1996
El dormitorio de Rosella estaba en un frenesí. Rodeada de pergaminos, libros y pociones, la joven Ravenclaw se apresuraba a recoger todo lo necesario para pasar sus últimos días en la acogedora madriguera de los Weasley. Estaba decidida a que su quinto año en Hogwarts sería más tranquilo, y confiaba en que su hermana Hermione no causaría tantos problemas como lo había hecho durante la agitación que provocó la malvada Umbridge, particularmente con el surgimiento del Ejército de Dumbledore. Aunque agradecía las habilidades mágicas que había adquirido gracias a esa decisión, estaba deseando un inicio de año de paz y relajación.
—Rose —llamo Hermione desde la primera planta,— Es hora, ¿Ya estas lista?, Ron ya esta aquí.
—Sí, ya voy —tomó su bolso y corrió hacia ellos.
La sobreprotección de Hermione hacia Rosella era una constante en sus vidas. Hermione había asumido el rol de guardiana, siempre preocupada de su hermana menor. Por ello, Rosella se esforzaba en no causar problemas y en raras ocasiones salía sin su hermana. A pesar de que solo había un año de diferencia entre ellas, Hermione nunca la dejaba sola.
—Rose, le dije a Ginny que en vacaciones creció tanto y no me creyó. Dice que soy un exagerado, pero también te veo más alta —comentó Ron cuando Rose apareció en la sala.
—Mione me hizo el mismo comentario. Dice que estoy teniendo un brote de crecimiento. Hace apenas un año, era casi un duende, literalmente —respondió Rose con una sonrisa, provocando la risa de Ron.
—Bueno, cariño, esos quince casi dieciseis años están destinados a marcar la diferencia. Vamos, nos están esperando afuera —dijo Ron, y juntos salieron de la casa.
Ron y Harry solían tratar a Rosella con la misma sobreprotección que Hermione, lo que la hacía sentir incómoda a veces, como si dudaran de su capacidad para cuidarse a sí misma. A pesar de sus esfuerzos por no dejar que esos pensamientos la afectaran, Rose ansiaba volver a Hogwarts, donde sabía que podría disfrutar de un poco más de libertad.
Cuando finalmente llegaron a la madriguera, encontraron a Ginny esperándolos afuera. Tan pronto como Rose apareció, Ginny corrió hacia ella y la abrazó efusivamente. A pesar de no compartir la misma casa en Hogwarts, ambas tenían la misma edad y compartían muchos amigos, lo que les daba más en común de lo que la mayoría de la gente creía. La complicidad entre las dos chicas era palpable.
—Madre, Rose ya está aquí —llamó Ginny con entusiasmo mientras tomaba la mano de Rose y la llevaba suavemente hacia la casa.
—Rosella —llamó Molly con una sonrisa cálida—. Me alegra que ya estén aquí. Pasen. Ginny ha estado preguntando cuándo vendrías; por eso, esta mañana decidimos que era hora.
—Molly tiene razón —confirmó Arthur al acercarse a ellos—.
—Señor Weasley, ¿cómo ha estado? —preguntó Rose con cortesía, recordando el incidente de su cuarto año.
—He mejorado mucho —aseguró Arthur con una sonrisa sincera—. Pero no perdamos más tiempo, pasen y tomen asiento. Han llegado justo a tiempo para la comida.
Hermione se aproximó a su hermana y exploró el entorno con la mirada. — ¿Harry todavía no ha llegado? —preguntó mientras tomaba asiento junto a Rose.
Rose giró rápidamente la cabeza para intercambiar una mirada cómplice con Ginny. Sabía lo que Ginny sentía por Harry, y la mera mención de su nombre hacía sonreír a Rose.
—No hemos tenido noticias suyas. En la última carta que me escribió, mencionó lo emocionado que estaba por vernos pronto, pero, honestamente, no sé cuánto significa "pronto" para él —admitió Ron con una sonrisa irónica.
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𝐑𝐨𝐬𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐆𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫 | 𝐃𝐌 | +18
FanfictionEn el tranquilo mundo de Rosella Granger, la hermana menor de Hermione Granger, la temeridad y el peligro eran ajenos. Distinguida alumna de Ravenclaw, Rosella seguía los pasos de su hermana, manteniéndose alejada de las "aventuras mortales" que Har...