Capítulo 31.-

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POV JUNGKOOK

Me extrañó que Nam anoche no llegara a dormir, pero supongo que estará bien; quizás pasó la noche con Vanessa, no debe ser fácil despegarse de un momento a otro. Hoy es sábado y me obligo a ni siquiera pasar frente al bufete, mi mente necesita descansar, así que con mi ropa más cómoda, me subo al coche y empiezo a conducir sin destino; solo escuchando música y dejando que me despeine el viento que entra por la ventanilla abierta. Puedo sentirme libre de obligaciones y preocupaciones a medida que recorro la carretera con la sola compañía de la radio y mi cigarrillo.

Sin darme cuenta estoy llegando a la playa, y recuerdo que hace muchos años, cuando el divorcio de mis padres me afectó tanto, venía aquí a pasar las horas y relajarme para poner en orden mis pensamientos. Quizás podría quedarme un rato e intentar hacer lo mismo.

Antes de estacionar el coche y bajar hacia la arena, me detengo en el puesto de café porque aún el clima está un poco frío.

Ya sentado en la arena con mis pies cruzados y mi café caliente entre las manos, me permito pensar; me permito observar mis pensamientos sin miedo porque es la única manera de hacerles frente. Pienso en Nam y en todo lo que le está pasando, y comprendo mejor porqué le costó tanto hablar con su esposa y al mismo tiempo me pongo feliz por él, porque a pesar de todo quiere darse una oportunidad con la tal J. Pienso en mis padres, que hace mucho tiempo no me visitan ni me llaman, aunque tampoco yo lo hago. Amo a mi madre, por supuesto; a mi padre solo le tengo respeto. Soy lo que soy gracias a ellos y estoy agradecido, pero aun guardo rencor por el hermetismo con el que manejaron los motivos de su divorcio. Pienso en lo afortunado que soy al haber logrado junto a mi amigo levantar el bufete desde cero con tanto esfuerzo y ser hoy por hoy, reconocidos por la eficacia de nuestro trabajo; pero también pienso en que me he dedicado de lleno a las leyes y he dejado de lado toda posibilidad de vida social, hace mucho tiempo no salgo a bares a divertirme como solía hacerlo hace un tiempo. Pienso en el próximo viaje y me siento orgulloso de lo que he logrado y de lo que seguramente lograremos. Pienso en Moira y las tantas otras con las que he tenido sexo y he terminado aliviado pero con sensación de vacío en el pecho. Pienso en mi asistente y en la eficiencia y profesionalismo que tiene para hacer su trabajo. Y entonces me es inevitable, y tampoco lo quiero evitar, pensar en los últimos sucesos con Jimin. Desde que llegó pidiendo la entrevista hasta ahora. En lo misterioso que me resulta todo en él porque no conozco nada de su vida y ni siquiera tengo su número de móvil aunque convivimos diariamente en la empresa, en cómo lo he tratado últimamente cuando el sólo se ha esforzado por pasar el período de prueba, en lo bien que le sienta su nuevo traje y el aroma de su nuevo perfume, en lo blanca que es su piel y lo chiquito de su nariz, en que no lo he visto sonreír ni una sola vez, en que aún no conozco el color de sus ojos, en que me he excitado pensando en él y también observándolo y en que tiene unos labios que exigen ser besados.

Y aunque han pasado algunas horas y mi café se ha enfriado, no quiero irme aún de aquí porque aquí es donde mis pensamientos fluyen sin condicionamientos. Y me asustan algunos, más precisamente los que se refieren a Jimin, pero solo los dejaré pasar. No me preocuparé porque quizás son solo pensamientos momentáneos precisamente por no conocer nada de él.

Y cuando desvío mi mirada del mar que está más calmo que nunca... allí está... veo a Jimin sentado cerca del mar y aunque no estoy cerca puedo ver que la ropa informal le queda tan bien como su nuevo traje. Me extraña verlo aquí, quisiera acercarme pero creo que lo más prudente es mantenerme así, quizás él también está pasando por un momento de introspección igual que yo.


