Las semanas se deslizaron con una mezcla de nervios y ansias mientras todos aguardaban los resultados del torneo de Quidditch. Sin embargo, algo más inquietante estaba ocurriendo en la vida de Rose. Draco, quien solía ser una presencia constante en su día a día, se había evaporado de su existencia de manera tan abrupta como misteriosa. No solo dejó de buscarla en los pasillos o lanzarle miradas furtivas en el gran comedor, sino que parecía haberse sumido en un distanciamiento total.
La desaparición repentina de Draco sumió a Rose en un mar de confusión, un territorio familiar pero inesperadamente amplificado. Siempre había sido el maestro de las artes de confundirla, pero esta vez era diferente. Aunque él solía ausentarse ocasionalmente, esta vez los días se habían convertido en semanas, y la actitud de Draco había adquirido una extraña tonalidad. Mientras se encontraba sentada en el suave césped, compartiendo su tarde con Luna, Isadora y Morgan, Rose permaneció recostada con la mirada perdida en el cielo.
—Morgan, he notado que desde que estás con Blaise, pareces irradiar una felicidad especial —observó Luna con su característica perspicacia, mientras Rose absorbía cada palabra con atención.
—Bueno, pensaba que eso del amor eran solo tonterías inventadas, ya saben, mis padres se casaron por conveniencia —recordó Morgan.
Isadora asintió con solemnidad. —Son muy comunes las bodas por conveniencia viniendo de personas con la ideología de nuestros padres.
Luna, siempre con su toque peculiar, intervino con una sonrisa enigmática. —Bueno, debe haber un sangre pura que rompa esa tradición.
—No creo, cuando son criados desde pequeños con esas ideas es difícil que cambien, claro que pueden hacerlo. Yo cambié esas ideas porque las conocí, conocer a Rose y Ginny, jamás me arrepentiré de eso —afirmó Morgan, su mirada encontrándose con la de Rose de manera significativa.
Rose, por su parte, parecía inmersa en sus propios pensamientos, pero al mencionar su nombre, volvió su atención al grupo.
—Dinos, Rose, ¿cuándo piensas darle la oportunidad a Benedict? Ya no han salido —inquirió Isadora, sus ojos fijos en los de su amiga.
—Yo no creo que eso sea para mí, eso del amor para mí no tiene sentido. A veces anhelo sentirlo, pero hay momentos en que siento que estoy mejor sin esos problemas —reveló Rose, su voz llevando consigo una mezcla de resignación y autenticidad.
—Todos necesitamos a alguien en nuestras vidas, Rosella —dijo Isadora.
—Incluso Draco —añadió Luna, provocando que Isadora y Morgan dirigieran sus miradas hacia ella—. Siento que tanto Draco como Rosella comparten la creencia de que el amor no está hecho para ellos.
—Para Draco, Rosella no es más que una sangre sucia —soltó Isadora con una expresión despectiva.
Rose apartó la mirada del cielo y se centró en Isadora. El comentario resonó en el aire con un tono pasivo-agresivo, algo que incluso Morgan notó.
—Y Draco para Rosella no es más que un niño consentido —soltó Morgan con un tono decidido,— Él no es superior a Rose y ella lo ha demostrado varias veces. Cuando empezamos el año, Draco no dejaba de mencionarte. Odia que no le temas con su presencia.
—Es cierto, le has dado los mejores apodos —dijo Luna con una risa ligera,— Además, cuando te aventaste sobre él para salvar a Ron de su hechizo... —Luna dejó la frase suspendida en el aire, dejando que la imagen resonara en la mente de todos.
A pesar de la risa, la advertencia de Morgan colgaba en el aire como una sombra persistente.
—Aun así, será mejor que no te acerques a él —advirtió Morgan con una mirada seria,— No digo que sea malo; Draco es difícil de entender. Cree que puede hacer todo solo. Además, estoy segura de que si quisiera acercarse a ti, sería para dañarte. Conozco a mi gente.
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𝐑𝐨𝐬𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐆𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫 | 𝐃𝐌 | +18
FanfictionEn el tranquilo mundo de Rosella Granger, la hermana menor de Hermione Granger, la temeridad y el peligro eran ajenos. Distinguida alumna de Ravenclaw, Rosella seguía los pasos de su hermana, manteniéndose alejada de las "aventuras mortales" que Har...