Capítulo 35.-

2.5K 317 21
                                    

POV JIMIN.

Vuelvo al refugio pateándome el ánimo. Deambulé toda la tarde por ahí pensando en lo poco que me duró la cuasi felicidad. Menos mal que no llevé todo el dinero en la cartera, al menos tengo para sobrevivir unos días. Otra vez a contar las monedas para poder comer. Maldito castigo.

Por suerte nadie me pregunta nada, supongo que Yuri se las ingenió con una buena mentira por mi ausencia de anoche. Y aunque paso todo el domingo intentando recordar algo, sólo tengo pequeños flashes y estoy seguro de que me he pasado de la raya con mi jefe; aunque no haya hecho nada raro, el solo hecho de que me haya visto tan borracho es suficiente, seguro piensa que puedo manchar la imagen del bufete o algo asi. Ahora lamentarme no me servirá de nada.

Es muy temprano y salgo, periódico en mano, nuevamente a recorrer las calles para comenzar la semana buscando empleo. Podría agregar la experiencia en el bufete a mi curriculum, pero si piden referencias seguramente no me darían empleo por ser un desfachatado que sale de fiesta y termina ebrio y amnésico en la casa de sus jefes. Por supuesto que no tengo suerte con ningún empleo, era algo obvio para mí.

Casi llegando a las 2 de la tarde decido que es mejor recoger mis cosas de la empresa; quizás me paguen la indemnización por despido hoy mismo.

Cuando ingreso al edificio la vieja bruja me mira de arriba abajo con cara de burla y estoy seguro que ya sabe de mi situación de desempleado; aunque también puede ser porque no traigo ropa formal. Al fin y al cabo no la necesitaba hoy para caminar como un loco buscando empleo. En definitiva me iré de aquí sin saber por qué me odia tanto esta bruja.

Ya en mi ex oficina comienzo a recoger del escritorio las pocas cosas que me pertenecen y cuando abro el cajón de la derecha me encuentro con mi cartera, la que perdí el sábado por la noche. ¿Ah? En el momento en que la tomo aparece por la puerta mi ex jefe y me dice que me espera en su despacho.

Así que sin hacerme demasiado problema por mi vestimenta casual lo sigo para escucharlo hablar sobre mi despido.

El señor Jeon me pide que tome asiento frente a él y yo, con un largo suspiro acepto y me quedo en completo silencio, nada de lo que diga servirá en este momento.

— Jimin, quiero saber... ¿por qué aun no me has dado tu número de móvil? Has dicho que lo habías perdido pero claramente ya tienes uno.— Dice señalando el aparato que sostengo en mi mano.

No entiendo por qué empieza así la conversación pero solo me limito a responder lo que pregunta

— Lo siento señor Jeon, apenas lo he comprado hace unos días y no he tenido en cuenta dárselo—

— Bien... ahora dime ¿por qué no has actualizado los datos de tu dirección en la base de datos que maneja Jenny?—

— ¿Ah? ¿Mi dirección? Eso está correcto, solo debo darle mi nuevo número de teléfono.—

Pensé que la conversación sería sobre mi despido y sobre lo mal que se ve que el asistente de un importante abogado ande borracho por ahí, pero no logro comprender por qué me hace estas preguntas. ¿Qué tiene que ver mi dirección en todo esto?

Jeon suspira pesado, tira su cuerpo hacia atrás en el sillón y con los dedos colocados en forma de rezo sobre el escritorio me mira sigiloso durante unos segundos, que para mí perfectamente podrían haber significado horas, como si estuviera formulando en su cabeza la próxima pregunta.

— Ok. Ahora dime otra cosa, desde aquella vez en que te hice la entrevista para obtener el empleo hasta el día de hoy, ¿algo ha cambiado? Piensa bien en todas las preguntas que te hice... ¿algo cambió?— me pregunta entrecerrando sus ojos.

Listo... ahora sí que no entiendo un carajo. ¿De qué me habla?

— N-no señor Jeon, nada ha cambiado desde ese día, ¿Por qué lo pregunta?—

— Por nada... una última pregunta: ¿estás conforme con el trabajo aquí en la empresa, con tu paga, con tus compañeros?—

— Claro señor. No tengo nada que decir al respecto. Como les dije ayer a usted y al señor Kim, estoy más que agradecido por la oportunidad que me han dado y todo es perfecto aquí en el bufete, lament...

Mi jefe no me deja terminar de hablar, levanta su mano en señal de que haga silencio y dice: — Bien, entonces no toleraré que vuelvas a llegar tarde como hoy, tu horario es desde las 8 de la mañana y has aparecido a las 2 de la tarde. Solo por esta vez y porque es la primera vez que pasa, no lo tomaré en cuenta y no lo descontaré de tu paga. Pero no habrá una próxima vez. Ahora más que nunca necesito que te prepares porque nada puede fallar en España.—

¿No he perdido el empleo? ¿No lo he perdido? ¿Dios te has puesto de mi lado una bendita vez?

— Otra cosa: como ya habrás notado, dejé tu cartera en tu escritorio, estaba debajo de mi cama. Por si te preguntas y para que no tengas ideas equivocadas, solo te encontré en el bar y al no tener tu dirección solo decidí que debías dormir en mi casa para no dejarte solo y borracho vagando por ahí; solo fue casualidad y que quede claro que solo lo hice porque no estabas en tus cinco sentidos. No me interesa lo que hagas fuera de la empresa, ni tu ni ninguno de mis empleados, ya te lo había dicho, pero si no sabes beber al menos pídele a tu novia que te acompañe la próxima vez para evitar hacer espectáculos, y para evitar también parecer un estúpido homosexual por ahí en los bares. Bien... ya te he dicho todo. Ponte con tus tareas que llevas unas cuantas horas de retraso y quiero todo terminado al final del día. Y Park... por favor... la ropa casual la dejas para la playa... retírate a tu oficina —

Salgo de esa oficina blanco como un papel y en completo silencio, a lo lejos escucho a Jenny decirme algo sobre unas certificaciones pero no le hago caso y sigo mi camino. Una vez en mi oficina, cierro la puerta y me desplomo, me siento en el piso con la espalda apoyada en la pared y recién ahí... respiro.

Vine al bufete esperando el despido y me encontré con cualquier cosa. Mi jefe haciéndome esas preguntas raras que no entiendo ni mierda, pero lo peor del caso es lo que me dice sobre parecer homosexual, mejor dicho: un estúpido homosexual. Y... ¿que mi novia me acompañe? ¿Cuál novia? Claramente hay algo que no estoy comprendiendo sobre eso, pero si comprendo perfectamente que este hombre en verdad, pero en verdad odia a los tipos como yo; a los que nos gustan los hombres. Y teniendo una leve idea sobre mi descaro de anoche, creo que debo reforzar la idea de mi heterosexualidad porque si este hombre llega a sospechar sobre mí, ya no tendré otra oportunidad de seguir trabajando aquí, y creo tener una idea sobre lo que debo hacer.

Antes de meterme de lleno con todas mis tareas pendientes, me dirijo hacia Jenny y le doy mi nuevo número de móvil para agendar en la base de datos. Ella insiste con mi dirección y, como no me queda otra, le doy la del refugio. Total no es como si alguna vez mi jefe o alguien de la empresa necesite ir a buscarme o llevarme; así que solo cumplo con las órdenes de Jeon de completar mis datos.

Por lo que resta del día no vuelvo a ver a mi jefe y la verdad es que lo agradezco; me ha dejado tan confundido y avergonzado que no sabría siquiera como mirarlo. Y mientras recojo mis cosas para terminar mi día, llega una ráfaga a mi pensamiento de mi jefe con un piercing en sus labios, parece un deja vú... y por primera vez en el día me río, me río mucho... El gran ogro Jeon con un piercing... si claro! Eso no sería posible ni en mil vidas. Aunque admito que la idea de ver al jefe con un arete adornando sus labios me resulta muy, muy sexy.

Ha terminado mi día hoy, solo lo dejaré hasta aquí y me iré a descansar. Caminar tanto hoy buscando empleo sumado a los nervios con el señor Jeon me ha dejado exhausto. Mañana pondré en marcha mi plan puramente heterosexual.

















Aquí estoy actualizando una vez mas. 
Valexjikook13 dedicado a ti por la paciencia 🤗

Les va gustando la historia? Me dejan saber en comentarios por fa

Gracias por leer, comentar y votar. ️⭐

¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora