Capítulo 30.-

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POV JIMIN

El ogro de mi jefe otra vez me ha tratado como la mierda, pero no me interesa, lo que me importa realmente ahora es que deberé viajar con él a España y, como a mí la suerte siempre me acompaña, mi pasaporte quedó en la casa de mis padres. ¿Qué me iba a acordar en ese momento en que me echaron como a un perro de mi pasaporte?

Ya de camino al refugio llamo a Tae, y como ahora tengo mi propio móvil no debo limitarme y puedo hablar a mi antojo. Así que le cuento todo, absolutamente todo. Y por supuesto me grita un nivel más alto que histérico por no haberlo dicho que vivo en un refugio desde que él y Yoongi se fueron, ni tampoco que estoy en tratamiento médico por mi descompensación de la otra vez. Una vez que se calma, un bueeeen rato después, me pide que espere un poco mas a que ellos vuelvan y podre quedarme en su departamento todo el tiempo que necesite.

Y ahora que hable con mi amigo me siento más liviano, menos solo.

Solo me queda resolver lo de mi pasaporte, y como ya me estoy cansando de que todo el mundo me trate mal sin motivos, me decido a enfrentar a mi padre. Nunca he sido una persona sumisa, nunca he dejado que me pisoteen y hasta ahora ya he soportado suficiente. No he matado a nadie, solo me gustan los hombres y ya! Bien, no lo gritaré a los cuatro vientos en la empresa porque reglas son reglas, pero fuera de mi horario laboral puedo hacer lo que me plazca, ya basta de vivir bajo los estigmas de los demás. No más.

—Buen día John ¿Cómo has estado todo este tiempo?—

—¡J- joven Jimin, qué alegría verlo! ¿Cómo se encuentra usted?—

John como siempre se encuentra fuera de la casa de mis padres ejerciendo su trabajo de seguridad, claramente por su expresión de sorpresa no me esperaba, pero luego de la emoción del momento me vuelve a decir que mi padre tiene prohibida mi entrada a la mansión.

—Tranquilo John, ya lo sé. No quiero ingresar a la mansión, ni tampoco hablar con mi madre porque ya sé que no está en la ciudad, quiero hablar con el señor Park. ¿Puedes anunciarme por favor para que salga?—

Unos minutos después John me indica que puedo pasar, que mi padre está en su despacho. Esta vez no respiro hondo, esta vez solo enderezo mi espalda y levanto mi frente en alto. Ya no quiero agachar mi cabeza por nada ni nadie.

—¡Claro que sí, aquí estás! ¡Sabía que no durarías mucho fuera de la casa ni de mi dinero.— Aquí está el con una sonrisa triunfante, había olvidado en verdad en la basura que se había convertido el que alguna vez fue el mejor padre del mundo

—Hola padre. Yo estoy bien, gracias por preguntar. Me ha dicho Tae que quieres hablar conmigo. Te escucho—

El me mira con suficiencia como si hubiera ganado uno de los juicios más importantes de su vida —Veo que recapacitaste, bien por ti. Es sencillo, ahora que estás de nuevo aquí debes seguir las reglas. Ya te lo he dicho por teléfono el otro día. Te casarás y todo solucionado. De hecho ya te habías tardado demasiado, y tanto mi socio como su hija se están impacientando. Solo tendremos una cena para que se conozcan y luego el papeleo, la ceremonia con fotos y pastel y listo—

Yo sabía que ese era el único motivo por el cual había querido comunicarse conmigo, pero si yo quiero conseguir mi pasaporte debo pasar por esto y llevar a cabo mi plan.

—¿Cómo está mi madre?—Cambio de tema y se lo pregunto como si no supiera que ella se ha ido. A él le cambia el semblante a uno de total perdedor y me responde:

—¿Tu madre? Feliz como siempre; ha viajado por unos días, sólo para visitar a sus hermanas en Busán, ya la podrás ver cuando regrese—

Claro... el jamás aceptaría que su matrimonio se ha ido a la mierda.

Debo hacer un poco de tiempo...

—Bien... ¿y cómo está la empresa padre?—

—¿Ahora te preocupan los negocios de la familia, Jimin?—

—Si quieres que trabaje contigo debo estar al tanto Padre—respondo casi sumiso.


—Señor... Señor Park, por favor, debe venir a la entrada, urgente— John entra desesperado llamando a mi padre.

¡Si! Es lo que estaba esperando, mientras mi padre resoplando con furia porque odia las interrupciones sale del despacho salgo corriendo escaleras arriba hacia la que era mi habitación a recoger mi preciado pasaporte y de paso unos cuantos billetes que eran parte de mis ahorros. En cuanto entro me invade la nostalgia, pero realmente no tengo tiempo para sentimentalismos ahora. Cojo un papel y hago una nota antes de salir disparado hacia la planta baja y sentarme en el mismo sitio en donde estaba antes, como si nunca me hubiese movido de ahí.

Mi padre vuelve a entrar furioso y yo no aguanto la risa

—¿Qué ha sucedido padre?—

—No lo sé, una loca haciendo escándalos en la entrada de la casa, seguramente ha de ser alguna clienta de la competencia enojada porque he ganado el caso, como siempre— Taaaannn ególatra...

Me pongo de pie y el me mira con sorpresa, bruscamente coloco la nota sobre la mesita del despacho y mirándolo a los ojos de la manera más desafiante le digo:

—Lo siento Padre, pero no me interesa tu trato, solo he venido a corroborar que realmente te has vuelto una basura. Jamás... escúchame bien... jamás volveré a esta casa y jamás volverás a saber de mi—

Y antes de que explote salgo corriendo de la casa, feliz por mi pasaporte y feliz por la notita que le he dejado: vete a la mierda pedazo de homofóbico! Atte.: tu hijo el chupa-pollas.

Luego de correr dos calles me encuentro a Jenny muerta de risa en su auto. No quise involucrarla en esto, pero necesitaba una distracción para subir a mi habitación, y ella fue la loca escandalosa de la entrada. Nada podría descolocar más a mi padre que un escándalo que le diera que hablar a los vecinos.

Aunque admito que se sintió muy bien, nunca pensé en hablarle así a mi padre, pero la gente cambia, las situaciones te hacen cambiar. En algunas circunstancias ser rebelde y fuerte es la única opción que te queda. Y como he dicho antes, ya nadie más me pisoteará ni humillará.




¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora