¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||

Capítulo 83.-

POV JUNGKOOK

En todo este tiempo fue realmente difícil mantener el secreto. Sobre todo porque Jimin me conoce a la perfección y detecta automáticamente cuando miento, o estoy nervioso. Estoy agradecido con Jenny de por vida porque fue gracias a ella que pude hacer todo a tiempo. No dudó un segundo en ayudarme cuando le conté que quería cumplir el sueño de Minnie. Tae y Yoon también me ayudaron muchísimo; ellos fueron los que me contaron a profundidad sobre la relación que Jimin tiene con la danza y lo mucho que deseaba tener su propio espacio para dar clases, y Yuri junto a Jin fueron los encargados de guiarme en cuanto a la decoración que debía tener el espacio, porque sinceramente yo no tenía la más pálida idea.

Pero más difícil fue tener que verlo ofendido, puchereando por la casa y casi ignorándome. Me moría de ganas de abrazarlo cada vez que abultaba los labios en un berrinche silencioso enojado porque reduje su jornada. Mi vida... es que debía ser así para que la sorpresa fuera total.

Sé que estoy en el lugar correcto, haciendo lo correcto, con y por la persona correcta, cuando por fin Jimin entiende lo que está sucediendo y sus ojos se encienden con un brillo que nunca he visto antes. Un brillo que demuestra alegría y agradecimiento. Y yo soy feliz. Porque él está feliz. Es cierto lo que le dije de que él no tiene idea de lo que ha hecho por mí; porque no se trató solo de asumir mi sexualidad, fue mucho más profundo. Jimin ha cambiado mi vida por completo. Antes nunca sentí empatía, mucho menos amor. No fui mala persona, pero sí fui solitario, ermitaño y un poco egoísta; tal vez un poco ambicioso también. Ahora no me imagino una vida sin el a mi lado y mi único deseo no radica en mí, si no puramente en él.

Jimin me pide perdón por milésima vez en la noche por haberse enojado conmigo mientras Tae se ríe de él recordando la llamada de hoy por la tarde. Todos comen y beben, es la inauguración oficial de la Academia y sé que todos los presentes están felices por Jimin. Incluso mi madre se ve realmente emocionada.

— No sabes cuánto me recuerdas a tu padre— Me dijo mientras acariciaba mi espalda. —Amo que por fin seas feliz, hijo—

Despido a cada uno de los invitados realmente agradecido por haber asistido. Todo salió perfectamente según lo planeado y por fin ya no tengo que ocultarle nada a Jimin. Vuelvo al enorme salón que ya está vacío y en silencio a media luz. Jimin acaricia con la yema de sus dedos las barras de madera amuradas a la pared y en el reflejo del espejo frente a él veo como sus mejillas están empapadas en lágrimas, pero no me aflijo, porque tengo la certeza de que son lágrimas de felicidad y emoción. Lo abrazo rodeándolo por la espalda y apoyo mi mandíbula en su hombro mientras él apoya su cabeza hacia atrás en el mío. Son los diez minutos más tiernos de mi vida mientras el y yo nos miramos al espejo en silencio, un hermoso silencio. Porque no necesitamos más que mirarnos para saber lo que queremos decir.

Por supuesto que hace minutos fue la inauguración oficial de la Academia, pero aún falta la inauguración real. Así que no tardamos demasiado en fundirnos ambos, en el piso del salón sobre las colchonetas, haciendo el amor con toda la pasión, el cariño y la dulzura que la situación amerita. Sin dejar de mirarnos a los ojos ni siquiera un instante, repitiéndonos nuestros "te amo" constantemente mientras nuestros cuerpos explotan de placer.

— Nunca me voy a cansar de agradecerte Kook. Te amo con el alma, mi amor— Eres mi todo y más. Me susurra Jimin medio dormido mientras lo bajo del coche y lo subo en brazos hacia la habitación.

¿Qué si soy feliz? ¿Acaso hace falta responder a eso?

La nueva rutina comienza y aquí estoy, escabulléndome de la oficina para visitar a Jimin en la Academia y ver cómo va todo. No me ha visto aún, pero estoy embelesado detrás de las cortinas viendo sus delicados movimientos, yendo como si flotara de un lado al otro frente a los espejos. Sí, es cierto, no entiendo nada de baile, pero no hace falta ser un experto para saber que realmente es su pasión, se mueve con una gracia infinita y sé que mi cara de embobado en este momento debe ser un poema. Pero es que mi futuro esposo no podría ser más perfecto.