𝐗𝐈𝐈

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Rosella había salido de Las Tres Escobas con la intención de dirigirse a su habitación, pero su plan se vio interrumpido por la presencia apresurada de Draco, quien se acercaba rápidamente hacia ella.

—Granger —la llamó, haciendo que Rose se detuviera en seco.

—¿Te has percatado de que podrían sospechar si ambos nos retiramos al mismo tiempo? —comentó Rose, mirándolo con atención.

—¿Has dormido algo? —preguntó Draco.

—¿En serio? ¿Crees que he dormido? No sé si recuerdas que entraste a mi habitación y te retiraste casi al amanecer. O quizás estabas sonámbulo —replicó Rose con sarcasmo, dejando entrever una pizca de molestia en su tono.

—Bueno, podrías haber rechazado mi propuesta, y yo me habría retirado sin objeciones —mencionó Draco con una sonrisa coqueta—. Pero no tuviste reparos en ceder ante mí, incluso sabiendo que tenías clase.

—Cállate de una vez —respondió Rose mientras continuaba su camino.

Sin embargo, Rose se detuvo de repente y se giró hacia Draco.

—Dijiste que me callara —le recordó Draco.

—¿Quién más está al tanto de nuestra situación? —preguntó Rose, mostrando cierto nerviosismo.

— ¿Nuestra? ¿Crees que me gustaría andar divulgando que estoy involucrado con alguien "sangre sucia" como tú? —replicó Draco, provocando que Rose rodara los ojos con exasperación.

— ¿No puedes encontrar alguna otra manera de referirte a mí que no sea "sangre sucia"? —inquirió Rose, pero luego regresó a la pregunta central—. Dejando eso de lado, ¿le has contado a alguien más, aparte de Blaise o Nott?

—No, ¿por qué? No soy de andar chismeando —respondió Draco, sin comprender.

—Claro, aunque a veces eres lengua suelta con Theodore —observó Rose.

—A ti parece gustarte que mi lengua esté suelta contigo, ¿verdad? —la pregunta de Draco hizo que Rose se sonrojara, sacando una pequeña sonrisa involuntaria de ella.

—No puedo creer la tontería que acabas de decir —replicó Rose, esforzándose por mantener una expresión seria—. Estoy exhausta, realmente quiero ir a dormir ahora. No quiero verte en mi habitación este fin de semana ni en las madrugadas. Si eso no es posible, entonces busca a alguien más.

Draco sonrió y se acercó a ella con confianza.

—Estoy seguro de que incluso estando cansada, puedo convencerte de dejarme entrar a tu habitación —dijo Draco con una mirada juguetona.

Rose estaba a punto de responder cuando fueron interrumpidos.

—¿Rose? —la voz de Matilda sonó detrás de ellos.

Ella se volvió cuando Draco se retiró a una distancia prudente y encontró a Luna a su lado, junto a Matilda.

—Hola —saludó Rose con nerviosismo.

—¿Está todo bien, Malfoy? —preguntó Matilda, acercándose a ellos—. Creo que Morgan ya te ha dicho algo, ¿no?

—¿Tú también estás siendo paranoica, Grimshaw? —inquirió Draco con una sonrisa burlona—. ¿Crees que me metería con tu amiga?

Rosella entrecerró los ojos al observarlo y luego negó con la cabeza.

—Draco solo apareció porque yo le pregunté si te había visto —explicó Rose al fin,— Sabía que estarías con Luna, así que ahora que la encontré, me retiraré a dormir.

𝐑𝐨𝐬𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐆𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫 | 𝐃𝐌 | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora