𝐗𝐋𝐈𝐕

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Rosella se removió con lentitud, como si un suave murmullo la hubiera arrancado de un sueño profundo. Las voces que se filtraban desde el comedor resonaban en su mente, recordándole la velada compartida con Theodore, Lucius y Narcissa la noche anterior. Al abrir los ojos con parsimonia, notó que las cobijas la envolvían en una mezcla de frescura y calidez, creando una sensación inusual pero agradable. Al acariciar su vientre, que durante meses la había mantenido en constante alerta, experimentó una extraña tranquilidad.

El eco de las palabras de Narcissa resonó en su mente: "Snape y él vendrán mañana". Fue entonces cuando, con precaución, se incorporó de la cama. Envuelta en su bata sobre el pijama, abrió la puerta con suavidad, permitiendo que un hilo de luz iluminara la habitación. Al asomar la cabeza, confirmó que el pasillo estaba vacío, la luz provenía del comedor, pero afuera seguía estando oscuro lo que indicaba que era de madrugada. Con paso sigiloso y las pantuflas acariciando el suelo, se encaminó lentamente hacia el comedor.

En el umbral, observó a Draco. Su figura, de espaldas, revelaba la conocida melena rubia. Ajeno a su presencia, Draco estaba concentrado en la conversación con los demás. Rosella quedó inmóvil, oculta en las sombras del pasillo, observando cada gesto y movimiento de Draco.

— Draco — susurró Rosella con voz apenas audible, haciendo que el bullicio del comedor se desvaneciera, como si las conversaciones se apagaran por miedo a ser escuchadas.

Draco giró lentamente su cabeza, dejando que sus ojos grises se encontraran con los de Rosella. En ese momento, el silencio se hizo aún más profundo, como si el mundo entero estuviera conteniendo la respiración ante la conexión intensa que se estaba forjando.

Ambos quedaron inmóviles por un instante, sorprendidos por la presencia del otro. Draco, a pesar de vestir el característico traje negro que solía llevar, lucía visiblemente agotado. Sus ojeras marcaban noches sin descanso, su cabello rubio estaba desordenado, pero aún así, sus ojos brillaron con una chispa que solo Rosella parecía capaz de encender.

Draco, por su parte, observaba a Rosella con una mezcla de asombro y preocupación. Su cabello castaño despeinado le recordaba a las mañanas en Hogwarts, y a pesar de la delicadeza de su rostro, unas leves ruborizaciones en sus mejillas sugerían la presencia de nerviosismo. Sin embargo, Draco no pudo evitar notar el pequeño bulto en su abdomen, oculto bajo la bata, confirmando lo que su madre le había revelado apenas minutos antes.

Draco dio un paso hacia ella, el corazón latiéndole con fuerza en el pecho. Sin pronunciar palabra alguna, rodeó a Rosella con sus brazos. A pesar de las dudas y los reclamos que podría haber, en ese momento, ambos cedieron a la necesidad de ese abrazo. Rosella, sintiendo los brazos fuertes de Draco a su alrededor, cerró los ojos, dejándose llevar por la calidez y la seguridad que le proporcionaba. Draco, por su parte, inhaló profundamente, absorbiendo el aroma que tanto le pertenecía y que anhelaba tanto. Con su rostro descansando en el pecho de Draco, Rosella percibió el latido de su corazón, un recordatorio palpable de que, a pesar de todo, estaban juntos en ese momento.

—¿Has empezado a fumar? —preguntó Rosella sin apartarse, su tono impregnado de preocupación,— El olor no me gusta.

—Lo dejaré hoy mismo —respondió Draco con la voz entrecortada, decidido.

—No llegaste a tiempo —susurró Rosella, separándose de él.

—Lo sé —dijo Draco, limpiando rápidamente las lágrimas que caían de sus ojos,— No sabes cuánto me arrepiento de haberte dejado.

—Theodore me cuidó —aseguró Rose, impidiéndole que se enjugara las lágrimas,— Está bien, llorar también es de magos.

Draco asintió con gratitud y se acercó de nuevo a Rosella, soltando finalmente sollozos tras sollozos al sentir su presencia reconfortante. Las lágrimas fluían sin restricciones, sin importar que más personas estuvieran en el comedor, esperando ansiosas su regreso. Rosella, por su parte, lo abrazó con fuerza.

𝐑𝐨𝐬𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐆𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫 | 𝐃𝐌 | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora