Rose se hallaba en la bulliciosa entrada del estadio, donde se celebraría el emocionante partido de Quidditch contra Hufflepuff. Aunque el zumbido de la anticipación llenaba el aire, su mente estaba inmersa en los eventos de la semana. A pesar de los nervios que le hacían temblar ligeramente, la emoción prevalecía. Había logrado resolver las tensiones con Morgan, y las aguas con Draco fluían serenamente. Aunque Rosella se resistía a admitir sentimientos profundos, incluso ella cedía poco a poco.
Mientras aguardaba el inicio del partido, su pensamiento se detuvo en el recuerdo de la noche anterior al juego, cuando Draco había logrado sortear las trampas de Morgan para colarse en su habitación. Él había intentado cambiar ciertos aspectos entre ellos, esforzándose por superar las barreras que los separaban. Sin embargo, aunque Rose no lo sabía, Draco albergaba un temor profundo, no al enamoramiento, sino al oscuro secreto que ocultaba.
—Rose —llamó Draco desde la cama, su mirada fija en ella.
Rose se encontraba absorta en su escritura cuando Draco interrumpió su concentración.
—¿Sí? —dijo ella, sin apartar la mirada del papel,— No iré, ya te dije que debo terminar esto.
Draco asintió con comprensión, esbozando una leve sonrisa.
—No iba a decir nada de eso —aseguró con calma,— Solo noté que has pasado mucho tiempo con Benedict últimamente.
—Benedict es el capitán del equipo, no puedo pedirle que se vaya mientras estamos ensayando —bromeó Rose, levantando la mirada por un momento.
Draco observó a Rose con una expresión enigmática antes de revelar algo que llevaba mucho tiempo guardando.
—Él solía ser mi mejor amigo —confesó Draco, haciendo que Rose detuviera su pluma y lo mirara con sorpresa,— Benedict me traicionó en algún momento, y a pesar de eso, para todos sigo siendo el villano.
La confesión de Draco dejó a Rose intrigada, y decidió detener su tarea para escuchar más.
—¿Te traicionó? Benedict dijo... —Rose titubeó, buscando las palabras adecuadas,— Bueno, no he escuchado tu versión, pero todos le creyeron. Después de todo, no eres conocido por ser amable —admitió con sinceridad.
—Lo sé, pero no con mis amigos. Puedo ser malo con los demás, pero jamás traicionaría a alguien que aprecio —dirigió una sonrisa a Draco, como si estuviera compartiendo un secreto íntimo,— Ahora eres parte de esas personas, aunque sea en pequeña medida.
Rose dejó escapar una risa ligera y lo observó con complicidad. —Eso sí que lo creo.
Pero Draco decidió abrirse aún más, revelando un aspecto más vulnerable. —Es mentira, ¿sabes? ¿Por qué crees que he mantenido en secreto que estás conmigo por las noches? No me agradaría que tu hermana me alejara de ti —confesó, revelando una preocupación que quizás había mantenido oculta.
Rose, incrédula, se sumió en un silencio momentáneo. La sorpresa de darse cuenta de que Draco parecía estar verdaderamente interesado en ella le hizo cuestionar sus propias percepciones.
Fue entonces cuando el recuerdo de Morgan tocó a la puerta de su mente. Aquel día que decidió visitar la habitación de Rose, ingresando con cierta incomodidad. La escena se transformó, fusionando dos líneas temporales distintas en la compleja danza de los recuerdos.
Rose clavó su mirada en Morgan, con la paciencia desgastada por conversaciones previas.
—¿Vienes a decirme lo de siempre? —inquirió, sus ojos reflejando una mezcla de cansancio y frustración.
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𝐑𝐨𝐬𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐆𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫 | 𝐃𝐌 | +18
FanfictionEn el tranquilo mundo de Rosella Granger, la hermana menor de Hermione Granger, la temeridad y el peligro eran ajenos. Distinguida alumna de Ravenclaw, Rosella seguía los pasos de su hermana, manteniéndose alejada de las "aventuras mortales" que Har...