Capítulo 51.-

2.9K 388 35
                                    

POV JUNGKOOK

Hace meses que Jimin no vive en casa de sus padres.

Hace meses que no tiene relación con ellos.

Hace meses que se fue de la mansión Park y ha vivido en la calle.

 En-la-calle. Sin techo. Sin abrigo. Sin comida.

Hace meses que Jimin vive en un refugio. En ese refugio donde me dijo aquella vez que era su casa y yo no le entendí.

Hace meses que tiene una vida de mierda. Y yo... y yo soy un imbécil.

Cuando comienzo a leer la información que me envió el detective, no puedo entender lo que leo. Así que lo llamo preguntando si está realmente seguro de lo que escribió en el informe. Una vez que me asegura que sí, vuelvo a leer todo una y otra vez.

Inmerso en mis pensamientos, conduciendo sin destino, tratando de desenmarañar el despelote que tengo en la cabeza, freno de golpe el coche cuando alcanzo a ver que la luz del semáforo cambia a rojo. Por poco y capaz tengo un accidente, encima llueve como si no fuera a salir el sol nunca más en la vida.

Y entonces lo veo frente a mí. Mi asistente, sucio y mal vestido, con unas ojeras que le llegan al piso cruza casi corriendo la calle, pero cerca de la acera trastabilla y sé que se ha doblado el tobillo porque puedo ver que cojea hasta llegar a la banca.

Quiero hablar con él, pero no estoy seguro porque aún no he podido procesar toda la información, debo estar tranquilo antes de encararlo para que me dé explicaciones.

Sin embargo, cuando la luz cambia a verde dándome permiso para avanzar, cruzo la calle y estaciono a un costado observando a Jimin. Pienso que quizás puedo ayudarlo ya que no pasa un puto taxi por aquí, pero justo cuando estoy a punto de bajar del coche, veo a través de las gotas de la ventanilla que ya tiene ayuda. Lynn, la empleada de la cafetería. Aquella que coqueteaba con Jimin. O Jimin con ella. ¿Así que siguen frecuentándose aun después de su despido, a pesar de ya no trabajar juntos?

Como ya se me ha hecho costumbre en lo que a Jimin respecta, me coloco en mi papel del Sherlock y observo los movimientos de la parejita. Una vez que logran subir al coche que supongo es de Lynn, comienzo a seguirlos. Si... los sigo, no sé por qué. Y... ¡bingo! Llegaron al galpón que oficia de refugio. Veo a Jimin besar la mejilla de mi empleada y algo parecido a una angustia sube desde mi estómago hacia mi garganta. Después de todo... ¿Por qué me importa? ¿Qué me está haciendo Jimin?

Me largo del lugar casi al mismo tiempo en que el otro coche arranca. No tengo motivos para estar aquí... Pero, un buen rato después, a mitad del camino que estoy haciendo hacia mi casa, tengo el impulso de buscar a Jimin para que me explique de una vez todo. Aunque no haya procesado la información, debo escuchar las respuestas de su propia boca y luego veré yo qué pensar.

Así que vuelvo al lugar, pero el empleado de seguridad me dice que Jimin ha salido, que seguro no tarda en volver; pero que si lo deseo puedo dejarle mi nombre y mi mensaje para que él se lo dé. Y no quiero. No quiero dejar un mensaje, quiero verlo... quiero enfrentarlo. Así que sin más, me voy. Quizás si no está aquí es porque el destino no quiere que hablemos en este momento. Quizás sea mejor terminar de leer la investigación. No sé, realmente no lo sé...



Llevo casi la botella entera de whiskey y sé que mañana se me partirá la cabeza de la resaca, pero beber me relaja, me descontractura, me desestructura; casi igual que con Jimin aquella noche en España.

Entonces dejo de leer el informe y me dispongo a ver todas las fotos que ha adjuntado el detective en el correo.

Puedo ver a Jimin cabizbajo en la mayoría de ellas. Con ropa que sobrepasa lo informal, porque es sucia y andrajosa.

¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora