Un juego, dos bandos: Indecisos y Controladores.
Soraya está atrapada en su peor época. La muerte de sus padres, la frialdad de su hermana, la sobreprotección de su cuñado, un vecino que la esquiva, un fotógrafo que no la deja tranquila... y una deu...
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CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE
SORAYA AGUILAR
Vuelta a la rutina. Anoche, recibí la planificación. Han regresado los madrugones. Ya estoy detestando a Derek, más considerando la bajada de temperaturas. Quiero estar en mi bendición de cama, enrollada en las sábanas, esperando ilusamente ver caer la nieve con una taza humeante.
Suena el timbre. Voy a por el desayuno, aunque ya no hay repetidor, sino que la encargada de entregarlo es Samiya. Al pobre repartidor lo ha interceptado antes de que tocará el interfono.
Apodaré mi nuevo hogar, la fortaleza.
Aunque Alessandro prometiera colarse, será imposible. Si lo quiero ver, tendré que fugarme dando esquinazo a las esposas de Damián.
—Te advierto desde ya que eso no ocurrirá —me toco la cabeza asustada de que la haya leído. Hablamos de hombres que se regeneran, también podemos hablar de mujeres que se infiltran en pensamientos ajenos —Eres muy evidente.
—¡Sal de mi cabeza!
—No estoy en ella.
—¡Bruja! ¡Bruja! ¡Bruja!
—Estoy entrenada para leer las intenciones de mi adversario. No eres mi enemiga, pero tus intenciones de escapar lo son —parece falso —Nuestro jefe nos entrenó para ser las mejores. Ocasionalmente, quise rendirme, pero quería estar con él y la única manera era ser independiente. Soy capaz de protegerme sola.
—Muy duro.
—Entiende que él ha visto como sus hermanos han perdido el amor. No puede estar siempre por nosotras, así que nos hace fuertes para que nos podamos proteger por nuestros medios. Además, no nos podemos quejar, nosotras aceptamos las condiciones.
—¿Se podía rechazar? ¿También puedo rechazar a Derek?
—Nadie puede escapar de un amor tan oscuro como el de mi cuñado, princesita.
—No soy una princesa —tuerzo los labios.
—Aprende a protegerte y te llamaré guerrera.
—Estoy en ello.
Desayuno dando por cerrada el tema. No soy apta para tener una conversación con ella, siento que voy a perder, digas lo que diga, creando un sensación de vértigo.
A medida que me lleno el estómago, empiezo a desechar productos que no estaban dentro de mi dieta. Alzo la vista hacia Samiya y le comunico:
—Desayuna. Eso me sobra.
—Desayune antes de empezar mi turno.
—Cierto. Soy trabajo —contraigo los hombros y miro todo el sobrante —Derek es estúpido. Se supone que no debería cometer errores, pero el muy imbécil se ha equivocado con el pedido y se echará a perder. Come aunque sea poco, por fa.