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Draco la atrajo hacia él con una fuerza que reflejaba su deseo insaciable. La mera idea de volver a entregarse a alguien le parecía suficiente, al menos eso era lo que bullía en la mente de Draco. Estaba convencido de que quería saborear la dulce venganza, disfrutar cada momento de la manera en que desmantelaría lo más preciado de Hermione Granger después de todas las humillaciones que ella le había infligido. La anticipación de lo que se revelaría al final del juego le impulsaba a apretar con más fuerza a la mujer entre sus brazos.
Sin embargo, ¿era él realmente quien tenía el control del juego? Mientras Draco urdía su plan maestro, Rose continuó el beso sin titubear, como si estuviera segura de que tenía todo bajo su dominio. Para ella, cada instante con Draco Malfoy era un deseo cumplido que nunca pensó obtener. Sentirse perseguida por él alimentaba su ego y le otorgaba una sensación de poder que, hasta ahora, solo había existido en sus fantasías más salvajes.
Aun así, Rose era consciente de que este juego tenía sus límites. Sabía que tarde o temprano tendría que alejarse si no quería ser absorbida por el poder que Malfoy ejercía sobre aquellos que se atrevían a acercarse demasiado.
Rose perdió la noción del pensamiento cuando Draco, con una destreza que la hizo estremecer, retiró su camisa, dejándola únicamente con su sostén. Mientras la besaba apasionadamente, la condujo hacia la cama, donde la anticipación flotaba en el aire como una promesa susurrante. Con facilidad, Draco liberó a Rose de su falda, despojándose él mismo del pantalón, suéter y corbata, conservando solo la camisa como una precaución meticulosa para ocultar cualquier indicio revelador de la marca que llevaba consigo.
Con una simpleza que acentuaba su seguridad, separó las piernas de Rose, esbozando una sonrisa.
—Rosella, mírame —, susurró Draco, llamando la atención de Rose, cuya mirada estaba perdida en el techo.
Antes de que ella pudiera fijar la vista en él, Draco colocó su mano en la entrada de Rosella, moviéndola en círculos con una rapidez que provocó que Rose cerrara los ojos, entregándose al torbellino de sensaciones que amenazaban con abrumarla
Ambas manos de Rose se aferraban con fuerza a las sábanas, y una oleada de recuerdos de la primera noche con Draco amenazaba con extenderse por todo su cuerpo cuando, de repente, él se detuvo. Rose colocó sus manos en la cama, intentando recomponerse lentamente, pero Draco se acercó a ella, y antes de que pudiera articular palabra, la besó de nuevo. Draco sabía que había invertido tanto tiempo y esfuerzo en convencerla que no podía permitirse dejar que dudara de su decisión.
Se reajustó en la posición adecuada, listo para continuar, cuando el sonido de la puerta interrumpió el momento.
—Rose, ¿Rose? —la voz de Luna resonó desde el otro lado de la puerta, y ambos reconocieron su tono peculiar.
Draco sonrió ante la situación, sin considerar detenerse. Ni siquiera el inconfundible timbre de la voz de Luna Lovegood podría disuadirlo. No tenía intenciones de ceder, incluso si eso significaba que Luna pudiera escuchar a Rosella gemir.
Draco deslizó su miembro con deliberada lentitud, explorando la entrada de Rose con una habilidad que la hizo estremecerse. A pesar de sus esfuerzos por contener cualquier gemido, la falta de un hechizo silenciador se convirtió en su maldición. El roce continuo desató una tormenta de sensaciones en el cuerpo de Rose, cada movimiento de Draco haciendo que sus músculos se contrajeran y un líquido viscoso escapara de ella.
El susurro de Draco resonó en la habitación, una pregunta retórica que no esperaba respuesta, pero que envió escalofríos por la espina dorsal de Rosella.
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𝐑𝐨𝐬𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐆𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫 | 𝐃𝐌 | +18
FanfictionEn el tranquilo mundo de Rosella Granger, la hermana menor de Hermione Granger, la temeridad y el peligro eran ajenos. Distinguida alumna de Ravenclaw, Rosella seguía los pasos de su hermana, manteniéndose alejada de las "aventuras mortales" que Har...