Capítulo 75.-

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Maratón 3/3⭐

POV JUNGKOOK

Mi padre morirá y mi corazón está hecho pedazos. Porque no ha sido bueno conmigo, porque nunca me ha dado su cariño ni su amor, porque siempre me ha impuesto ideas erróneas, pero es mi padre al fin y al cabo y sería un hipócrita si dijera que no lo amo.

Claro que me molesta que aún enfermo se tome el tiempo de despotricar contra los Park, es que ni siquiera a punto de morir puede dejar de lado el odio y la rivalidad que existe entre ellos. Además me enoja que meta a Jimin en todo esto; su padre es la peor escoria del mundo, pero Jimin es un ángel, es mi ángel.

No quiero volver a la empresa, sé que con Jimin ahí todo está en orden y yo no tengo cabeza para ocuparme de los casos en este momento. Debo ocuparme de encontrar una enfermera para que cuide a mi padre mientras llegue su hora y, la peor parte, debo ser yo quien se lo comunique a mi madre. Así que aquí estoy en el bar con Nam, hablando de nada, ahogando mi dolor. Sigo inmerso en mis pensamientos y mi amigo solo me hace compañía en silencio. Me conoce y sabe que estoy sufriendo por lo que va a suceder pero también sabe que no soy capaz de hablar de ello ahora mismo.

Mi teléfono suena constantemente y sé que es del bufete, pero no quiero ni puedo responder. Hoy necesito sentirme mal y beber hasta olvidarlo, o hasta que llegue la noche y pueda refugiarme en los brazos de la única persona que me puede hacer sentir seguro en este momento.

Nam debe volver a sus tareas, y aunque no quiere dejarme solo, comprendo que se tiene que ir. Entonces pido otra ronda, es mi segunda botella de whiskey y no me importa no poder mantenerme en pie ni tampoco las recomendaciones del barman de que deje de beber. Le he mandado un mensaje a Jimin y aunque aún no lo lee, sé que el vendrá por mi.

Creo, a lo lejos, ver a Vanessa en el bar. Y aunque me parece raro, sinceramente espero estar equivocado porque no tengo ánimos ni paciencia para soportar su despecho.

Las luces del bar van bajando la intensidad y comprendo que debo marcharme aunque mis piernas no respondan, pero alguien me está ayudando a caminar para llevarme a mi casa. No estoy en mis cinco sentidos y sé que no es Jimin porque no huele como él, pero sé que me estará esperando seguramente en mi departamento.


El estruendoso golpe de una puerta cerrándose me hace reaccionar cuando me encuentro con Moira semi desnuda posada sobre mi. ¡Qué carajos! Cuando me ubico en tiempo y espacio comprendo que estoy en mi departamento y aunque no tengo ni puta idea de cómo llegué aquí, sé de sobra que esto no está bien. Jimin no está y por el contrario Moira parece una garrapata pegada a mí.

Jimin no responde mis llamados y mis mensajes no le llegan. Aunque aún tengo alcohol en mi torrente sanguíneo, el susto de encontrarme con Moira sobre mí me ha hecho pasar la borrachera. Nam tampoco puede explicar cómo fue que llegué a mi casa y yo desespero porque aún siendo de madrugada Jimin no está en su departamento ni en el de Tae.

Caigo rendido en la cama, esperando a que mi rubio solo esté con algún amigo y venga a dormir conmigo, pero no lo hace y por la mañana entiendo que algo pasó cuando me dispongo a leer los miles de mensajes que tengo y entre ellos está el de Jenny preguntando cómo se encuentra Jimin luego de haberse ido corriendo del bufete ayer y no haber respondido sus llamados.

Es entonces que comienzo a preocuparme aún más. ¿Y si le pasó algo grave? Esta vez no llamo a Tae y decido ir directamente a su departamento, y aunque asegura no haber visto ni hablado con Jimin, estoy casi seguro de que me está mintiendo porque su cara volvió a ser la misma de desagrado que cuando me conoció. Solo esperaré hasta el mediodía y si no aparece en la empresa deberé hablar a la policía, es imposible que Jimin no responda el móvil ni esté por ningún lado.

¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora