. Nunca antes me había hablado de esa manera ni mucho menos decirme que no puedo tocar su móvil. No quise molestarlo de ese modo, solo estaba jugándole una broma. Pensándolo bien estos últimos días ha estado raro. Ni siquiera lo oigo llegar por la noche y cuando me levanto a desayunar ya no está en el departamento. Deberé encontrar otro momento para hablar con él. Quizás se siente mal y no sabe cómo expresarlo.



Entre Jimin y Nam me han dejado exhausto. Así que antes de ir al departamento decido cenar en soledad en mi restaurante preferido, un buen plato de pastas con un buen vino me levantarán el ánimo.

Pero mientras le pido mi orden al camarero, algo llama mi atención en una mesa a la otra punta del salón. Entonces para ver mejor, me dirijo hacia el baño. La novia de Jimin con sus manos sobre las de un hombre que parece de su edad. No creo que sea un amigo porque cuando regreso del baño, el mismo hombre está besando sus nudillos con una mirada muy parecida a un enamorado.

¡Mierda! Lo engaña. ¿Será por eso que Jimin estaba ebrio la otra noche? ¿La habrá descubierto y por eso salió a emborracharse? ¿Por ese motivo será que puso pálido hoy cuando le nombré a su novia?

Decido salir del restaurante y ya sentado en el coche, encendiendo mi cigarrillo, puedo ver que la flamante pareja sale también detrás de mí, pero cada uno toma su propio coche. Quizás si sigo a la loca infiel novia de Jimin puedo saber exactamente su dirección. Así que sin más, la sigo.

A medida que avanzo en la persecución puedo darme cuenta de que se dirige al refugio en donde Jimin alega vivir y cuando llega a destino, ahí está Jimin en la entrada y la recibe con un cálido abrazo.

Y me molesta.

Claro que me molesta.

Hace unos momentos ella estaba acaramelada cenando con otro hombre en el restaurante y ahora abraza a mi asistente así como si nada. ¿Cómo puede ser tan descarada? ¿Y cómo puede Jimin no darse cuenta?

No debería importarme. Ni siquiera sé que hago aquí. Debo dejar de pensar en los datos de Jimin y en su vida amorosa. Debo recordar que mis empleados no me interesan. Debo dejar de preocuparme por cosas sin sentido.

Enciendo otro cigarrillo, han pasado algunas horas y sigo con mi coche estacionado aquí, a oscuras al costado de la acera. Me he perdido en mis pensamientos y no me percaté del paso del tiempo. Pero entonces, un sonido de llaves llama mi atención y veo a la susodicha salir hacia su coche, supongo que Jimin se ira con ella porque ya son más de las 10 de la noche. Pero no ocurre. Ella se marcha y de apoco van apagándose las luces del refugio. Jimin no ha salido. Y en las dos horas restantes que paso aquí tampoco lo hace.

















¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora