¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||

Capítulo 78.-

POV JIMIN

La insistencia de Jin en sus llamadas me hace pensar que quizás algo grave pasa. Y quiero ignorarlo porque necesito espacio para mí mismo; pero ya son demasiados llamados, incluso también de Namjoon.  Efectivamente es algo grave. El padre de Jungkook ha muerto. Y no puedo ser egoísta, no puedo evitar sentirme mal por él. Porque aún lo amo a pesar de todo.

Me ahorro el viaje en tren porque Nam y Jin deciden buscarme en Busán. He aguantado el llanto todo este tiempo, luego de la conversación con mi madre sólo me he quedado en silencio porque siento que mis propias palabras pueden incluso aturdirme mas. Pero no puedo más y me desplomo en el coche, porque ellos junto a mis amigos de siempre y Yuri, se han convertido en lo mas parecido a una familia en la que puedo confiar plenamente. Entonces les puedo contar todo, desahogarme como puedo de lo que me ha contado mi madre, porque mis ideas aún están desordenadas.
Y es Namjoon quien ahora me toma por los hombros obligándome a mirarlo y prestarle atención. Muy calmadamente me dice que lo que vi en casa de Jungkook, todo ha sido un plan de mierda de su ex esposa para lastimar a Jeon y avergonzarlo, para amedrentarlo por ponerse en el lugar de su abogado defensor. Y Jin confirma sus dichos. Y en cuanto a lo de mi hermano, me ofrece toda su ayuda para entender la verdad. Nam me lo explica por tercera vez y aunque es morbosa la idea, puedo considerarlo ya que yo mismo ví lo sacada que estaba su ex esposa aquella vez en el bufete.

Si, me cuesta creer lo de Jungkook, no lo niego. Porque yo sé lo que vi. Pero también sé que puedo confiar en mis amigos, que ellos no jugarían con algo tan serio y menos en este difícil momento. Y sinceramente quiero creerlo, quiero creer que Jungkook estaba completamente ebrio y fuera de sí. Porque lo necesito más que nunca a mi lado. Porque lo quiero conmigo al momento de enfrentar a mi padre. Porque quiero acompañarlo ahora que el también me necesita. Porque lo nuestro apenas ha comenzado y todo fue empañado por manipulaciones y mentiras de terceros. Porque quizás es necesaria esta tormenta para que después el sol brille para nosotros. Porque aún no he podido decirle que lo amo.

Me mantengo alejado mientras se desarrolla el funeral. Jungkook siempre ha sido un hombre fuerte y seguro, pero claramente está devastado y me parte el corazón verlo así con la cabeza gacha ocultando sus ojos seguramente tristes y sus hombros caídos.
Me acerco a el cuando todos se marchan y sin mediar palabra lo abrazo por la espalda, estoy seguro de que no quiere que lo vea llorar. Y sin mirarme sabe que soy yo, lo sé porque su cuerpo se relaja al sentir mis brazos y al contrario de lo que creí hace un momento, se gira y con su cara metida en mi cuello comienza su llanto desgarrador.

— Llora Jungkook, llora todo lo que haga falta, suéltalo todo— Le digo mientras acaricio suavemente su espalda.

— Lo siento mi amor, lo siento tanto. Te he lastimado desde la primera vez que te vi, todo lo he hecho mal, lo siento Jimin—

— Shhh... Lo sé, lo sé todo, Nam me lo dijo. Ya tendremos tiempo de hablar de ello. Tranquilo cariño, tranquilo... Aquí estoy, no me iré, tranquilo—

— Promételo Jimin, promete que no te irás de nuevo. Te necesito ahora y siempre. Hay tantas cosas que quiero decirte, te he lastimado tanto y sin embargo aquí estás cuando mas te necesito—

Siento a Jungkook como un niño pequeño en este momento. No ha querido soltarme ni mover su cara de mi cuello. Y aunque también lo necesito, es él quien ahora está más frágil, más vulnerable.
Por fin se duerme, su expresión denota cansancio extremo y sus ojeras me dicen que hace días que no descansa. Su cocina está llena de botellas de alcohol vacías y su refrigerador me cuenta que ni siquiera se ha alimentado bien.

— Jungkook, cariño. Despierta, debes comer algo y ducharte, luego podrás volver a dormir, vamos despierta—

Mi jefe, el amor de mi vida, abre sus ojos y no me responde con palabras, solo se aferra a mi nuevamente en un abrazo de esos que te quitan el aliento pero te llenan el alma.