Capítulo 12

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Iana Bennett.

Estoy enojada, por supuesto que voy a estarlo, pero es parte de ser reconocida a nivel internacional como la hija de un hotelero famoso. Me he acostumbrado a diferentes comentarios de la prensa amarillista, que se dedica a decir mentiras para atraer la atención de sus clientes.

Sin embargo, para él, parecía la peor cosa del mundo.

— ¡No sé hasta cuando tengo que lidiar con esto! — Suspiró pasando sus manos por su cabello, no entendía porque se encontraba tan molesto.

Llevaba apenas cinco minutos de haber entrado a la habitación y ya se encontraba haciendo llamadas sin parar, susurrando cosas que me eran poco audibles. Pude observar las facciones de su rostro mientras se encontraba en ese estado, desordenaba su cabello con frustración, fruncía su ceño por un buen rato tratando de entender lo que sea que le decían por telefono, separa sus labios y bufaba caminando de un lado a otro por toda la habitación, ignorando por completo mi presencia.

¿Qué sería de nosotros si no fuera mujeriego? 

¿Acaso tendríamos una relación?

Aleje aquellos extraños pensamientos inesperados, estamos expuestos publicamente y yo aquí pensando idioteces. Me dedique a verlo en silencio, sentada en la cama con mi ordenador entre mis piernas, escucho como dice varios insultos por su móvil sin cesar hasta que su rostro se encontró con el mío, me fulminó con su mirada y corto la llamada de inmediato.

— ¿Porque me miras así? — Preguntó frunciendo su ceno con molestia, me encogí de hombros sin responder.

¿Que iba a decirle? ¿Que se ve jodadimante follable enojado? Primero me lanzo del Himalaya.

Dejo mi ordenador sobre la cama y camino al armario, no sin antes decir:

— Solo admiro tu extraña molestia... A mí también me molesto, pero no actué de forma exagerada como tú — Mi comentario lo ha hecho molestar aún más, y me había dado de cuenta por la forma en ladeo su cabeza con una mirada de advertencia.

Y justo cuando iba a responder mi móvil
sonó interrumpiéndolo.

— ¿Hola? — respondo alejándome de él.

Iana... ¿Dónde estás? — pregunta mi amiga al otro lado del movil.

— No quiero salir contigo Lily, no estoy de humor — alego sabiendo sus intenciones.

Mira Grinch, yo no tengo la culpa de que estés molesta, así que relájate —

— ¿Qué quieres Lily? — inquiero rodando mis ojos.

Solo te llamaba para saber si, ¿Vas a la fiesta en la playa?

— Ya te dije que no quiero salir... — Iba a seguir hablando cuando mi móvil desapareció de mis manos, mire asombrada a Max quien lo cogía.

— ¿Qué sucede contigo? Devuélveme el móvil Max — No dijo nada, solo me miro frustrado pasando dos de sus dedos por su tabique para tratar de relajarse. Lo mire furiosa acercándome unos cuantos pasos a él para quitarle mi móvil, lo llevo hasta su oreja retrocediendo.

¿Ian? ¿Estás ahí?

— Que no quiere salir, se quedara conmigo toda la tarde — Y cortó entregándome de nuevo el móvil. Abrí mi boca sorprendida por sus palabras, pero a la vez furiosa por lo que hace segundos acababa de hacer.

— ¡No tienes derecho de quitarme el móvil de esa manera! — Exclame firme viendo que él también se mantenía del mismo modo. 

— No me interesa la forma en que debía de ser. Por tu culpa ahora todo el mundo cree que estamos saliendo — Reclamo, hice una mueca de ironía para luego soltar una risa falsa. Idiota.

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