Capitulo 7

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Iana Bennett

— Ya despertó mi pequeña — suspiro cansada frotando mis ojos mientras la luz del sol se refleja en la ventana.

— No estoy de humor papa — Él enarcó una ceja sentándose sobre mi cama un poco confundido.

— ¿Y se puede saber porque?

— Tuve una mala noche.

— Max me conto que te encontrabas indispuesta en su habitación.

— ¿Qué? — murmuro estupefacta.

— Me preocupe un poco pero luego me comento que estuvo ayudándote... ¿Paso algo que no me quieras decir?

— Debo ir a ver a Lily hoy — informo seria evitándolo.

Me levante de la cama en silencio adentrándome al baño para hacer mis necesidades y luego darme una ducha rápida. La voz de mi padre provenía de nuevo en la habitación, solo necesito evitar este tema y tomar un café en Starbucks.

— Papá enserio ya — Respondí frustrada escuchando como insistía respecto al tema mientras salía del baño con una toalla envuelta en mi cuerpo.

— Algo tuvo que haber sucedido Iana Bennett.

— No quiero hablar del tema papá.

— Se besaron y por eso no quieres decirme —Respire profundo entrando al armario y tomando lo primero que encontraba.

— Está bien papá, si nos besamos — Una sonrisa curvo sus labios cuando salí del armario vestida.

— ¿Y por qué no querías decirme?

— Porque estuvimos hablando de un tema que la verdad me ha dejado bien confundida y molesta.

Mi respuesta hizo que frunciera el ceño, no dijo nada más y tampoco lo deje, el asintió saliendo de mi habitación para dejarme sola en ella. Me maquille lo más rápido que pude, necesitaba salir de casa y despejar mi mente, y sé que Lily me ayudaría en eso. Luego de haber terminado de arreglarme baje hacia el recibidor con mi pequeño bolso en mano hasta llegar a la entrada de donde una camioneta se encontraba esperándome.

— ¿A dónde la llevo señorita?

— A un Starbucks y después al departamento de Lily — El chofer asintiendo arrancado el auto, gire mi rostro observando cómo nos adentrábamos a las calles transitadas de Seattle.

En mi mente aún se repetía ese condenado beso como un puto gif, y me estaba irritando.

Todavía no podía creer como me había tratado Max anoche. Me hizo sentir mal respecto a sus palabras, las cuales se repetían siempre en mi mente, me hizo sentir aburrida e incluso una idiota. Nadie en mi vida me había tratado de esa manera como él lo había hecho, y me preguntaba...

¿Cómo es que puede bajarle el autoestima a una mujer en cuestión de segundos?

El auto seguía en movimiento. Mientras yo miraba por la ventana como aparcaba el auto enfrente del Starbucks, baje del auto diciéndole al chofer que me esperara dentro que no tardara mucho a lo cual accedió. Camine colocando mi bolso sobre mi hombro para luego abrir la puerta observando a varias personas verme en silencio.

Mas Que Socios ✓1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora