𝐕𝐈

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Draco Malfoy, conocido por su amor por la atención y su destacado estatus en la casa Slytherin, siempre ha sido el centro de atracción en Hogwarts. Durante su quinto año, su físico se desarrolló de manera impresionante, convirtiéndolo en un objeto de deseo para muchos en el colegio. Sin embargo, a pesar de su popularidad, Draco nunca había mostrado interés en relaciones serias y formales, después de terminar con Pansy Parkinson en cuarto año. 

Fue durante su quinto año cuando Draco comenzó a explorar su interés por el sexo, un tema que generalmente no se discute abiertamente entre los estudiantes y profesores de Hogwarts. Sin embargo, en un entorno lleno de adolescentes hormonales, el tema se convirtió en una especie de secreto a voces. Fue Theodore Nott, su mejor amigo, quien introdujo a Draco en este tema por pura curiosidad. A partir de entonces, Draco se sumergió en este descubrimiento y encontró una nueva faceta de su vida que le resultaba emocionante y estimulante. A pesar de su gusto por el sexo ocasional y sin compromiso, Draco seguía siendo cauteloso en cuanto a involucrarse en relaciones más serias. 

El simple hecho de imaginar cuántos corazones podría romper Draco le causaba una satisfacción perversa. Esa sensación de tener el poder en sus manos lo llevaba a un terreno desconocido donde, paradójicamente, se sentía bien consigo mismo.

Theodore, sentado en el sofá, interrumpió sus pensamientos al regañarlo. Bajó su libro y lo colocó en sus piernas antes de decir:

—Vamos, Malfoy, estás perdiendo el tiempo con la sangre sucia.

Draco dejó escapar un insulto lleno de desprecio:

—Esa tonta. Siempre soy yo quien las abandona, siempre soy yo quien les hace entender que no las necesito. Y ahora, solo se fue de mi habitación.

—No lo niegues, Nott. Draco fue utilizado —mencionó Blaise, riéndose a costa de la situación de su amigo. —Rosella Granger le hizo lo mismo a Draco que él ha hecho a tantas personas.

Draco intentó protestar, pero la voz le falló al principio. —Ella no... —comenzó a decir, pero las palabras no salían con fluidez. —Es una maldita hija de muggles, no puedo permitir que mi reputación se vea afectada —concluyó, haciendo que Theodore lo mirara con desconcierto.

—Entonces, simplemente ve a su habitación, vuelves a coger y listo. Cuando se duerma, te retiras discretamente. Ella pensará que es especial por haber estado contigo por segunda vez, y luego la olvidas. Así de sencillo —sugirió Theodore con calma mientras hojeaba un libro.

—¿Por qué estás tan obsesionado con Granger? En serio, el año pasado te acostaste con la prefecta de Ravenclaw de ese entonces, y ni siquiera te inmutaste cuando se fue. No entiendo el drama que estás armando ahora —recordó Blaise, perplejo por el alboroto que Draco estaba causando.

—No es lo mismo —respondió Draco con un tono más serio, revelando una complejidad de emociones que iba más allá de lo que Blaise podía comprender en ese momento.

—No, ella era de sangre pura, y ahora una "sangre sucia" lo dejó como un Bello Durmiente —Theodore se burló, esbozando una sonrisa mordaz en su rostro. Luego, con un toque de sarcasmo, continuó, imitando una voz melodramática—: De repente, Draco despertó esperando encontrarla a su lado... Y cuando se dio cuenta, ella se había marchado, demostrando que no le había importado pasar la noche con el mismísimo Draco Malfoy, que, por cierto... —Theodore se detuvo por un momento antes de añadir—: Maldito. Es la misma chica que persigue por todos lados Blackwood.

Blaise asintió, riendo con complicidad mientras recordaba—: Es verdad, Blackwood lleva un año intentando conquistarla, y Draco lo logró en un solo día. ¿Cómo te sientes, Draco? Acabas de ganarle a tu ex amigo.

𝐑𝐨𝐬𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐆𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫 | 𝐃𝐌 | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora