2 de Mayo de 1998
16:00
Rosella avanzaba junto a Theodore, su paso pesado y cargado de preocupación. La oscura noche había dejado cicatrices en su rostro, no por la pérdida de Benedict, sino por la angustia de no recibir noticias de Draco. La magia les había permitido obtener algo de comida para satisfacer sus estómagos hambrientos, pero el verdadero vacío estaba en el corazón de Rosella.
En silencio, caminaban hacia la entrada de la casa, donde Theodore decidió detenerla. Le ofreció una sonrisa tranquila, intentando calmar la tormenta que se reflejaba en los ojos de Rosella.
— Sé que no estás bien, pero deberías descansar. Al descansar, podrás reactivar tu mente —aconsejó Theodore, su mirada fija en las profundas ojeras que oscurecían los ojos de Rosella.
Ella lo miró con gratitud mezclada con desesperación. Las palabras de Theodore no lograron penetrar la barrera de preocupación que envolvía su mente.
— Theo, te aprecio más de lo que puedo expresar, pero no puedo hacerlo. Mi hijo está al otro lado del mundo, y todo indica que Draco podría haber sido herido por esa loca maldita mujer. No me pidas que duerma, porque no podré hacerlo —respondió Rosella con la voz cargada de dolor y desesperación—. La comida es lo único que me impide caer en la locura.
Theodore la miró con comprensión, pero no renunció a su intento de calmarla.
— Eso me alegra, pero ten cuidado. Si te vuelves loca, podrías terminar matándome a mí en lugar de a esa bruja —bromeó Theodore, buscando arrancarle una sonrisa a Rosella.
Ella soltó una risa leve, un pequeño respiro en medio de la tormenta emocional que la rodeaba.
Ambos atravesaron la puerta entreabierta y se acomodaron en la pequeña mesa que, al llegar, yacía en un estado lamentable. Sin embargo, con un toque de magia, lograron restaurarla a su utilidad original. Mientras esperaban a que la oscuridad envolviera el cielo, comenzaron a saborear la comida que prepararon con esmero.
— No puedo ni siquiera imaginar lo que debe haber sentido Morgan — comentó Rosella, sosteniendo la ensalada de fresa con delicadeza antes de llevar un bocado a sus labios.
— Es difícil, Rosella. El solo pensar que nosotros tampoco pudimos llevarnos a Blaise — dijo Theodore, tratando de evitar revivir la angustiosa escena. — Lo único que pudimos hacer fue enterrarlo antes de partir, pero aun así, me siento culpable.
— Volveremos por él y le daremos la sepultura que se merece — afirmó Rosella, mirándolo. — Morgan estará con nosotros y...
— Bombarda...
La explosión fue instantánea, desgarrando el espacio que ocupaban. El cuerpo de Rosella chocó violentamente contra una pared, mientras Theodore se vio arrojado hacia los muebles, derribándolos en su caída. El polvo impregnó el aire, haciendo que todo se tornara borroso y confuso en la casa ahora devastada.
Rosella se encontraba en el suelo, temblando de dolor tras el impacto del hechizo Crucio que la hacía retorcerse en agonía. El agudo sufrimiento le obligaba a apretar los dientes con fuerza, pero en medio de esa tortura, una mano firme se enredó en su cabello. Al girar su rostro, se encontró de rodillas, enfrentando a Isadora.
— Las ratas como tú siempre son fáciles de encontrar —se burló Isadora, deslizando su varita por la mejilla de Rosella con una malévola sonrisa.
— Rose —exclamó Theodore, pero antes de que pudiera hacer algo, ya estaba bajo el control de un mortífago.
— El amigo fiel, Theodore. ¿Saben? Yo creí que Nott terminaría enamorándose de ti —dijo Isadora señalando a Rosella con desprecio.
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𝐑𝐨𝐬𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐆𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫 | 𝐃𝐌 | +18
FanfictionEn el tranquilo mundo de Rosella Granger, la hermana menor de Hermione Granger, la temeridad y el peligro eran ajenos. Distinguida alumna de Ravenclaw, Rosella seguía los pasos de su hermana, manteniéndose alejada de las "aventuras mortales" que Har...