¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||

Capítulo 73.-

Maratón 1/3 ⭐

POV JUNGKOOK

No sé si es porque lo veo débil o triste, pero siento que Jimin hoy no necesita de mi pene ni mi cuerpo sudoroso, necesita de mí. No hablamos de los dichos de mi colega, pero lo conozco lo suficiente como para saber que su mente se ha quedado prendada en esa conversación.

Por eso debe ser que, por primera vez en mi vida, no quiero sexo sucio y fuerte; quiero hacerlo despacio, quiero poder disfrutar no sólo de su cuerpo sino de todo su ser y que sienta que conmigo estará siempre protegido. Porque eso es lo que quiero, protegerlo siempre de cualquier cosa que le pueda hacer daño, porque por primera vez antepongo el bienestar de otra persona por sobre el mío.

Hacer el amor por primera vez y además con Jimin es una de las mejores sensaciones del planeta. Poder combinar lo sexual con lo romántico es maravilloso, y lo mejor es que no lo planeo; simplemente me nace así y puedo jurar aquí mismo que el orgasmo mezclado con sentimientos es una experiencia única.

Jimin se ha convertido en todas mis primeras veces, por lo tanto también es mi primera vez durmiendo la noche entera con alguien. Sinceramente después de hacer el amor no tengo la más mínima intención de irme, no quiero desprenderme del calor de su compañía ni de la suavidad de su cuerpo. Quiero llenarlo de besos y caricias y ser quien vele por su sueño. Pienso por un momento que quizás me resultará incómodo y no podré pegar un ojo en toda la noche, pero me equivoco, porque las caricias de Jimin en mi abdomen y su respiración en mi pecho son como un relajante natural.

Despertarme con esta carita de ángel a mi lado me hace pensar que acabo de ganarme la lotería sin haber jugado ni un solo número; realmente es imposible no admirarlo. Jimin duerme en paz, su respiración y sus hermosas facciones relajadas me demuestran que descansó en la noche tanto como yo. Y estoy tranquilo, si no fuera por el pensamiento que va y viene sobre lo de su supuesto hermano; quizás sea algo sin importancia, pero todo lo que tenga que ver con la familia de Jimin me da mala espina y pienso que cualquier cosa puede llegar a ser verdad.

Mientras preparo el desayuno siento las manos de Jimin abrazarme por la cintura y su mejilla apoyarse en mi espalda.

— Buenos días, dormilón. Iba a llevarte el desayuno a la cama. —

Me giro sobre mi eje sin deshacerme del abrazo de Jimin y lo beso con calma y con cariño mientras le ordeno el cabello que cae sobre sus ojos.

— No hace falta Jungkook, yo puedo hacerlo. Déjame ayudarte al menos—

— ¡Claro que no! También soy chef, ¿acaso no lo sabías? Hoy tendrás el mejor desayuno de toda tu vida— Le digo mientras le señalo unos simples huevos revueltos. Jimin sonríe ante mis pavadas y yo siento que con esa sonrisa recién ahora comienza mi día.

Mientras preparaba el desayuno, hace unos momentos antes de que Jimin despertara, le hice una pequeña llamada al investigador que me dió la información aquella vez, por supuesto pidiéndole que sea tan reservado como las otras veces.  Jimin no me lo pidió y ni siquiera lo sabe; quizás estoy siendo un entrometido porque es una cuestión puramente familiar, pero no quiero volver a verlo ensimismado y preocupado como anoche; si está en mí ayudarlo es obvio que lo haré. Quizás así descubramos que fue un error de mi colega y Jimin al fin se quede tranquilo.

Tengo que irme a casa, en algún momento debo separarme de Jimin aunque no lo quiera, así que luego de un largo beso y muchas caricias mutuas me marcho. Mi cuerpo pide que me quede, y Jimin también; pero debemos hacerlo despacio y ambos necesitamos nuestro espacio. Jimin recién comienza a vivir solo y debe disfrutarlo; y yo debo darle ese tiempo porque si fuera por mi no me despegaría ni un segundo de el, porque estoy enamorado y aunque me aterra el sentimiento no quiero contenerme más.