Capítulo 34.-

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POV JIMIN.

Aun sin abrir los ojos remolineo en la cama porque hace mucho tiempo que no duermo tan cómodo. Debajo de mis manos siento el tacto tan suave de las sábanas que hasta parecen nuevas... 

cama... 

sábanas... 

¿qué?

Pego un salto de la cama asustado y me invade un dolor de cabeza descomunal. Y como si eso fuera poco no sé dónde mierda estoy. Esto claramente no es el refugio. ¿Dónde corno estoy y cómo llegué hasta aquí?

¡Me aparecen ráfagas de la noche anterior y... mierda no me acuerdo de casi nada! ¿Estoy secuestrado? Nono. ¿Será la casa de Hoseok? 

Miro hacia la mesa de noche al lado de la cama y veo que hay un vaso con un cartelito que dice bébeme y un blíster con pastillas que dice tómame. ¿Qué carajos? Sé que la pastilla es para el dolor de cabeza porque ya había tomado varias en mi época adolescente cuando mis primeras borracheras, así que mientras la tomo inspecciono la habitación y realmente no es el hotel donde iba a quedarme. Oh por Dios.

Me coloco los zapatos y la chaqueta que están al pie de la cama y antes de salir por la puerta pienso: ¿salgo despacio para ser sigiloso y no despertar a Hoseok en el caso de que sea su casa o salgo corriendo por si me tienen secuestrado así puedo escaparme?

Y como soy una persona que piensa detenidamente las cosas y siempre tengo mucha suerte, abro de un manotazo la puerta y salgo corriendo desaforadamente escaleras abajo buscando la salida.

¡Ay no!

Me detengo en seco cuando frente a mi veo a Namjoon y el señor Jeon sentados a la mesa desayunando. Si! Mis jefes! Mira qué bien! Mis jefes. Allí sentados. Mis jefes. Mirándome con la risa a punto de salir de sus bocas. Mis jefes. Si! Claro que si!

No sé qué hacer. Podría tranquilamente seguir corriendo y salir de aquí para evitar la vergüenza, pero me quedaría con la duda de qué carajos hago aquí. Podría simplemente dar los buenos días palmeando sus hombros y sentarme a desayunar con ellos, como si fuera algo normal, pero sería un desvergonzado. Podría desmayarme en este instante y fingir demencia. Sopesando mis opciones: estoy despedido. De cualquier manera estoy despedido.

Así que con la mismísima llama del infierno ardiendo en mis mejillas, hago una reverencia

—B—buenos días señor Kim— Otra reverencia— Buenos días señor Jeon— Otra reverencia... qué ridículo.

Nam deja salir de una vez la carcajada que venía soportando desde que me vió salir huyendo por las escaleras y yo siento que me equivoqué al no tomar la tercera opción de desmayarme.

—Buen día Jimin. ¿Noche intensa eh?— El señor Namjoon me lo dice en tono burlesco y con la sonrisa tirando de sus labios y yo me quiero morir. Mientras busco en mi cerebro la mejor manera de responder se me vienen más imágenes de anoche. Yo bebiendo, yo bailando, yo perreando, yo descarado, yo coqueteando con tipo que no conozco. ¡Ayyy! A quien sea que maneje todo desde allá arriba, abre la tierra debajo de mí y haz que desaparezca.

—Y-yo... yo...

No termino la frase y el señor Jeon me interrumpe: — Park, ven a desayunar con nosotros, tu cuerpo necesita energías después de la noche de anoche, luego hablaremos seriamente al respecto—

¿Eh?  ¿La noche de anoche? ¿Por qué necesito energías? ¿Acaso yo...? Nonono, debería de dolerme el culo al menos. Para colmo de males, mi jefe ya no tiene la sonrisa divertida de Namjoon, el me está mirando con el ceño fruncido y sé que lo que quiere hablar después es sobre mi indemnización por despido.

¿Qué me estás haciendo, nene? ||KOOKMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora