Capítulo 55.-

2.7K 296 11
                                    

POV JUNGKOOK

El nivel de excitación que alcanzó mi cuerpo con Jimin debajo de mí sobre el sofá es algo que jamás experimenté antes, ni con Moira, ni con Jiso, ni con Georgina ni con las otras que no supe ni siquiera su nombre. Nunca. Jamás. No sé por qué lo hice, no sé tampoco porque no me bastaron los besos y empecé a tocarlo también pero es que, aun por sobre la ropa, a mi tacto su cuerpo se siente delicioso. Y su boca, joder su boca... sus labios son tan malditamente atrayentes, tan adictivos, tan suaves, tan pomposos. Por un momento solo tuve el impulso de recorrer todo lo que estaba a la vista con mi lengua, necesitaba probarlo, me lo pedía mi cuerpo entero. En verdad, no lo quería... lo necesitaba imperiosa y desesperadamente. Pero, como siempre digo, mi mente es mi peor enemiga, y mi parte racional se hizo presente.

Vi su cara de desconcierto cuando me alejé, y aunque quise darle alguna explicación no pude, porque no sé si estuvo mal o no, no sé si él quería besarme o no, no sé...

Alguna vez creí que besar a otro hombre me produciría asco, y aun lo creo; pero no con Jimin, mierda claro que no. Pero estoy realmente confundido, es como si mi mente dijera que no, que rotundamente no; pero mi cuerpo se acercó a él como un imán; no tuve absolutamente el más mínimo control sobre mí. Solo pude atinar a decirle que vuelva a la empresa. Lo necesito conmigo. Sin soy sincero, sé que hay muchas otras personas esperando por conseguir un empleo en el bufete. Pero quiero a Jimin, quiero tenerlo un poco más. No sé por qué, no sé explicarlo... pero lo quiero cerca de mí.

Y lo compruebo aún más cuando en un impulso al verlo irse, corro hacia el taxi y lo beso en un acto de lo más tierno que he hecho en mi vida.

¿Qué me haces Jimin? ¿Qué me estás haciendo?



Nunca he sido mal jefe, solo lo suficientemente serio para conservar el respeto de mis empleados. Y a decir verdad muchas veces ni siquiera me aprendo sus nombres, no por menospreciarlos, sino porque no tengo tiempo; a veces también recursos humanos cambia de empleados y yo ni me entero, es que no acostumbro a formar lazos con ellos más allá de lo estrictamente laboral.

Pero ver a Jimin de nuevo en la empresa hace que mi humor de lunes cambie rápidamente. Tenía miedo de que no aceptara o peor aún, que lo que sucedió sobre el sofá lo alejara para siempre. Pero aun soportando a Binna está aquí.

Mientras hablamos sobre que se quedará en planta permanente, siento la ansiedad apoderarse de mí, pero no es esa ansiedad que te pone nervioso, es la ansiedad corporal; la de tocar o sentir. Y no lo pienso demasiado, solo arremeto contra el antes de que se vaya. Sé que le debo una conversación al respecto, pero quiero volver a probar esos labios de nuevo. Lo quiero, no me importa qué o por qué o para qué, solo lo quiero.

Pero es impresionante como se enciende mi cuerpo al tenerlo cerca, no me basta el beso; no es suficiente, necesito más contacto; es un momento, un solo momento donde mi cerebro de desconecta totalmente del resto de mi, y sentir que él me corresponde solo hace que yo no pueda detenerme nunca más.

Bueno... nunca más hasta que el idiota de Nam me jode del otro lado de la puerta y la puta madre que no puede ser tan inoportuno.

— ¿Qué necesitabas Nam?—

— ¿En serio? ¿Te harás el idiota?—

— No sé de qué hablas...

— Ok. Nos haremos los desentendidos entonces y no mencionaré nada sobre que estabas encerrado en la oficina con Jimin, el cual salió de aquí con los labios hinchados como si hubiera chupado limón, al igual que los tuyos. Ni hablar de que seguramente estas sentado tratando de ocultarme algo—

¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora