¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||

Capítulo 37.-

POV JIMIN

Hoy en verdad me esfuerzo por verme bien. Peino mi cabello hacia atrás, mi traje está impecable, aplico algo de bálsamo en mis labios y quizás me excedo un poco con el perfume. Hoy debo salir a conquistar. Pero antes me toca pasar por el chequeo al hospital. Me aburre, pero la empresa exige que termine el tratamiento así que no puedo objetar.

El doctor Kim Seokjin es quien me ha atendido desde mi desmayo y quien sigue mi tratamiento. Está contento y me felicita porque he mejorado notablemente desde aquel día en que me recibió en el hospital, ya no hay rastros de deshidratación ni desnutrición y aunque los resultados sobre mis análisis de anemia estarán listos mañana, dice que no debo preocuparme. Solo me indica que siga con mi alimentación y me repite por enésima vez que no me estrese. Además de ser un buen doctor me inspira mucha confianza porque siempre es gracioso y amable en mis consultas. Vuelve a extenderme una orden para comprar mis medicinas y me despide dándome cita para cuando vuelva de España.

Antes de ir camino a la empresa vuelvo por el pasillo y me dirijo a los sanitarios porque si no voy, me haré encima. Y al retomar mi camino por el pasillo hacia la salida, antes de pasar por la puerta de mi doctor, veo salir a Namjoon de su consultorio pero antes de irse lo veo darle un cálido abrazo y besar su mejilla. Detengo mi marcha porque no creo que el socio de mi jefe se sienta cómodo sabiendo que lo he pillado en esa situación... ¿acaso Nam...? No... qué va... sería imposible siendo amigo del homofóbico Jeon.

Llego temprano a la empresa para pasar por la cafetería antes de dirigirme a mi oficina.

— Buen día Jimin ¿Cómo has estado? ¿Qué escondes detrás de tu espalda? A ver... déjame ver...—

No me queda otra... aquí vamos...

Saco de detrás de mi espalda una rosa blanca que corté en un jardín de camino a la empresa y se la entrego: — Buen día Lynn, esto es para ti—

Ella me mira atónita y, del otro lado de la mesada, se acerca para tomar la rosa con duda. — ¿P-para mí? ¿Estás seguro Jimin? ¿Por qué me das una rosa?—

Solo debo pensar que estoy coqueteando con un hombre... solo eso... — Por nada en especial Lynn. Ya sabes, me siento mal por haber rechazado tus invitaciones anteriormente, venia de camino aquí, vi la rosa y automáticamente pensé en ti. En realidad... h-hace algunos días que pienso bastante en ti— Espero que al menos esté siendo creíble

La empleada de la cafetería se sonroja en demasía y tiene una sonrisa que se escapa de su cara. — Awww Jimin. Gracias. No sabes con cuánto gusto la acepto. Entonces... tú crees que podríamos sal...—

— ¿Así que en vez de estar haciendo tus tareas estas aquí tratando de ligar con las empleadas? ¿Qué carajos haces Park? ¿No te ha bastado con casi perder el empleo ayer? Serás inútil... te quiero trabajando pero YA. No toleraré ni una más de tus mierdas ¿me oíste? ¡Ahora Park!—

Mi jefe nos interrumpe y empieza a gritar como desquiciado en medio de la cafetería llena de gente. Los abogados que están en medio de sus desayunos lo miran sorprendidos y yo no puedo creer que me grite de esa manera. Aún faltan diez minutos para mi horario de entrada y no estoy haciendo nada malo. Estoy avergonzado con Lynn y con el resto de las personas presentes, pero más que eso estoy enojado. Dije que ya nadie me pisotearía y ya nadie lo hará. Hasta aquí he llegado.

Salgo disparado hacia la oficina de mi jefe, no me importa un carajo nada.

A la mierda todo!

— ¿Y te atreves a entrar sin tocar?—

— Escúcheme bien señor Jeon. No le permitiré más que me grite del modo en que lo ha hecho. Desde que he llegado a la empresa lo único que he hecho fue esforzarme por hacer bien mi trabajo, y lo único que obtengo a cambio es que usted me destrate cada vez que se le ocurre. —