POV JIMIN

Me siento un poco más tranquilo, quizás un tanto empoderado luego de la visita a mi padre. Y por un momento siento ganas de vivir, aún con la realidad que me toca, sabiendo que tarde o temprano todo esto pasará, volviendo a ser al menos la mitad de positivo que era mi antiguo yo.

Desde que estoy en el refugio he pasado mis fines de semana vagando por los parques hasta el horario de ingreso porque no tengo a donde ir. Pero con el dinero de mis ahorros hoy me permito tomar un taxi para que me lleve a pasar mi sábado a la playa. Creo que la última vez que fui fue cuando era niño, y tengo recuerdos felices de esos momentos en familia, pero ya no tengo familia así que quiero crear nuevos recuerdos en soledad.

Aun hace frío, pero eso no me impide que me siente en la arena bien cerquita del mar, necesito sentirme libre, necesito que el viento que sopla se lleve un poco de mi mala suerte.

Sentado aquí con la única compañía de mi soledad me doy el permiso de llorar por todo lo que me ha pasado, pero no es un llanto de dolor, es un llanto de liberación, sacar lo malo para dejar espacio a lo nuevo. Pienso en mi madre y en lo cruel que fui en nuestra última conversación, y aunque me tiento a llamarla ahora que tengo mi móvil, no lo hago porque aun siento dolor con ella, me ha desilusionado, he esperado que me protegiera y no lo ha hecho. Pienso en mi padre y en cómo demostró su verdadero pensar defraudándome y lastimándome como nadie jamás lo ha hecho, en la manera en que me ha condenado cuando no cometí ningún delito. Pienso en Tae y Yoongi que son tan unidos y más en momentos como el que están pasando ahora y me pongo feliz por mi amigo, porque la vida le devuelve todo lo bueno que él siempre ha dado. Pienso en Jenny y en lo buena persona que es conmigo y con todos en el refugio sin pedir nada a cambio. Pienso en mi salud que aunque ha mejorado aun debo seguir ocupándome de mí. Pienso en lo mucho que extraño bailar y lo feliz que sería si tuviera mi propio estudio de danza. Pienso en cuanto tiempo pasó desde la última vez que salí a beber y tuve vida social. Pienso en el bufete y en la suerte que tuve de poder obtener el empleo en el peor momento de mi vida; aunque trabajar con las leyes era lo último que deseaba. Pienso en mi jefe Jeon y en lo rudo que es conmigo a veces aunque me esfuerzo y no logro comprenderlo. Y como estoy solo con mis pensamientos también me doy permiso de pensar en mi sexualidad sin vergüenza y sin opiniones ajenas. Pienso en cuanto tiempo hace que ni siquiera me masturbo porque no tengo intimidad para hacerlo, en cómo sería tener una relación de amor con otro hombre, pero una relación real. Pienso en mis escasos amoríos anteriores y sé que claramente no quiero eso para mí. Pienso en cuál es el tipo de hombre que me atrae, cual es el tipo de hombre con el que por fin daría el paso de entregarle mi virginidad y descubrir por fin qué se siente tener sexo. Y físicamente me imagino a un hombre alto, con músculos marcados y brazos fuertes, con espalda ancha y muslos fuertes, con cabellos y ojos oscuros como la noche adornados con largas pestañas, con una mandíbula marcada que le dé aspecto aún más varonil, con una nariz recta y atractiva y con labios menos pomposos que los míos pero que no quieran dejar de besarme.

Y cuando el viento remolinea más fuerte y me sacude el pensamiento, me doy cuenta de que estoy perfectamente describiendo a mi jefe. A mi jefe que odia a los homosexuales. Puta vida.

Por momentos me siento observado, pero estoy tranquilo ordenando mis pensamientos así que solo decido seguir disfrutando mi momento de paz.




¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora