Capítulo 17.-

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POV JIMIN.

Despertarme en lo que parece ser un hospital y con mi jefe mirándome de esa manera hizo que deseara realmente estar muerto. ¡Qué vergüenza! ¿Por qué me pasan estas cosas? ¡Ahora que tengo un empleo y las cosas parecen ir mejor me pasa todo esto!

Dice que me tengo que quedar aquí, pero no puedo... ¿con qué dinero pagaré esto?. Ni siquiera tengo para comprar una botella con agua, menos podría pagar la habitación y el tratamiento... Tengo que irme de aquí lo antes posible.

Pero lo más desesperante es que me dijo que va a ubicar a un familiar. En mi hoja de vida figura el teléfono de mis padres, si los llama va a ser un caos. Seguro mi padre pensará que quien llama es un amante mío, o que estoy internado por culpa de alguna enfermedad sexual de gays, o algo así.

Por favor, que no los llame... que no respondan...

El doctor, luego de examinarme exhaustivamente y tomar nota en su cuadernillo, me informa que estoy bien de la gripe, pero lo veo tomar asiento a mi lado y sé que se viene la conversación difícil. Con términos explícitamente médicos me cuenta cómo está mi salud, entiendo todo, sé que me alimento mal y a veces no tengo de donde sacar agua; pero no pensé que fuera para tanto.

Le explico que estuve pasando unos momentos complicados, sin dar demasiado detalle, no quiero pasar vergüenza también con el médico, y aun así me exige un cambio de alimentación y que me tome mi trabajo con más tranquilidad. Insinúa que el Señor Jeon me explota y ahí es cuando me pongo firme.

—¡No doctor, no es así! El señor Jeon es bastante justo, solo me da las tareas y yo las cumplo. Muy pocas veces me quedo después de hora. Si es cierto que es exigente, pero no me maltrata, ni a ninguno de los empleados que yo sepa. Como le decía, estuve teniendo inconvenientes personales últimamente, eso es todo. Ya lo solucionaré.— Suspiro cansado, hablar tanto me agita —Ahora, necesito irme doctor, me siento bien. Ya puedo salir de la cama. Mañana necesito ir a la empresa, tengo trabajo pendiente— Además es el día de paga, no puedo faltar. Encima, para colmo de males, me perderé de asistir a la primera junta en la que me iban a presentar al resto de los socios.


Me quedo quieto mientras la enfermera revisa por enésima vez mi signos vitales; ya les he dicho mil veces que me dejen ir, que me encuentro bien, pero no hay forma de que entren en razón. Mientras la señora de impecable uniforme blanco sigue con su labor, me pierdo en mis pensamientos; deseo que mi madre este aquí conmigo; para ser sinceros no me siento nada bien, todavía me siento débil, pero tengo que hacer el esfuerzo para irme de aquí, pero si mi madre estuviera aquí me sentiría mejor, al menos ella cuidaría de mí. O Tae; si él estuviera aquí ni siquiera me hubiese pasado todo esto. ¿Cómo puede ser que mi vida no se pueda ordenar? Es decir, entiendo que falta mucho para valerme por mí mismo y tener la vida que necesito, pero ahora que tengo empleo y que estoy encaminado me pasan estas cosas que me hacen pensar que quizás estoy pagando algún castigo. ¿Habré matado a alguien en otra vida?

Y vagando por mi mente me detengo en mi jefe. Pensándolo bien: ¿Qué hacía el ogro aquí?¿Por qué me estaba mirando de ese modo cuando desperté? ¿Habrá estado oliéndome? Digo... como insinuó que no me baño...

El doctor me visita nuevamente ya entrado el nuevo día y me informa que debo quedarme hasta la tarde de hoy, que estoy mejor pero quieren seguir observándome. Ya se me fue a la mierda la idea de ir a trabajar y estoy seguro que ya soy un desempleado más de Jeon y Asociados. ¡Mierda! Ni siquiera recibí la primera paga.




—Hola Jimin! ¡Que susto no has dado cariño! ¿Cómo te encuentras?—

Jenny entra en la habitación con un ramo de flores amarillas en sus manos. Me siento bien por un momento, es una de las pocas personas con las que tengo contacto dentro de la empresa y es realmente muy amable, desde el principio lo fue. Le agradezco la preocupación y le explico que no era necesario que se tomara la molestia de venir hasta aquí. Luego de un rato de charla, le pregunto cómo va la empresa y me responde que me relaje, que todo está en orden y que mi puesto de trabajo está esperándome.

—¡Ayy Jenny no sabes el peso que me sacas de encima! Creí que me despedirían, ya sabes... el señor Jeon con sus reglas de no faltar por enfermedad. —

—¿Pero qué dices Jimin? Esa regla aplica a cosas simples como un dolorcito de cabeza o estómago, te desmayaste Jimin, ¡no tenías pulso cuando te encontraron! Toda la empresa está preocupada por ti y eso que aun casi ni te conocen. Ah... espera, casi lo olvido— se dirige hacia la silla del fondo donde había dejado su abrigo y bolso, saca un sobre blanco y me lo entrega —esta es tu paga, el señor Jeon me pidió que te lo trajera personalmente, y que te pida disculpas en su nombre, hoy no puede venir a verte por la mañana porque tiene varias juntas, pero me envió sus saludos cordiales para ti. —

¿Mi paga?... ¿realmente es el dinero que me gané yo mismo?

—Una cosa más Jimin, cuando vuelvas debemos actualizar tus datos personales; el señor Jeon marcó repetidamente el número de teléfono de tus padres que se encontraba en la base de datos pero en ese número le respondieron que no tenían ningún hijo llamado Jimin. Asimismo se encargó de hablar con el personal del hospital para poner una enfermera particular a tu disposición en caso de que nadie viniera a cuidarte.—

Al oírla decir eso mi cuerpo se estremece automáticamente, al principio lo que tenía era miedo de que la empresa se comunicara con mis padres; ahora lo que siento es tristeza, ellos me negaron como hijo. ¿Mi madre estará de acuerdo con mi padre?

—¡G-gracias Jenny. Muchas gracias! En verdad no es necesario, ya creo que me darán el alta médica, y las enfermeras del hospital son muy atentas, no necesito una particular, pero dile al Jefe que agradezco la intención.—

Ella se retira dándome un beso en la frente y pidiéndome que cuide mi salud de ahora en más. ¿A caso el doctor le ha dicho a todo el mundo mi diagnostico? Joderrrr... ¿y el secreto profesional?



Por la tarde a eso de las 17.30 hs el doctor firma mi alta y me da todas las indicaciones sobre medicación y la dieta que tengo que seguir de ahora en más. Sí, claro... como si pudiera comprar todos esos alimentos y vitaminas que pide. Lo único que tengo en el armario es mi traje, ya que con eso estaba cuando me desvanecí me lo vuelvo a colocar y a paso de tortuga me dirijo a la administración para abonar los gastos de mi estadía aquí, no he visto cuánto dinero hay en el sobre de la paga que me trajo Jenny, pero si no me alcanza pediré que me dejen lavar las sabanas para completar el pago.

—Buenas tardes señorita, soy el paciente Park Jimin de la habitación 108, me acaban de dar el alta; quisiera abonar mi estadía.—

Sudo frio cuando ella comienza a revisar el ordenador; aquí me quedaría a lavar ropa por los siglos de los siglos, considerando que es un hospital privado.

—Me alegra que ya se encuentre bien señor Park, todos los gastos fueron cubiertos por su Jefe, y también el pago del transporte. Hay un coche esperándolo afuera. El señor Jeon nos pidió explícitamente que le avisáramos el horario de su alta para mandar un coche por usted—

Me quedo tieso. ¿El señor Jeon? ¿Mi jefe? ¿El ogro?

Al salir del hospital me encuentro con un lujoso coche negro y su respectivo chofer esperándome. Sobre el costado del coche rezaba la leyenda "Jeon y Asociados" y lo comprendo; claro, me desmayé en la empresa, tanto el pago del hospital como el coche fue para que no presente cargos por explotación o algo por el estilo. No fue mi jefe, fue la empresa.

Al menos no tendré que caminar hasta el refugio, y espero que el chofer se apure si no no me dejarán entrar por el horario.



¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora