Capítulo 67.-

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POV JUNGKOOK

Parezco un adolescente. Esta mañana, después del desayuno, no he visto a Jimin porque me quedé en casa hablando con Nam, y por la tarde tampoco porque he hecho hasta lo imposible para evitarlo. Mierda que hasta he hecho mal tres documentos solo por no pedir su ayuda. Es que, ¿Qué se supone que haga? ¿Pedirle que venga a mi despacho así como si nada? Algo así como: Jimin adoro tu culo, me ha encantado partirte al medio, ahora arregla estos escritos y llévalos a fotocopiar. ¡Carajo!

Mi noche transcurre en total silencio y con la cajetilla de cigarrillos ya casi vacía. Las palabras de Nam no dejan de darme vueltas en la cabeza y, aunque odie admitirlo, creo que tiene razón. Imaginar a Jimin entregado al placer que le puedan dar otras manos u otra boca me hace poner tenso, ansioso, nervioso; me incomoda demasiado... no me gusta para nada. Y aunque nunca lo haya sentido antes, sé perfectamente que son celos.

Pienso en sus palabras "no es como si mañana saliera a buscar otra polla o follara con cuanto tipo se cruce en mi camino" y en cierto modo me deja tranquilo, pero también recuerdo que quizás encuentre a alguien para amar. Y eso es malditamente peor. Se trataría de alguien que lo corteje, que lo seduzca, que lo acaricie suavemente, que tenga citas en el cine o en el parque con él. Alguien que lo disfrutaría aun con la ropa puesta y que le presente a su familia. ¡Y por un demonio que eso tampoco me gusta!

Tampoco hoy tengo el valor de verlo. Deseo hacerlo pero internamente me siento como... ¿ofendido? por las condiciones que ha puesto. Lo siento, así soy.

Pero la jornada termina más rápido de lo que espero porque no hay tareas pendientes. Esta mañana recibí un mensaje de Moira diciendo que estaría en la ciudad, que tiene ganas de "nuestro exquisito sexo", pero ni siquiera me molesto en responderle... si supiera que nuestros encuentros no le llegan ni a los talones a lo que he vivido con Jimin...

No tengo ganas de pasar otra tarde o noche encerrado en mis pensamientos que claramente no me llevan a ningún lado, así que llamo a Nam para coordinar y quizás tomar un café o más tarde beber un trago. Pero mi amigo muy campante me cuenta que está ocupado ayudando a mudar a mi asistente. Claro, todos están allí. Menos yo. Porque nadie se tomó la molestia de contarme que Jimin por fin consiguió su propio espacio. Es decir, no es como si fuéramos amigos, pero Nam también es su jefe y sin embargo esta allí, ayudando; y yo como un tonto sin siquiera saberlo; yo también soy un hombre fuerte para mover muebles, podría ser de mucha ayuda.

Un poco molesto subo al coche para ir a mi casa y por fin responder a Moira; al fin y al cabo Jimin y yo no somos exclusivos y él está con sus amigos haciendo sus cosas importantes así que yo también puedo hacer mis cosas con Moira aunque me cueste horrores que se me pare; pero a unas diez calles de la empresa veo movimiento de cajas sobre la acera, y distingo a Hoseok con su inconfundible ropa colorida tratando de mover un refrigerador.

Así que aquí es donde vivirá...

Casi inconscientemente estaciono el coche y ya estoy ayudando a Hobi con la tarea. ¿Cómo pensó que podría solo? ¿Ven lo que digo cuando digo que necesitan también de mí?

— Ahh... es más pesado de lo que creía... bueeenas...— Suspiro cuando por fin el artefacto está dentro del departamento. Siento la mirada sorprendida de todos, pero los ojos que más me penetran son los de Jimin, que está parado sobre una silla que oficia de escalera, colgando un espejo.

— Jeon... que sorpresa amigo mío que estés aquí y qué raro, no recuerdo haberte dado la dirección de Jimin— Este Nam es un hijo de p...

— Eh... no, solo pasaba por aquí y vi a Hobi batallando con el refri y quise ayudar. Hola Jimin— Si no me hubiese rascado la nuca seguramente no hubiese quedado como un tonto.

¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora