Capítulo 42.-

2.7K 373 8
                                    

POV JUNGKOOK

No sé cómo sucede, pero es que... mi intención solo es colocarle protector en la espalda porque vamos... todos sabemos que es difícil colocarlo uno mismo en esa zona. Pero algo ocurre. Primero me quedo mudo cuando tengo frente a mi todo su cuerpo casi desnudo sudado por el calor del sol y me es inevitable mirarlo entero y luego cuando él me da la espalda sentado muy cerca de mí y comienzo a retirar su camisa por sobre sus hombros, casi sin quererlo rozo su piel con mis dedos y es casi irreal la suavidad que posee su piel. Por supuesto es un pensamiento superficial por el que no debo preocuparme pero, ya sin camisa, veo su espalda firme adornada con un tatuaje de lunas y sin darme cuenta estoy tocando toda su espalda con el protector solar como única barrera entre su piel y mis manos. Tiene la espalda caliente y quiero creer que es por el sol y que su piel erizada se debe a lo frío del producto que le estoy aplicando.

En un momento dejo de pensar y me permito cerrar los ojos mientras sigo con mi trabajo de embadurnar su espalda; pero no sé en qué momento me dejo llevar tanto y termino a punto de tocar su cintura, es que creo que es algo totalmente inconsciente solo por el hecho de que es tan pequeña que creo que, si la rodeo, cabría entera en mis dos manos.

De un momento a otro Jimin ya no está sentado al lado mío y doy gracias al universo por eso. Es que la erección que tengo debajo de mi bañador es realmente impresionante. Y es más impresionante aún como pude tener algunas erecciones ya sin necesidad siquiera de tocarme, simplemente mirando o imaginando a mi asistente.

Cruzo mis piernas para disimular el bulto que se me ha formado y no quiere desaparecer. No sé por qué Jimin ha desaparecido pero ya sé que todo en él es un misterio, así que no me preocupo demasiado. Con otro mojito en mano trato de relajarme pero ya no es lo mismo que hace un rato. Siento como si me picaran las manos con necesidad por tocar algo, como una especie de ansiedad por tener algo cerca.

No quiero aceptarlo y no voy a hacerlo, pero tocar a Jimin se sintió bien, se sintió relajante, se sintió cálido, se sintió placentero...

Normalmente soluciono mis cuestiones al momento en que se presentan, pero esto de Jimin; desde aquella vez en que se cruzó por mi mente en medio de un orgasmo, no es una cuestión que tenga solución porque no logro comprender. Es decir, estoy teniendo actitudes sexuales con un hombre. Está mal y no es normal; es casi enfermizo, pero no puedo ocuparme de ello ahora. Quizás solo debo dejar que las cosas tomen su propio rumbo para descubrir de qué se trata este enigma.



No he visto a Jimin en lo que resta del día, y aquí sentado en el comedor del hotel me pregunto si cenará conmigo tal como habíamos quedado o se quedará en la habitación. Justo cuando estoy por tomar mi móvil para enviarle un mensaje, lo veo bajar por las escaleras. Y vuelvo a repetir que la ropa informal le sienta sumamente bien; depende de cómo se mire puede significar tierno o sexy. Claro que después de haber tenido una erección a causa de su espalda ya no puedo mirar su cuerpo de la misma forma. Me da vergüenza, pero también me genera curiosidad.

Durante la cena casi no hablamos, solo cruzamos un par de palabras con respecto a la reunión de mañana y creo que se siente incómodo o molesto conmigo porque casi no me ha mirado desde que estamos aquí. Sólo se ha dedicado a mirar hacia la ciudad a través de la ventana.

No quiero ir a dormir temprano y además la reunión de mañana se dará en horarios de la tarde; así que le pido al camarero que me traiga una botella de su mejor vino. Doy por sentado que Jimin beberá conmigo, pero cuando le sirvo su copa se niega alegando que quiere estar lúcido para el día de trabajo de mañana. No voy a obligarlo ni a beber ni a quedarse conmigo mientras bebo

— ¿Seguro no quieres siquiera probarlo? Es realmente uno de los mejores vinos. Además, serán solo unas copas Jimin, para mañana estarás bien. Relájate un poco—

Jimin niega con la cabeza mientras bebe de su copa de agua — Le agradezco señ... te agradezco Jungkook, pero en verdad no me apetece beber hoy. —

— Está bien, entonces no hace falta que te quedes a hacerme compañía, ve y descansa en tu habitación si así quieres—

— Y-yo no tengo sueño, si no te molesta me quedo contigo un rato más—

No le respondo y asiento con mi cabeza, no tenemos temas de conversación más que sobre el trabajo, pero tampoco me desagrada su compañía, y a medida que la botella va bajando su contenido, me siento mucho más relajado. Y aunque no profundizamos en temas personales, la conversación se ha desviado a cosas más triviales, hasta el punto en que me encuentro contándole anécdotas divertidas de la época en que estudiaba en la universidad. Y entonces la puedo ver... la primera vez en todo este tiempo. Su sonrisa. A lo largo de mi vida, como todo el mundo, he visto millones de sonrisas; pero nunca, en serio nunca, una como la de Jimin. Es que no es solo el movimiento de su boca, es la forma en que se elevan sus mejillas rellenitas y sus ojos que se esconden en una fina línea cuando lo hace. ¿Cómo logra ver cuándo sonríe? Es una sonrisa que roza lo angelical, lo dulce, lo tímido, lo irreal.

Y entonces, mientras voy por la mitad de la segunda botella de vino me encuentro buscando desesperadamente en mi mente más anécdotas graciosas sólo para ver como sonríe cuando se las cuento.

Quiero... no, no quiero... deseo fervientemente conservar la sonrisa de Jimin, de mi asistente... de un hombre.

¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora