Iana Bennett.
Los toques de la puerta se hicieron presentes, me removí incomoda y con un ardor notable en mis piernas, no quise abrir mis ojos debido al sueño que todavía hacia acto de presencia. Solo fruncí mis labios con mi mejilla recostada en la almohada, sentí como en espacio a mi lado desaparecía y me incline sentándome en la cama con la sabana cubriendo mi cuerpo. Retire el cabello de mi cara viendo la puerta abrirse, Max entro con una bandeja de comida hasta sentarse en la cama con una expresión prudente.
— ¿Cómo amaneces?
Preguntó mientras envolvía la sabana en mi cuerpo, hice una mueca de dolor a causa del dolor de cabeza y el dolor en mi entrepierna. Me gire hasta sentarme enfrente de él viendo un toque de preocupación en su rostro. Vi una pastilla en la bandeja y sin dudarlo la lleve a mi boca y bebí del jugo que Max había traído.
— Tengo un dolor de cabeza — Fue lo único que pude decir antes de volver a recostarme sobre el colchón.
— Debiste pensarlo antes de ponerte ebria.
— Ni siquiera recuerdo lo que sucedió anoche.
Su mirada se centró en mis senos para luego desviar la mirada. Acaecía de un humor terrible por la forma en que sus cejas se juntaban cada segundo.
— Te pusiste ebria, y las cosas se salieron de control
— ¿De qué hablas?
Pregunte confundida. Entonces lo recuerdos de la noche anterior me invadieron. Recordé la forma tan fuerte en la que Max me había tomado en el baño, y un suspiro escapo de mis labios. No solo había sido eso, sino que también me había dejado marcas por el cuerpo...
— Me hiciste enojar Iana.
Cabizbaja trague saliva observando los chupones en mis senos e incluso había una marca de una mordida. Alce mi mirada encontrándome con los ojos impasibles, mordí mi labio inferior incomoda al ver que acercaba sus dedos a mis labios.
— Lo siento mucho por haberte tratado de esa forma. Me retaste y limítate a no hacerlo Iana. Te quiero pero a veces no puedo controlar lo impulsividad
Se disculpó y me sentí incomoda. Solo pude asentir viéndolo mientras mordía mi mejilla interna con fuerza, viendo su dedo pulgar acariciar mis labios con suavidad hasta dejar un beso tierno sobre ellos.
— Comer linda. Te quiero
Asentí comenzando a comer la ver cómo iba directo hacia el baño quitando por encima de su cabeza aquella camiseta, mi mirada se enfocó en los rasguños en su espalda la piel roja y con poca sangre me hicieron saber que la noche fue un intensa.
Luego de haber terminado fui al armario y deshice de la sabana viendo mi cuerpo marcado.
Lo que hizo que me sorprendiera aún más fue ver mi trasero rojo y con marcas de las manos de Max, mi vientre tenia mordidas que iban hasta mi entrepierna, pero rápidamente desvié mis pensamientos. El rostro de Max me observo desde la puerta del armario mientras yo no paraba de observar mi cuerpo a través del espejo.— ¿Tan fachosa fue la noche? — Comente tragando saliva.
— No quisieras recordar todo que lo paso — Bufo desviando su mirada comenzando a vestirse en silencio.
— Es impresionante... — Exclame en voz poco audible.
— Te comprare alguna pomada o algo para quitar los chupetones — Max beso mi coronilla sacando una sonrisa para volver a cubrir mi cuerpo con la sabana.
— Gracias, pero puedo cubrirlos con maquillaje — Asintió abrazándome por la cintura.
— Eres importante para mi Iana. Y para compensarte por la noche anterior, te tengo una sorpresa.
Me gire pasando mis brazos por si cintura desnuda.
— ¿Qué sorpresa?
— Debes ser paciente y por favor no vayas a molestarte Iana — Negué soltando una carcajada al ver que me guiñaba un ojo.
— Debes confiar en mi linda, no voy a fallarte, eso te lo aseguro — Sonreí encariñada con lo firme y segura que eran sus palabras.
— Yo confió en ti Max — Murmure sobre sus labios para dejar un beso sumisa al verlas gotas caer por su cabello.
— Quiero que este viaje siempre este en tu mente, que sepas que todo lo hago por ti, que disfrutes de todo lo que puedo darte, porque yo te quiero y siempre haré todo para verte feliz. ¿Qué te parece si conocemos Sycilia?
¿Acaso escuche mal?
— ¡¿Sycilia?! — Exclame emocionada separándome de el sin previo aviso, viendo la toalla caer al suelo y dejar mi desnudez ante su vista. Max asintió mientras enroscaba mis brazos por su cuello viendo sus mejillas rojizas a causa del sol.
— Estamos en Italia linda.
No podía creerlo.
— ¿¡Cómo supiste!?
— Lily me lo dijo.
Parece mentira que una afirmación se convirtiera en realidad.
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Mas Que Socios ✓1
Romance"No concordaban mucho. De hecho, casi nunca corcondaban. Siempre se peleaban. Y se retaban uno al otro cada día. Pero apesar de sus diferencias, tenían algo importante en común. Estaban locos el uno por el otro". - Diario de una pasión. Esa frase en...