Las audiciones se precipitaron sobre Rosella de manera inesperada, sumiéndola en un torbellino de nervios que la obligaba a deambular inquieta por los vestidores. Aunque ya había presenciado audiciones anteriores en Gryffindor mientras observaba a Ron, nunca antes había sentido esta ansiedad que la hacía dar vueltas de un lado a otro. En aquella ocasión, cuando entraron para asegurarse de que Ron estuviera listo, quedó estupefacta al verlo tan afectado, incapaz de contener sus propias nauseas. Rosella, ingenuamente, no había anticipado que los nervios podrían llegar a afectarla tanto a ella también; se sentía inquieta y mareada.
Mientras permanecía sentada, se vio envuelta en la creciente duda sobre su capacidad para enfrentar las audiciones. Las palabras de Hermione resonaban en su mente, sugiriendo que tal vez no era lo suficientemente talentosa como para pertenecer a ese selecto grupo.
En medio de sus pensamientos y su incertidumbre, la voz de Draco la arrancó bruscamente de su ensimismamiento.
—No me digas que estás nerviosa —le espetó, provocando que Rosella aterrizara en la realidad de manera repentina.
—Sí, por supuesto —confirmó Rose, su mirada fija en la salida que llevaba al campo de juego—. Pero, ¿y si te atreves a lanzarme un hechizo? Así me desmayo, y nadie pensará que no quise hacerlo; dirán que fuiste tú quien me hizo daño. Estoy segura de que Hermione no te dirá nada al respecto... —continuó Rose, su voz rápida y llena de sugerencias mientras Draco la observaba, incapaz de comprender cómo podía hablar tanto en cuestión de segundos.
—Rosella, cálmate —intervino Draco, sosteniéndola suavemente por los brazos—. Estás exagerando —dijo en tono calmado—. Solo entra allí y haz lo que practicaste con Weasley. Imagina que es solo un partido con tus amigos; solo tú, la escoba y listo.
—Yo y la escoba —repitió Rose, dejando que esas palabras resonaran en su mente—. Sí, yo y la escoba.
Draco fijó su mirada intensa en Rose, una expresión de confianza y apoyo iluminando sus ojos grises. A pesar de las barreras y prejuicios que rodeaban su conexión, sus palabras resonaron en ella.
—Basta —advirtió con firmeza Draco, sosteniendo la mirada de Rose,— A pesar de lo que eres, estoy seguro de que te van a aceptar. Morgan y Blaise han afirmado que tienes habilidades excepcionales, así que ve, yo estaré en las gradas.
Rose arqueó una ceja con incredulidad.
—¿Tú? —cuestionó con una mezcla de asombro y escepticismo.
Draco asintió con gravedad.
—Después de tu turno, le toca a Slytherin. Necesito estar con Blaise y Theodore para... apoyar al... equipo.
—Granger, más te vale quedar en el equipo —intervino Theodore con seriedad,— Necesito tener una oponente digna y no basura como Ronald. Así que no vayas a caer de esa escoba.
—¿Caerme? —Rose palideció ante otra posibilidad,— Caerme, me puedo caer —dijo, desviando la mirada hacia Draco con una expresión de inquietud,— Puedo morir y no voy a estar en mi examen con McGonagall.
—¡Por Merlín! —exclamó Draco, mirando con seriedad a Theodore,— Deja de ponerla nerviosa.
—¿Nerviosa?, pero si solo le estoy diciendo que gane —justificó Theodore,— Le hablo mal, me regañan; le hago cumplidos, me regañan.
Rose dejó de prestar atención cuando empezó a sentirse mal del estómago, como si estuviera a punto de experimentar lo mismo que Ron. Se alejó de ellos, colocando sus manos sobre las pantorrillas y mirando hacia abajo, intentando contener las náuseas y evitar parecer una tonta frente al trío de Slytherin. El suelo parecía tambalearse ligeramente bajo sus pies, y una oleada de mareo la hizo temblar. Tragó saliva con fuerza, tratando de mantener la compostura mientras la conversación de los chicos resonaba en su cabeza. La idea de perderse el examen con McGonagall la atormentaba, y su mente daba vueltas mientras luchaba contra la sensación creciente de malestar. Cerró los ojos por un momento, concentrándose en respirar profundamente, esperando que el malestar pasara antes de que fuera demasiado evidente para los demás.
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𝐑𝐨𝐬𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐆𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫 | 𝐃𝐌 | +18
FanfictionEn el tranquilo mundo de Rosella Granger, la hermana menor de Hermione Granger, la temeridad y el peligro eran ajenos. Distinguida alumna de Ravenclaw, Rosella seguía los pasos de su hermana, manteniéndose alejada de las "aventuras mortales" que Har...